“La complejidad de los impuestos es en sí un impuesto”.
Max Baucus
El gobierno de Enrique Peña Nieto parece dispuesto a hacer algunos arreglos cosméticos, políticamente rentables, a su miscelánea fiscal para el 2014, pero no a cambiarla por una verdadera reforma que haga más justo el sistema e impulse el crecimiento y la prosperidad.
La información disponible sugiere que el gobierno está dispuesto a eliminar el IVA a colegiaturas y también al alquiler o compra de vivienda, pero sólo a la de “interés social”. De la misma manera se inclina a dejar sin IVA las importaciones temporales de la industria maquiladora, pero no a toda, ya que mantendría el impuesto a las que están en el esquema shelter o de refugio, en que una empresa mexicana provee los servicios que necesita la maquiladora. Del impuesto a los refrescos, ni hablar: se mantendrá, aunque todos sabemos que no incidirá para nada en el sobrepeso o la obesidad de los mexicanos.
Uno de los grandes problemas del sistema tributario mexicano es que no es equitativo. Los impuestos se utilizan para favorecer a algunos grupos y para comprar votos. La nueva miscelánea fiscal del gobierno de Peña Nieto sigue la misma filosofía de siempre.
En los espectáculos, por ejemplo, se empezará a aplicar un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16 por ciento a los espectáculos públicos, como el cine, el futbol, los conciertos o las corridas taurinas. Esto representará un aumento de 16 por ciento en el precio. Sin embargo, el teatro y el circo quedarán exentos. ¿Por qué? El perenne deseo del gobierno de favorecer a unos frente a los demás. Se mantiene y se aumenta, por otro lado, el “estímulo fiscal” del artículo 226 para el cine cuya asignación determina un “comité” del que forma parte el Instituto Mexicano de Cinematografía. Regalos a los escogidos.
El gobierno parece haberse dado cuenta que la aplicación del IVA a las importaciones temporales de las maquiladoras ponía en riesgo una industria que genera 2.3 millones de empleos, mucho mejor pagados que el promedio de la industria nacional, y que compite intensamente con empresas de otros países, como China, que no pagan ese impuesto. Está considerando por lo tanto eliminarlo, pero no a las empresas en el esquema shelter o de refugio Éste permite a las compañías pequeñas y medianas de otros países aprovechar las reglas de la maquiladora en México a través de una firma mexicana que les alquila la planta de producción y contrata a los trabajadores, pero que fundamentalmente enfrenta la laberíntica burocracia mexicana. Al castigar a las empresas en el esquema shelter se manda nuevamente el mensaje de que las reglas en México se aplican de manera discriminatoria.
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha señalado que se preparan cambios en la ley para las colegiaturas y para las importaciones temporales, pero que no habrá modificación en el impuesto especial para las bebidas azucaradas. Nadie pretende que este gravamen vaya a disminuir el problema del sobrepeso en México. Por eso no hay metas que definan la reducción en sobrepeso que se espera lograr con el gravamen. Lo que sí veremos es una caída adicional en el precio del azúcar. Si consideramos la presión que están ejerciendo los cañeros, no sorprenderá que terminemos viendo el impuesto y al mismo tiempo un subsidio al azúcar. Al gobierno le encanta aplicar el acelerador y el freno al mismo tiempo.
Los ajustes se están haciendo para favorecer a un grupo o a otro. Una verdadera reforma fiscal tendría impuestos sencillos y universales, sin favoritismos, y mantendría su nivel lo más bajo posible. Pero nuestro gobierno quiere el paquete fiscal para castigar a unos y premiar a otros.
7 MIL MILLONES
El PRD de la Ciudad de México está pidiendo un subsidio de 7 mil millones de pesos al gobierno perredista de la capital para “compensar las pérdidas” por las manifestaciones que el propio PRD y el gobierno capitalino apoyan. Y para eso nos quieren cobrar más impuestos.
www.sergiosarmiento.com
Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=195061
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