Cuatro estados de la República representan en estos momentos “focos rojos” para la gobernabilidad y la estabilidad del país. Cuatro entidades que por su alta conflictividad social, crimen organizado, presencia de guerrilla activa y debilidad institucional forman un peligroso corredor que va desde el occidente de Michoacán hasta la explosiva frontera sur de Chiapas, pasando por el siempre agitado Oaxaca y el convulsionado Guerrero.
La efervescencia social y criminal que acontece dentro de esos estados los ubica como una región que, al compartir territorios y condiciones sociales de pobreza y marginación, representan una cuenca donde el descontento y la protesta social se están mezclando peligrosamente con grupos subversivos y crimen organizado que encuentran además otro elemento común para reproducirse: la debilidad y la incapacidad de los gobernadores que “gobiernan” esos agitados territorios.
En Michoacán la presencia militar para tomar el control del puerto de Lázaro Cárdenas y desde ahí lanzar una nueva ofensiva federal que busca recuperar territorialmente la región de Tierra Caliente y el resto del estado en poder de grupos como Los Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación, habla de la gravedad de la situación en ese estado. Más allá de los grupos criminales, los hechos recientes de actos de sabotaje terrorista contra instalaciones estratégicas de la CFE activaron las alertas sobre la presencia de grupos guerrilleros en el estado que, mezclados o no con el crimen, tienen ya otro tipo de intencionalidad distinta al control territorial de los narcotraficantes y buscan la desestabilización.
Un gobernador enfermo y de medio tiempo como ha sido Fausto Vallejo, combinado con interinatos fallidos y vacíos de autoridad ha agravado la situación en varios municipios del estado y ha colocado a Michoacán como una de las prioridades de seguridad nacional, ante la radicalización de sus conflictos, tanto de tipo criminal como de tipo subversivo o desestabilizador.
En Guerrero, la presencia histórica del EPR y sus derivaciones, sumado al conflicto magisterial y la efervescencia social que dejaron las recientes inundaciones en varios municipios del estado han incrementado la presión social en regiones como la Montaña, sede histórica de grupos subversivos y ahora también del crimen organizado, además de la costa y de la Tierra Caliente que comparte la misma conflictividad con Michoacán. El problema del gobernador Angel Heladio Aguirre es que su equipo de trabajo es tan disperso y dividido por conflictos políticos entre tribus del PRD que, de no haber sido por la presencia federal y el apoyo que llevó el Ejército y personalmente el presidente Enrique Peña Nieto, la situación hace rato hubiera desbordado al mandatario que simplemente administra los problemas.
En el gobierno federal hay preocupación sobre Oaxaca, donde el gobernador Gabino Cué es otro claro ejemplo de un mandatario debilitado y que, lejos de atender o resolver los conflictos de su estado, con la problemática sección 22 de la CNTE, ha exportado sus problemas al Distrito Federal y está completamente dominado por los líderes del magisterio a los que ha dado toda clase de concesiones sin buscar una salida a quienes encabezan la rebelión nacional contra la reforma Educativa. Una anécdota que comentan en el gabinete federal con sorna sobre Gabino es que, hace unos días, molestos, varios miembros del gabinete le reclamaron por qué había pagado tres quincenas juntas a los maestros. La respuesta del gobernador, no supieron si con cinismo o burla fue: “porque fue lo único que les alcance a pagar porque ya no había más efectivo en el banco”.
El otro estado que está en estos momentos en el radar de la inestabilidad es Chiapas. El descontento social en el estado crece ya no sólo por el conflicto magisterial que rebasó completamente al gobernador Manuel Velasco, sino que la debilidad y la abulia del mandatario ya es motivo de preocupación en las élites empresariales y políticas del estado que ven con preocupación como se descompone la situación en una entidad donde están a punto de cumplirse, en enero próximo, 20 años del surgimiento del EZLN.
En todos esos territorios hay auténticas bombas de tiempo que, de no atenderse adecuadamente, serán un lamentable recordatorio de que en México el sur no sólo existe, sino que también, en estos momentos, es territorio de efervescencia social y preocupante inestabilidad.
NOTAS INDISCRETAS…Y mientras en el sur los conflictos sociales no se resuelven, desde el norte se difunde una iniciativa denominada “República de Baja California”. En redes sociales circula una fotografía donde afirman que bandas musicales el Colectivo Nortec, Bostich y Fussible, proyectan una bandera independentista antes de salir al escenario en sus conciertos. La imagen ha sido compartida por cientos de seguidores que apoyan la idea de que Baja California se ‘independice’, planteamiento que surgió a raiz de la propuesta presidencial de homologación del IVA fronterizo del 11 a l 16 por ciento, punto ya aprobado en el Congreso…Los dados mandan Serpiente. Caída libre.
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