Algunas de las obras habían sido declaradas “arte degenerado” por el nazismo y, en consecuencia, fueron confiscadas durante la Segunda Guerra Mundial. Otras habían sido robadas a coleccionistas judíos. Según el semanario, la investigación comenzó en la primavera de 2011, luego de que la policía alemana interceptara a un hombre de 80 años que traiga consigo una inusual suma de dinero en efectivo en un viaje en tren entre Suiza y Munich.
Cornelius Gurlitt llevaba 18 billetes de 500 euros en los bolsillos, 9 mil euros en efectivo, por lo que se volvió sospechoso de evasión de impuestos y los investigadores obtuvieron una orden de allanamiento a su departamento en Munich, donde se encontraron con obras de arte de grandes maestros del modernismo, expresionismo, y surrealismo. Entre ellos, Edvard Munch, Picasso, Franz Marc, Paul Klee, Chagall, Otto Dix, Oskar Kokoschka y Max Liebermann, entre otros.
De acuerdo con la revista, el padre del hombre, era comerciante de arte y contaba con pinturas de los años 30 y 40. Hildebrand Gurlitt tenía autorización del régimen nazi para comercializar con obras modernas que eran catalogadas por Hitler como “arte degenerado” y fuero prohibidas por ser antialemanas o por ser obras de artistas judíos.
Una vez iniciada la guerra, Gurlitt participó en intercambios artísticos para conformar un inmenso museo que Hitler planeaba construir en la ciudad austríaca de Linz. Este quimérico Führermuseum iba a albergar la colección de arte más grande del mundo. Obviamente, sin ejemplares de los que los nazis consideraban “creación degenerada.
El hijo de Gurlitt las tuvo guardadas durante más de medio siglo en cuartos oscuros. Según la publicación, Gurlitt vivía de los ingresos que obtenía con la venta esporádica –e ilegal– de alguno de estos cuadros. Por este motivo, la Fiscalía Federal alemana está estudiando acusarlo por un presunto delito de evasión fiscal.
Los lienzos, según Focus, se encuentran en una cámara de seguridad de la aduana de Munich. Una historiadora de arte de Berlín fue contratada para la tarea de dilucidar el origen y valor de los cuadros. Según Focus, las pinturas llegarían a valer unos mil 300 millones de dólares. Hay órdenes internacionales para al menos 200 de las obras, agrega Focus.
Dentro de las obras se encuentra al parecer una pintura de de Matisse que en su momento fue propiedad del coleccionista Paul Rosenberg, abuelo de la periodista francesa Anne Sinclair, quien durante décadas ha denunciado la restitución de las obras robadas por los nazis.
De acuerdo con el Museo del Holocausto de Estados Unidos, ubicado en Washington, el nazismo se apropió de unas 16 mil obras de arte cuyo destino en muchos casos sigue siendo incierto.
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