martes, 8 de octubre de 2013

Rafael Loret de Mola - El estado de derecho

Soy enemigo de la anarquía, del sin gobierno, del vandalismo consecuente que lleva a la degeneración de la protesta pública, un derecho democrático y a la respuesta violenta del gobierno acosado. De allí la importancia de limitar los impulsos personales, tantas veces agresivos, mediante la aplicación de la ley aunque ésta no se dinamice con la rapidez deseada a causa, sobre todo, de los sectarismos imperantes en el Congreso de la Unión. Y sobre esto me resulta muy molesto el atestiguar el éxito de las alianzas turbias –así las llamo yo por la mezcla del agua y el aceite-, entre partidos antagonistas en extremo cuando se trata de imponerse al PRI como si este partido fuese sólo el foco de la infección... y no, por ejemplo, la derecha ineficaz e inoperante o la izquierda que se descalifica a sí mismo con las constantes escisiones con sabor mesiánico. En cada caso, el hilo conductor es la corrupción que es desembocadura de lo faccioso.






La ciudad de México, capital del país y espejo que refleja al mundo nuestra perspectiva dentro del segmento noticioso sobre las naciones beligerantes –esto es desde Siria y Afganistán hasta México y Colombia-, fue avasallada por un gentío incalculable de maestros que incumplen uno de los mandatos básicos de la Constitución: la garantía de educación de todos los mexicanos como ordena, desde 1917, la vanguadista Carta Magna promulgada por el Varón de Cuatro Ciénegas, Venustiano Carranza. Esto es, el Estado está comprometido a cumplir con este mandato; y los maestros no pueden, per se, tomarse a la ligera sus obligaciones ni siquiera bajo el supuesto de “luchar por el futuro” como han recalcado de manera demagógica con tal de mantener sitiada a la vieja Tenochtitlan. Hay otros caminos, sí más áridos y acaso largos, que no impliquen el incumplimiento de las normas y los deberes y derechos de los mexicanos para hacer viable a México como nación soberana y no como otra más de las incontrolables, susceptibles de ser intervenidas con el menor pretexto. Y el petróleo, como alguna vez reconoció Teresa de Kerry, cuando su esposo John, actual secretario de Estado, se promovía como candidato demócrata –muy parlanchín, sin duda-, es uno de los argumentos centrales de la política exterior estadounidense siempre dispuesta a asegurar la firmeza y futuro de la industria armamentista. 

Pues bien. Más allá de las simpatías y rechazos que genera el movimiento de los maestros disidentes, en su mayor parte de la CNTE, otrora opositora al cacicazgo de Elba Esther Gordillo Morales y ahora su defensora a ultranza –incluso enviaron a Rusia diez de sus reclutas para consultar con un abogado que conocía la ruta para ganar los amparos que ya obtuvo la “novia de Chucky”; tengo pruebas fehacientes y testimonios de ello-, está el respeto al derecho o la cancelación del mismo. Simple: Los disidentes, quienes incumplen sus deberes primigenios, exigen, entre otras cosas –cuando se anulan unas salen a relucir otras-, la “desaparición” de los artículos constitucionales tercero –en el que se basa el derecho a la educación laica en todo el territorio nacional, dentro de una sabia concepción que se adelantó a su tiempo-, y setenta y tres que formaliza las facultades exclusivas del Congreso de la Unión, esto es de la amalgama de ambas Cámaras, la de Senadores y la de Diputados. 

Me permito transcribir la fracción XXV del mencionado artículo setenta y tres, que enfurece y radicaliza a los disidentes, para una mayor comprensión del tema: “El Congreso de la Unión tiene facultad... XXV: PARA ESTABLECER EL SERVICIO PROFESIONAL DOCENTE EN TERMINOS DEL ARTICULO 3o. DE ESTA CONSTITUCIÓN; ESTABLECER, ORGANIZAR Y SOSTENER EN TODA LA REPÚBLICA ESCUELAS RURALES, ELEMENTALES, SUPERIORES, SECUNDARIAS Y PROFESIONALES; DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, DE BELLAS ARTES Y DE ENSEÑANZA TÉCNICA, ESCUELAS PRÁCTICAS DE AGRICULTURA Y DE MINERÍA, DE ARTES Y OFICIOS, MUSEOS, BIBLIOTECAS, OBSERVATORIOS Y DEMÁS INSTITUTOS CONCERNIENTES A LA CULTURA GENERAL DE LOS HABITANTES DE LA NACIÓN Y LEGISLAR EN TODO LO QUE SE REFIERE A DICHAS INSTITUCIONES; PARA LEGISLAR SOBRE VESTIGIOS O RESTOS FÓSILES Y SOBRE MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS, ARTÍSTICOS E HISTÓRICOS, CUYA CONSERVACIÓN SEA DE INTERÉS NACIONAL; ASÍ COMO PARA DICTAR LAS LEYES ENCAMINADAS A DISTRIBUIR CONVENIENTEMENTE ENTRE LA FEDERACIÓN, LOS ESTADOS Y LOS MUNICIPIOS EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN EDUCATIVA Y LAS APORTACIONES ECONÓMICAS CORRESPONDIENTES A ESE SERVICIO PÚBLICO, BUSCANDO UNIFICAR Y COORDINAR LA EDUCACIÓN EN TODA LA REPÚBLICA, Y PARA ASEGURAR EL CUMPLIMIENTO DE LOS FINES DE LA EDUCACIÓN Y SU MEJORA CONTINUA EN UN MARCO DE INCLUSIÓN Y DIVERSIDAD. LOS TÍTULOS QUE SE EXPIDAN POR LOS ESTABLECIMIENTOS DE QUE SE TRATA SURTIRÁN SUS EFECTOS EN TODA LA REPÚBLICA. PARA LEGISLAR EN MATERIA DE DERECHOS DE AUTOR Y OTRAS FIGURAS DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL RELACIONADAS CON LA 
MISMA”.

Tal es el texto que insisten en derogar los disidentes. ¿Qué buscan?¿Autonomía financiera para disponer de plazas y cuanto deseen como si tratara de una empresa ajena a las disposiciones generales? ¿Asegurar que los gobiernos, federal y estatales, NO intervengan en los planes de estudio ni en la capacitación de los mentores, como tales? ¿Hacer cuanto quieran, reconstruyendo, en una versión corregida y aumentada, el cacicazgo de Elba Esther Gordillo Morales? Poco falta para llegar a esto. Máxime, tomando en cuenta la congruencia de los líderes de la CNTE quienes dejaron infiltrarse, según dicen, o más bien financiaron como parte de la caravana de autobuses de lujo, a los llamados “anarquistas”, “ultras” o “radicales” a quienes señalan como ajenos para desligarse de las agresiones contra los policías, decenas de ellos heridos seriamente, quienes van a contener las marchas, supuestamente para salvaguardar el orden en el Distrito Federal, con la consigna de no tocar a los marchistas que injurian, afrentan y condenan a cuanto se encuentran a su paso o a quienes se atreven a cuestionarlos. Igual que ocurre en Morena, en donde sólo son valiosos, como mexicanos y patriotas, quienes apoyan al gran icono de la izquierda; y todos los demás somos repulsivos, vendidos, antinacionales e infanterías de diversos corporativos. ¡Ay, Andrés Manuel, me duele de verdad que el líder que fuiste se haya perdido por la siniestra oscuridad de la petulancia! Luego, los mentores disidentes hablan de las normas secundarias para señalarlas como argumento para seguir con su odisea particular que no les priva de sus salarios –mantenidos debajo del agua por arreglos con sus respectivos gobernadores-, ni de recoger víveres para ellos, sólo para ellos, en momentos en que las entidades de donde procede la mayoría de ellos se encuentran devastadas y solicitan el auxilio de la comunidad nacional, rebasado, por corrupción, el antiguo fondo para contingencias, ahora llamado Fondo Nacional de Desastres (FONDEN), jamás debidamente auditado y númen de no pocos fraudes escandalosos por cuanto se basan en el desfalco –desde 1988 lo vengo señalando tras los estragos que dejó el huracán “Gilberto” sobre la península de Yucatán-. No puedo encontrar moral alguna en quienes actúan así, recogiendo ropa y alimentos, desviándolos de quienes sí los necesitan, mientras mantienen estacionados decenas de autobuses para cuando ellos requieran transportarse a algún punto de la atenaceada ciudad de México. ¿Es esto aceptable en términos de elemental justicia? Pónganse las manos sobre el corazón y respondan ante la vergonzosa exhibición de desapego a sus raíces y a sus deberes. ¡Y no hagan sólo de la execrable Laura Bozzo el blanco de todas las ofensas cuando la autoridad moral de esta supuesta informadora, ruin, es idéntica a la de quienes engañan y manipulan a la sociedad diciéndose necesitados pero capaces de sufragar gastos de lujo y viajes a Rusia? Repito, tengo las pruebas y los testimonios.
Por supuesto, sin derecho no hay sustento para asegurar la paz y el orden en la República; no existe posibilidad alguna de convivencia pacífica en una sociedad tan plural como la nuestra en donde los del sur y los del norte pueden disentir hasta del modelo democrático y la conformación de México. ¿Acaso en Chiapas y Yucatán no se indignan con la leyenda negra del separatismo, más en la segunda, cuando lo único que ocurrió fue la oposición férrea de sus representantes al centralismo del abyecto general Santa Anna, uno de los mayores antihéroes de nuestra historia? En la misma línea deben colocarse quienes insisten en la “desaparición” de los principios esenciales de la Constitución. ¿Y cómo es que algunos pretendidos “caudillos” actuales tengan criterios distintos sobre la aplicación de la ley cuando se trata de apoyar al “plantón” o exigir la defensa del patrimonio energético, amparado por la misma Carta Magna?¿Buscan, quizá, crear un estado de derecho por pedacitos, basado en tendencias circunstanciales, para dar paso a la anarquía?

Debate
He preguntado, de manera reiterada, a cuantos me favorecen con su asistencia a pláticas y conferencias, si es peor el mal gobierno o la ausencia de éste; en todos los casos, la balanza se ha inclinado por deplorar lo segundo sobre lo primero. Para nuestra desgracia, la sensación de vacío pervive desde el inicio del tercer milenio, como si fuera una mala señal como la que no se cumplió en 2012 con el anunciado Apocalipsis maya. Esto es: Apuestan por no tener senda hacia el futuro quienes, de verdad, quieren ganar en la calle lo que es insostenible con la razón.
Sigue siendo preocupación medular de este columnista, a quien no se le ha desmentido jamás públicamente –en corrillos baratos y tendenciosos surgen, con mucha facilidad, las bravuconerías, pero sólo allí además de las “pedradas” provenientes del anonimato vil y cobarde-, el avance hacia el estado fallido, si el derecho pierde su papel de garantía de la gobernabilidad y nos arrojamos al vacío de la intolerancia hueca, favorable para la expansión de otras culturas y otros intereses macroeconómicos deseosos de tomarse como suyo al territorio mexicano. No son pocas las veces que lo hemos advertido.
Insisto: aunque se hayan perdido las rectorías económicas, sociales y políticas, mantenemos la concepción de la soberanía, popular desde luego, como sostén de las instituciones republicanas. Si la anarquía acaba con ellas, ustedes dirán hacia dónde nos encaminaríamos. De ello es sencillo deducir cuáles son los verdaderos intereses de fondo que mantienen la absurda bipolaridad de exhibirse como luchadores sociales a quienes son simples servidores de los grandes capitales del exterior que los financian. Es doloroso, terrible, pero irrefutable. 
No quiero generalizar; prefiero creer que en esa masa anónima de manifestantes hay muchos que no han analizado correctamente los contextos y son, por ende, víctimas de la correosa manipulación de sus dirigentes en su descocado propósito de reconquistar, para ellos, el cacicazgo del gremio magisterial: del sindicato a la coordinadora. Es estremecedor. 

http://www.rafael-loretdemola.mx

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