martes, 11 de diciembre de 2012

Leo Zuckermann - Dinero, poderes fácticos y las dirigencias del PAN y PRD


Ayer comencé una serie de posibles explicaciones de por qué las dirigencias de los dos principales partidos opositores (PAN y PRD) habían firmado un pacto con el nuevo gobierno del PRI.
Argumentaba que Gustavo Madero y Jesús Zambrano habían estampado su firma en el Pacto por México porque les convenía: algo habían sacado a cambio. Mencioné una serie de compromisos electorales que, de concretarse, perjudicarían a la mejor maquinaria electoral que existe en el país: la del PRI.
En este artículo agrego tres razones más: una mayor recaudación de impuestos que podría beneficiar a panistas y perredistas, la idea de enfrentar a grupos de interés poderosos por medio de un frente común y la utilidad para Madero y Zambrano de colocarse como los interlocutores del presidente Peña.




Comienzo con el dinero. En el Pacto por México hay una visión ideológica que extrañamente comparten los tres principales partidos del país: la de un Estado benefactor, desarrollista y tremendamente activo en diversos ámbitos. Digo que es extraño porque ni siquiera el PAN, supuestamente de derecha, cuestiona este tipo de Estado. Lo que sí reconoce el Pacto es que un Estado así cuesta, y mucho; que por tanto se deberá realizar una reforma hacendaria para financiarlo, lo cual significa, en términos llanos, un incremento en los impuestos.
Está por definirse cuáles y de qué manera. Creo, en este sentido, que el PAN y el PRD también firmaron el Pacto con la convicción de que, al incrementar los tributos, habrá un "derrame" para ellos: si el presupuesto público se hace más grande, pues se ampliarán las tajadas que se llevan los panistas y perredistas.
Luego está el asunto de los llamados "poderes fácticos", que no son otra cosa más que grupos que defienden sus intereses, muchos de los cuales gozan de un gran poder en México. Tanto que no alcanza con la voluntad del gobierno en turno para enfrentarlos. De ahí que se requiera el apoyo de los otros dos partidos de oposición.
Como vimos ayer, la única manera de desafiar el poder que ha acumulado estos años el SNTE, la maestra Gordillo y hasta la disidencia de la CNTE es a través de un frente común de los tres principales partidos. No es que PAN, PRI y PRD hagan esto por el bien de México sino porque ya entendieron que, de no hacerlo, los tres partidos continuarán siendo chantajeados por estos grupos de interés. Ya dieron el primer paso ayer anunciando una reforma educativa que va en el camino correcto. Que pongan sus barbas a remojar los otros "poderes fácticos" en sectores tan importantes como el energético o de las telecomunicaciones.
Pero hay un tercer factor que podría explicar por qué Madero y Zambrano firmaron el Pacto con Peña. Tiene que ver con la situación delicada que se vive en sus respectivos partidos. El PAN está hecho añicos, muy dividido después del gran fracaso electoral de este año al haberse ido al tercer lugar cuando era el partido gobernante. El PRD, por su parte, tiene enfrente el mayor desafío de su historia como principal partido de la izquierda.
A partir del movimiento político que ha venido construyendo estos años, López Obrador está a punto de fundar un nuevo partido que seguramente se llevará a líderes y militantes del PRD. En este sentido, tanto Madero como Zambrano necesitan oxígeno para permanecer como los dirigentes de sus respectivas organizaciones. Y Peña les ha otorgado un generoso tanque al colocarlos como los interlocutores oficiales con el gobierno federal.
Lo cual me lleva al último punto sobre el Pacto: una cosa es que Madero y Zambrano firmen los compromisos y otra muy diferente es que los diputados y senadores del PAN y del PRD vayan a obedecerlos a la hora de la verdad, es decir, cuando tengan que votar las iniciativas acordadas con el PRI. Ya vimos, por ejemplo, que la semana pasada, a unas cuantas horas que se firmara el Pacto, los senadores panistas e izquierdistas hicieron un bloque opositor para obligar al PRI a la ratificación de los jefes de la Policía Federal por parte del Senado. El tema sigue atorado. Habrá que ver cómo se resuelve.
Lo mismo con la iniciativa de reforma constitucional educativa que se presentó ayer. La manera como se procese en el Poder Legislativo nos dará una pista de qué tanto poder tienen las dirigencias del PAN y PRD para efectivamente entregar los votos de estos partidos en el Congreso.

Twitter: @leozuckermann


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