“Es preferible una injusticia a un desorden; el desorden es la injusticia misma”.
André Maurois
“Si el gobierno de la Ciudad de México y el federal no han hecho nada para reactivar la economía en la zona, nosotros sí”, declaró a Milenio David Velázquez, mesero del restaurante La Soldadera, uno de los más afectados por el plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Según los trabajadores, los dueños de los negocios del lugar han frenado a los trabajadores para evitar que quiten por la fuerza el plantón. Pero los trabajadores, que ya han dejado de percibir propinas y comisiones y están a punto de perder su empleo, tienen cada vez menos que perder.
Los trabajadores afirman que han buscado el apoyo de comunidades cercanas para expulsar a los activistas de la CNTE. La petición más natural ha sido a los habitantes del barrio de Tepito, quienes recibieron a golpes y pedradas una manifestación de la CNTE, que desde entonces no se ha atrevido a entrar en la zona. Dicen los trabajadores que pedirán también ayuda a vecinos de la Bondojito y la Anáhuac, que tienen también fama de bravos.
No sé si al final los trabajadores se atreverán a utilizar la fuerza para recuperar el espacio público y defender sus empleos. Pero no hay duda de que conforme avanza el tiempo los ánimos se caldean más.
Los gobiernos de la Ciudad de México, de los estados y de la Federación piensan que pueden seguir cruzándose de brazos ante los bloqueos que han convertido en una pesadilla la vida en muchos lugares, como el Distrito Federal, Oaxaca, Chiapas y Veracruz. La calle Bucareli de la Ciudad de México, convertida en un cementerio de negocios, demuestra que los grupos de poder son inmisericordes ante los comercios y sus trabajadores. Sin embargo, es sólo cuestión de tiempo para que ante la cobardía o complicidad de las autoridades los ciudadanos tengan que tomar medidas para defenderse.
Ya hemos visto algunos casos. El 10 de octubre un grupo de transportistas liberó por la fuerza el acceso al recinto portuario de Veracruz a través de la carretera denominada Kilómetro Trece y Medio que había sido bloqueado por la CNTE. El 17 de octubre fueron vecinos del barrio de Tepito los que recibieron a pedradas y golpes a los activistas de la Coordinadora. Varios miembros de la CNTE fueron lesionados. Habrá que ver si en el Monumento a la Revolución vemos un nuevo intento de los ciudadanos por defenderse de un grupo de poder.
Las autoridades han hecho todo lo posible por proteger a los activistas. En las manifestaciones el gobierno capitalino despliega policías, pero no para defender a los ciudadanos sino a la CNTE.
La experiencia nos dice que cuando el Estado falla en su deber de aplicar la ley y defender a los ciudadanos, tarde o temprano éstos asumirán esa responsabilidad. Eso lo hemos visto en países como Colombia, donde en los años ochenta surgieron grupos paramilitares con que los agricultores buscaban defenderse de las extorsiones y agresiones de narcotraficantes y guerrilleros ante la cobardía o incapacidad de las autoridades.
Aún es tiempo de que las autoridades mexicanas dejen atrás su indiferencia y se decidan a aplicar la ley para defender a los ciudadanos, como los dueños y trabajadores de los comercios del Monumento a la Revolución. Si insisten en no hacerlo, estarán sembrando las semillas de confrontaciones violentas que luego lamentarán.
CONTRACÍCLICAS
“Las políticas monetarias contracíclicas deben aplicarse como uno bebe tequila: en moderación”. Las palabras de Agustín Carstens en el Buttonwood Gathering de The Economist son importantes en un momento en que el gobierno federal pretende aplicar políticas fiscales contracíclicas sin moderación.
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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=201867
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