lunes, 28 de octubre de 2013

Denise Dresser - Miscelánea 'La Lupita'


28 Oct. 13

"Lupita" le dice Arturo Montiel a la Juez Guadalupe Escalona Valdés, quien permitió que siguiera secuestrando a sus hijos. "Lupita" la llama así el ex Gobernador del Estado de México que sigue controlando sus tribunales. "Lupita" es el calificativo cariñoso con el cual Montiel se refiere a quien permitió que continuara pisoteando la ley. En plena violación del Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores. En plena violación de los derechos de su madre -Maude Versini-, quien tenía la custodia cuando los mandó hace 21 meses de vacaciones a México a visitar a su padre, y no los volvió a ver.

Guadalupe Escalona Valdés, alias "Lupita", demuestra así que la justicia en México es para quien la pague mejor. O quien tenga más influencias. O poder. O lazos cercanos con Enrique Peña Nieto.




El Presidente que promueve que más mujeres tengan acceso al poder en México a través de cuotas partidistas. El Presidente que empuja un nuevo Código de Procedimientos Penales. El Presidente que -como Gobernador- logró la instrumentación de los juicios orales en territorio mexiquense. El Presidente que dice apoyar a las mujeres y la aplicación del estado de derecho no logra conjugar ambos imperativos en un caso emblemático.

Un caso escandaloso. Un caso donde México vuelve a quedar mal parado por la absoluta discrecionalidad con la que se comportan sus jueces y sus tribunales y sus políticos. Maude Versini vs. Arturo Montiel. Maude Versini vs. el Establishment del Estado de México. Maude Versini vs. el sistema judicial podrido.

Porque sólo así puede catalogarse un sistema en el cual una juez decide que niños de 8 y 9 años pueden quedarse en México cuando claramente padecen el Síndrome de Alienación Parental. Cuando su padre ha mentido sistemáticamente sobre su madre. Cuando no han podido verla en casi dos años. Cuando han sido manipulados y presionados y comprados. Cuando la juez ignora los lineamientos más básicos de la Convención de la Haya. Con el argumento tramposo de que regresarlos a Francia "sería muy doloroso para ellos". Con la anuencia del resto del Gobierno, incluida la Cancillería y Los Pinos.

Quizás sólo quede demostrada alguna vez la importancia de aplicar la Convención de la Haya cuando la esposa de algún ministro mexicano mande a sus hijos a Francia de vacaciones y no se los devuelvan. Cuando a la madre de alguna juez le digan que perdió la custodia de sus hijos nada más porque sí. Cuando a la hermana de algún magistrado importante le digan que supuestamente maltrató a sus hijos, basándose en el testimonio de nanas pagadas por el padre que quiere quedarse con ellos.

Cuando a la hija de algún abogado le impidan ver a sus niños en casi dos años. Cuando a la nieta de alguna procuradora le arrebate la custodia algún protegido por un "estado de derecho" puesto al servicio de poderosos, que casi siempre ganan. Cuando alguna de ellas -lamentablemente- sea víctima de un sistema judicial manipulado y no antes. Sólo así.

Porque la juez Guadalupe Escalona Valdés, del juzgado Tercero Civil de Primera Instancia de Lerma, Estado de México, ha evidenciado lo que realmente ocurre con la justicia en México. Lo que verdaderamente pasa al margen de las leyes y las Convenciones Internacionales. El sometimiento de jueces a políticos. El doblegamiento de juzgados a ex Gobernadores. La protección política que alguien como Montiel todavía logra obtener del Presidente a quien encumbró.

Mientras Peña Nieto presume la modernización del sistema judicial, pero permite que se comporte tal y como Arturo Montiel ordena que lo haga. Mientras Peña Nieto ensalza a las mujeres en el discurso, pero permite la violación de los derechos de una madre a pesar de las promesas que le hizo. Mientras Peña Nieto habla del "estado de derecho", pero permite un estado de excepción en el caso de Versini y los hijos que le fueron arrebatados ilegalmente.

Si este caso prosigue así -con amparos indefendibles y sentencias a modo-, no habrá manera de creer en los cambios prometidos, en las reformas en puerta, en lo que Peña Nieto promete pero no cumple. Si este caso prosigue así -con Convenciones Internacionales ignoradas y cancilleres cómplices-, no habrá formar de apostar a que el viejo PRI se comporte de nuevas maneras.

Maude Versini vs. Arturo Montiel ilustrará que todo cambia para permanecer igual. Que un político puede llamar "Lupita" a una juez y embolsársela. Que el sistema judicial sigue operando como siempre lo ha hecho: de manera opaca, impune, personalista. Colocando a México en una nueva ruta de colisión vis a vis Francia y el sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Y si el Presidente no lo entiende así, ojalá alguien en el Gobierno se lo explique. La protección y el apoyo que el sistema judicial ofrece a Arturo Montiel mancha la imagen de su Gobierno y del País. Lo que han hecho juntos "Lupita" y el ex Gobernador es indefendible, tanto a nivel nacional como internacional. Por ello habrá que seguir preguntando -a la manera del recordado Germán Dehesa- "Arturo Montiel, ¿qué tal durmió?".


Fuente: Reforma

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