Como dije ayer, me sorprendió que Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados del PRI, haya anunciado que la reforma laboral había perdido su carácter de "iniciativa presidencial preferente" al haber regresado a la Cámara Baja, una vez que el Senado le hizo algunos cambios.
Al convertirse en ordinaria, el Congreso ya no estaba obligado a discutirla y votarla en un plazo perentorio. Esto podría convenirle al PRI en el cortísimo plazo en la coyuntura de la reforma laboral, pero de ninguna forma le convenía al próximo presidente, quien va a tener 24 iniciativas preferentes a lo largo de su sexenio. Si los diputados del PRI hubieran pensado en los posibles beneficios para Peña, más que convertir la reforma laboral en ordinaria, hubiesen insistido en que seguía siendo preferente para así defender una regla que va a aprovechar el próximo presidente.
Por eso ayer argumentaba que la primera iniciativa presidencial preferente de Peña debería ser para precisamente regular las iniciativas presidenciales preferentes. Tenía que definirse los silencios que existen en esta materia. Fijar, por ejemplo, un plazo perentorio para que la cámara de origen dictamine y vote los cambios que regresó la cámara revisora. Establecer un periodo para que las dos cámaras trabajen en conferencia a fin de enviar al Ejecutivo, para su promulgación, aquellos cambios legislativos donde sí hubo una votación mayoritaria favorable de diputados y senadores.
De lo contrario, en caso de permanecer la laguna jurídica que existe sobre la iniciativa presidencial preferente, pues esta facultad del Ejecutivo perdería su razón de ser. Tan sólo se necesitaría que la cámara revisora hiciera una modificación mínima para potencialmente congelar en el Congreso una iniciativa presidencial.
Para evitar esto, a Peña le urge regular las iniciativas preferentes y así usarlas en pos de su agenda reformista. Ya vimos estas últimas semanas que se trata de una herramienta muy poderosa para debatir y votar los asuntos que le interesan al Presidente. Por eso, como dije, me sorprendió que hayan sido los propios diputados priístas, en voz de Beltrones, quienes limitaran esta regla que puede beneficiar, y mucho, al próximo presidente.
Al respecto, ayer entrevisté al diputado del PRI Marco Antonio Bernal. Me dijo que el vicecoordinador del Grupo Parlamentario de su partido, Francisco Arroyo, presentará hoy una propuesta para regular las iniciativas presidenciales preferentes. En otras palabras: el PRI ya se dio cuenta que este es un tema prioritario para el próximo gobierno. No tendremos que esperar a que Peña ponga el asunto sobre la mesa: los propios diputados de su partido lo harán hoy.
De acuerdo a Bernal, la iniciativa estará encaminada a establecer los plazos para que del Congreso puedan salir los cambios que propuso el Presidente y que legisladores votaron favorablemente. Para ello tendría que definirse por lo menos tres aspectos:
1. El tiempo que tiene la cámara de origen para aprobar o rechazar los cambios que hizo la cámara revisora.
2. El plazo que tiene la cámara revisora para insistir en sus cambios o desecharlos en caso de que la de origen los haya rechazado.
3. Los días que tienen ambas Cámaras para votar que se expida la ley sólo con los artículos aprobados por diputados y senadores.
Ahora bien, Bernal mencionó que el PRI, en su afán por regular las iniciativas presidenciales preferentes, incluirá un segundo aspecto: que no podrán agregarse temas que no estén relacionados con lo originalmente enviado por el Ejecutivo. Me puso como ejemplo la inclusión que hicieron los senadores del artículo 388 BIS de la reforma laboral que no estaba contemplada en el proyecto del presidente Calderón. Es cierto. Pero me parece que el PRI comete un error al legislar por lo ocurrido en un caso particular. Además no creo que sea constitucional que una ley secundaria limite la facultad soberana que le otorga la Constitución al Poder Legislativo de… legislar.
Finalmente tampoco pienso que la oposición del PAN y la izquierda, que es mayoría en el Senado, vaya a apoyar al PRI en su intento de restringir el poder que tiene en el Congreso de incluir disposiciones que no venían contempladas en las iniciativas presidenciales preferentes.
En cualquier caso, el PRI ya se dio cuenta de la importancia de esta regla para el próximo gobierno de Peña y, al parecer, actuará en consecuencia.
Twitter: @leozuckermann
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