Soy gran admiradora de los médicos.
El ejercicio de la medicina me parece una de las actividades más nobles de la especie humana. El que un sujeto coloque su emoción, su talento y dedicación, para que sus semejantes gocen de buena salud, creo que es digno de estímulo y reconocimiento. Sí, admiro a los médicos en concreto, a determinado especialista o a tal médico general en lo específico, pero soy admiradora de la Medicina en abstracto, de ese producto de la civilización humana que hace a una persona cuidar del bienestar de su coetáneo, que seamos capaces, como especie, de hacer ciencia para evitar el dolor y restaurar la salud, para que la humanidad sobreviva y perdure.
Por eso me ha resultado incomprensible, y entristecedora, la reacción de algunos médicos brasileños ante la decisión del Gobierno de su país de autorizar la presencia y participación de médicos cubanos en Brasil, para complementar los servicios de Salud Pública en las regiones más escarpadas y alejadas de los Centros urbanos de ese gran país. Desde luego, es indispensable que cubran con los parámetros de calidad profesional requeridos. Sin conocer a detalle los entretelones laborales o de salarios de la decisión, los argumentos que esgrimen las autoridades de la materia me parecen contundentes: Hay zonas de Brasil que requieren la expansión de la cobertura de Salud Pública, y el número de médicos brasileños es insuficiente, o no existe disposición para trasladarse a esos lugares.
El prestigio de la medicina cubana es de larga data. Ya en el siglo XX, con motivo del bloqueo, los cubanos tuvieron que esmerarse en desarrollar las áreas de su mayor especialidad, entre ellas la medicina. Lograron, incluso, instaurar un esfuerzo local de elaboración y producción de algunos medicamentos. La decisión de contratar a médicos cubanos para complementar la oferta de la atención de la salud de la población brasileña, tiene razón científica, técnica y social.
Brasil y Cuba han planteado su decisión de impulsar el acercamiento entre América Latina y el Caribe, expresiones como: solidaridad latinoamericana, latinoamericanismo activo, son huecas si no se proyectan en acciones concretas.
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Beatriz Paredes
OPINIÓN INVITADA
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