28.11.2013
Luisa María Calderón, senadora del Partido Acción Nacional (PAN), es la única persona del ámbito político que se ha acercado a negociar con el crimen organizado, acusó Servando Gómez Martínez, La Tuta, actual líder del Cártel de Los Caballeros Templarios.
A través de un video subido a la plataforma YouTube, el ex cabecilla de La Familia Michoacana aseguró que dos días antes de las elecciones estatales del 2011, la legisladora mandó a Francisco Girón del Toro, quien se postuló por la diputación de Apatzingán, a decir “que estábamos en los acuerdos y que la señora nos iba a respetar cuando ganara, y que íbamos de la mano por que ella ocupaba el triunfo y que todo se olvidaba”.
“Me molesté un poco y mandamos a decirle que nosotros no queríamos tratos con nadie, con ningún partido político, y que ganara el que mejor fuera”, sostuvo Gómez Martínez, quien incluyó en el material subido a YouTube partes de otros videos en los que se le ve reunido con Girón del Toro.
De acuerdo con el presunto delincuente, la senadora -que junto con indígenas purépechas ha denunciado varias reuniones entre miembros del grupo delictivo en cuestión, con candidatos del PRI, y con el gobernador suplente de Michoacán, Jesús Reyna García; así como el encuentro de supuestos líderes Templarios con miembros de la Comisión de Seguridad del Senado de la República- “ataca tanto” a su organización porque al inicio de la administración de su hermano, Felipe Calderón, secuestraron a uno de sus familiares.
La persona en cuestión es Alfonso Reyes Hinojosa, primo del ex Presidente y dueño de unas casas de cambio, que presuntamente debía 30 millones de pesos a pequeños empresarios michoacanos.
“Llegamos a un arreglo. Fue el primero de noviembre, cuando retuvimos al señor, del 2006 y lo soltamos el dos de noviembre del 2006, más o menos un mes antes de que tomara posesión el electo que era Felipe Calderón Hinojosa. Arreglamos, se comprometió a pagar a los pequeños empresarios 30 millones de pesos y no lo volvimos a ver”, comentó.
El conflicto con la familia Calderón se habría acrecentado cuando los Caballeros Templarios sacaron a Los Zetas del municipio de Lázaro Cárdenas, en 2008, y afectaron los intereses de la familia presidencial.
De acuerdo con “La Tuta”, el trato con los Calderón Hinojosa en 2006 se hizo mediante Carlos Mejía Villaseñor, quien les adeudaba 12 millones de dólares prestados para hacer un fraccionamiento, y quien hoy es testigo protegido del gobierno federal. En ese entonces, sostuvo el capo, Luisa María Calderón, habría intervenido porque tenía una relación “muy íntima” con el sujeto, por lo que recomendó a las autoridades iniciar una indagatoria.
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