Gran agarrón se está dando hacia el interior del Partido Nueva Alianza y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, por lo que será la expulsión de la senadora Mónica Arriola este sábado como secretaria general del partido. Doña Mónica, que se sentía dueña de Nueva Alianza, que encabeza Luis Castro, y del SNTE, cuyo presidente es Juan Díaz, está calculando mal. Dicen los que saben que está tratando de conseguir, por cualquier método, lealtades, en aquellos círculos que eran leales a su madre, Elba Esther Gordillo. Sin embargo, dicen cínicamente quienes observan el arrebato, si no fueron leales a la maestra, ¿por qué sí a la hija? No, pos no. Su persuasión tendrá que ser diferente.
La senadora de Nueva Alianza, Mónica Arriola, quiere revertir lo que ya parece totalmente cocinado, que la expulsen el sábado como secretaria general del partido. Dicen los que saben que piensa que sí podrá darle la vuelta a la votación el próximo sábado donde se sellará su suerte porque el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la apoya. Lo que no sabe la senadora es que tal respaldo no existe. Al contrario. En Gobernación la están investigando, al igual que al ex secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, porque tienen información que apoyaron la rebelión de los maestros contra la Reforma Educativa, que secuestró a la ciudad de México. Arriola, con financiamiento subrepticio a la Coordinadora de maestros, y Ochoa en la movilización de maestros donde la CNTE no tenía responsabilidad.
El subsecretario de Relaciones Exteriores, Sergio Alcocer, lo anticipó. El presidente Enrique Peña Nieto estaba evaluando su viaje a las Naciones Unidas, donde el próximo martes iba a pronunciar un discurso ante la Asamblea General. Para el próximo año será, porque por la tarde, dada la emergencia nacional por los ciclones, Peña Nieto canceló. En la agenda preparada se quedará un discurso ante el influyente Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, y entrevistas de televisión con ABC News, y la cadena pública PBS. Había varias reuniones previstas de jefes de Estado y de Gobierno, como suele suceder cada año en los primeros días de las sesiones, donde se esperaba un nuevo encuentro, informal, con el presidente Barack Obama. Ahora será sólo este viernes con el vicepresidente Joseph Biden, con quien Obama habla temprano todos los días.
Fueron 300 invitados únicamente los que estuvieron ayer en una comida súper especial en los estudios de Televisión Azteca en Tlalpan, quienes celebraron junto con el presidente del Grupo Azteca, Ricardo Salinas Pliego, los 20 años de la empresa. El invitado de honor fue el presidente Enrique Peña Nieto, quien canceló su asistencia a la comida pero ofreció, y cumplió, acompañarlos casi a la hora del crepúsculo. Dicen los que saben que fue un evento, que aquellos que llegaron a pensar que sería muy tenso y que Salinas Pliego daría un mensaje muy crítico al gobierno, se quedaron con las ganas. Hubo reconocimientos mutuos que, en el entorno del campo de las polémicas reformas de telecomunicaciones, sirvió de despresurización.
Leído en http://www.24-horas.mx/463650/
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