Michelle Obama
La Secretaría de Gobernación ofreció su as bajo la manga el viernes y prometió a la sección 22 pagar las quincenas no trabajadas a cambio del regreso a clases este lunes 23 de septiembre. Los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sin embargo, desconocieron los acuerdos y decidieron no volver a las aulas.
Los negociadores de la Segob estaban convencidos de que tenían ya un acuerdo que permitiría liberar la Ciudad de México y regresar a clases. En un confuso fin de semana, sin embargo, los negociadores de la CNTE no lograron obtener el respaldo de los demás dirigentes. Al final se pospuso para el lunes la consulta sobre el retorno a clases, pero se programaron ya nuevas marchas para el miércoles 25 de septiembre. Esto significa que no se levantará el campamento del Monumento a la Revolución, ni tampoco se regresa a clases.
La CNTE no obtuvo de la Segob su demanda principal: la derogación de la reforma educativa. El gobierno federal simplemente no puede ceder a esta exigencia. Pero la promesa del pago completo de las quincenas no trabajadas ha sido siempre el premio principal de la sección 22 después de sus paros. Ahora eso no ha sido suficiente.
Al pago del tiempo no laborado, la CNTE está añadiendo una nueva exigencia: que “se impulse un transitorio en donde se haga una excepción para la aplicación de la reforma educativa a los integrantes de la CNTE”. La CNTE ha anunciado, además, que impedirá que el INEGI haga un censo que permita saber cuántos maestros hay realmente en las aulas y a cuántos se les está pagando. “No debemos dejar que exista un recuento; tenemos que cerrar las escuelas y los espacios”, señaló este fin de semana el líder de la sección 18 de Michoacán, Juan José Ortega Madrigal.
Quizá un 40 o 50 por ciento de la nómina en Oaxaca se paga a maestros que no dan clases o que no existen. Si realmente los 73 mil maestros de la sección 22 dieran clases, los 1.3 millones de estudiantes del estado tendrían salones de 18 alumnos. La realidad es muy distinta: las aulas oaxaqueñas concentran en promedio 50 o 60 alumnos. La diferencia son miembros del sindicato que tienen plaza pero no dan clases.
El gobierno federal quizá se vea obligado a aplicar la ley. Los maestros de Oaxaca llevan cinco semanas sin trabajar. Tanto la legislación laboral como la nueva ley educativa facultan a las autoridades a reemplazar a los maestros faltistas, pero nunca un gobernador ni la Secretaría de Educación Pública se han atrevido a hacerlo.
¿Será difícil reemplazar a los maestros? Seguramente. Pero mientras no se tome esta decisión, la sección 22 seguirá suspendiendo clases como lo ha hecho los últimos 33 años. Muchos maestros de la sección seguramente aceptarían recontratarse y regresar a clases si hubiera una convocatoria abierta. La recontratación ayudaría, también, a eliminar a las decenas de miles de maestros que reciben sueldo sin dar clases. Pero para aplicar la ley, hay que tener un enorme valor político.
No sé si el gobierno mexicano lo tenga. Es la valentía que Ronald Reagan de Estados Unidos mostró en 1981 cuando destituyó a más de 11 mil controladores aéreos en huelga o la de Margaret Thatcher en el Reino Unido que sostuvo el cierre de varias minas públicas de carbón con pérdidas pese a una violenta y prolongada huelga del Sindicato Minero en 1984-1985.
Si el gobierno decide contratar a nuevos maestros y regresar a clases con ellos, la CNTE hará lo posible por paralizar al país y el gobierno tendrá que usar la fuerza pública. Pero si no lo hace, la reforma educativa podrá ser ley pero no se aplicará en la realidad.
Dos tormentas
Ha sido enorme la magnitud de la tragedia provocada por dos tormentas relativamente leves. Podemos imaginar lo que ocurriría con la conjunción de dos huracanes de categoría 5, cosa que dista de ser imposible.
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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=192854
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