viernes, 26 de octubre de 2012

Raymundo Riva Palacio - Trampa vietnamita


La votación de la reforma laboral fue histórica en muchos sentidos. Participaron los 128 senadores, la hija de la maestra Elba Esther Gordillo, Mónica Arriola, votó a favor de la transparencia sindical, y la fracción del PRI que encabeza Emilio Gamboa reculó de su posición y se sumó a la mayoría en un voto que, en la primera reflexión, le granjeó comentarios positivos a su liderazgo. Pasada la euforia y al hacer el balance de qué es lo que se logró, no todos ganaron en esa votación. Fueron los panistas, que llevaron a la izquierda a votar contra los intereses de parte de sus clientelas y bases electorales, y al PRI al someterlo y mostrarle que puede presionar y derrotarlo cuando quiera, quienes capitalizaron el elogiado voto.





Las claves de esta victoria azul se encuentran en los 10 días previos a la votación, cuando negociaron con el PRD ir en bloque por la transparencia sindical, y armar un grupo homogéneo para derrotar al PRI. Al explicar el cambio de posición, Gamboa dijo que como no podían frenar la ola en su contra, nadaron con ella. ¿Qué obtuvo a cambio al no haber dado la batalla y aliarse a PAN y PRD? Nada que se sepa. Tampoco se sabe de ninguna presión contra nadie, ni como se dan casos, amagar, amenaza o trueque parlamentario con algún senador, y menos aún romper ese frente común.

La primera fuerza parlamentaria se entregó sin luchar y permitió que el PAN jugara con ellos hasta el final. El botón de muestra lo dio el coordinador de Acción Nacional en esa Cámara, Ernesto Cordero, presidente de la mesa directiva, cuando dijo que la minuta de la reforma regresaría a la Cámara de Diputados, pero sin el acuerdo del pleno para que, como en otras iniciativas, se excluyera de revisión aquellos puntos donde ambas cámaras coincidían y, sin importar las discrepancias en el resto, se tomaran como ley. Cordero agregó que si los diputados rechazaban sus modificaciones, regresaría al Senado para su aprobación final, lo que para buenos entendedores, es una trampa al PRI.

El PAN sentó las bases para seguir el golpeteo contra el PRI, pues al doblegar a sus senadores trasladaron el costo político a sus diputados, donde la representación obrera en la bancada tiene otro tipo de influencia y poder que en el Senado y están indignados por la forma como el PAN, y en particular el senador Javier Lozano, los presionaron públicamente al desacreditarlos, cerrar toda posibilidad de entendimiento y llevarlos en principio a rechazar las modificaciones. Ahí está la otra hebra de la trampa. Si lo hacen, la minuta regresa al Senado, donde la pueden volver a enmendar, pero con un mayor costo para el PRI, al que exhibirían como dividido.

¿Qué va a suceder con la reforma en San Lázaro? La decisión y conducción recaerá en el líder priista, Manlio Fabio Beltrones, y en la forma como negocia al interior de la bancada. Podrían enmendarla o aprobarla en los términos como les llegó. También pudieran congelarla y esperar a que, como anunció el presidente electo, Enrique Peña Nieto, durante una reunión con la CTM, que envíe su propia reforma laboral. La discusión versará sobre los costos políticos que se tendrán que pagar. En cualquier caso, los priistas ya perdieron. La transparencia sólo toca a sindicatos en el Apartado A -empleados por la iniciativa privada y regulados por la Ley Federal del Trabajo-, que mayoritariamente son priistas, mientras que los del Apartado B –maestros y petroleros, que jugaron con el panismo-, están excluidos. Los priistas se quedaron con márgenes de negociación muy estrechos ante el avasallamiento en el Senado y del cual salieron sin darse todavía cuenta de la enorme derrota que sufrieron en esa Cámara con los ojos puestos en el futuro.

NOTA: En respuesta a este espacio, donde se afirmó el miércoles pasado que la Secretaría de Gobernación había dejado casi solo al gobernador Fausto Vallejo en el conflicto normalista en Michoacán, funcionarios de esa dependencia dijeron que es incorrecto, y que desde el principio sus representantes han participado “firme, prudentemente y sin protagonismos” junto a Vallejo, por medio del director de Gobierno, Carlos Reynoso, quien estuvo durante los primeros cuatro días del conflicto y regresó este mismo miércoles a Morelia. La información, a manera de contrarréplica, fue proporcionada por un alto funcionario del gobierno federal, y corroborada por un dirigente del PRI.


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