jueves, 2 de enero de 2014

Raymundo Riva Palacio -La pobreza de los ricos

LONDRES.— Es innecesario rascar en Brixton, cerca de Londres, o en el Distrito 18 y en los barrios delbanlieue parisino, para ver la pobreza emerger en las calles. En la zona de Covent Garden o Saint Michel, es tan lastimosamente cristalina como en los cinturones de miseria en Atenas, o en los barrios madrileños como Lavapiés. La crisis financiera que azotó a Europa en los últimos cinco años arrastró a todo un continente consigo. En un inquietante reporte que difundió la Cruz Roja hace unos días, marca las tendencias de una catástrofe económica de la mano de un declive en la vida diaria, con un incremento de 12% de posibilidad deconflictos sociales.
 
Parece ficción el panorama que enfrenta Europa, llevada a esta situación por la crisis de Lehman Brothers en septiembre de 2008, el cuarto banco más grande de Estados Unidos al declararse en bancarrota, culminando seis meses de  erosión de la estabilidad financiera global, que como describió Alan Greenspan, quien presidía la Reserva Federal en esos momentos, “los inversionistas cambiaron de la euforia al pavor, los mercados profundamente líquidos se secaron en una noche, y se contrajo la actividad económica del mundo”.
 
 
 
 
 
 
Pero la realidad europea no es una pesadilla pasajera. La Cruz Roja identificó consecuencias secundarias como resultado del incremento de la pobreza, el desempleo y la reducción en servicios sociales. En España y Grecia, los hijos adultos regresaron a vivir a la casa de sus padres porque no les alcanza para mantenerse. EnFrancia, el 75% de quienes piden comida a la institución o se forman en las filas para que les den sopa, dicen que tampoco pueden pagar la renta. Aún en Alemania, el país más fuerte en Europa, 5.5 millones de alemanes dejaron de pertenecer a la clase media para ingresar a las filas de la pobreza.
 
 
Las políticas de los países para estabilizar sus economías, han golpeado a las mayorías con la promesa que, a largo plazo, serán las beneficiadas. Medidas draconianas condujeron a que en el tercer cuarto de 2012 hubiera 11 millones de personas que no tenían empleo garantizado, 1.3 millones más que el año previo, y 5.2 millones por encima de los desempleados en 2008, según la Cruz Roja. Actualmente hay 120 millones de europeos –de casi 740 millones- que no tienen trabajo o están en riesgo de llegar a la pobreza total, con lo que se abren las posibilidades del descontento social.
 
 
Llegar a este punto tiene como su mejor catalizador el hambre. Según la Cruz Roja, el total de europeos que depende de su distribución de comida en 22 países investigados, creció 75% entre 2009 y 2012. Y aún entre quienes tienen trabajo, de acuerdo con un informe de Eurostat de 2011, el 8.9% de ellos viven debajo de la línea de pobreza. “No sólo hay más gente que cae en pobreza, sino que los pobres se vuelven más pobres y el sentir es que la brecha entre los que más tienen y los pobres, está creciendo”, señaló la Cruz Roja.
 
 
Todavía no se dan actos violentos en contra de quienes más tienen, y por ahora son inmigrantes quienes han pagado la factura. Además del repunte en racismo, varias naciones están endureciendo sus políticas migratorias. Pero la desesperación rompe cualquier barrera. El 10% por ciento de la población rusa se compone actualmente por migrantes de Asia Central y del sur del Cáucaso. En Suecia, 35 mil de migrantes trabajar sin documentos. Cientos de personas de países afectados por conflictos o hambruna, como Bangladesh, Pakistán, Sudán, o el África subsahariana, buscan en Europa una oportunidad, mientras duermen en las calles sin medios para mantenerse a sí mismos, que añade tensiones en todos los países.
 
 
“Vemos una desesperación silenciosa que se extiende entre los europeos, resultando en depresión, resignación y pérdida de esperanza sobre su futuro”, reportó la Cruz Roja. Lo que no ve es una salida, ante las medidas de austeridad para retomar el curso, que contribuyeron a una mayor pobreza, a elevar el desempleo y hacer que las tensiones se estiran cada vez más, sin saberse cuándo se romperá la liga. Esa es la gran pregunta para 2014, el año que consideran los analistas será el momento para la recuperación de Europa. La medicina que le han dado a los europeos, sugieren, fue la correcta. Pero evaluar si la receta afectó más al paciente de lo que lo ayudó, pocos se atreven a hablar, salvo la Cruz Roja que ve el porvenir europeo, generosamente hablando, negro.
 
 
 
 
 

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