35% de los entrevistados desaprueba la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, 33% la aprueba y el 32% restante no opina sobre este asunto. En lo que a la gestión del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, 27% la aprueba, 26% la desaprueba y 57% no opina al respecto. Es evidente que los niveles de aprobación distan de ser óptimos para ambos.
En lo que a la confianza que tenemos sobre los organismos encargados de velar por nuestra seguridad, las cosas no se ven mejor, ya que sólo 36% de los entrevistados dice confiar en el Ejército o la Marina, 27% en la Policías Federal y 18% en la policía de su estado.
Para el 46% de los entrevistados la estrategia contra la delincuencia seguida por el gobierno de Peña Nieto no es diferente a la de su predecesor, Felipe Calderón, y solo 25% opina que sí es diferente.
En comparación con hace un año, 28% dice que ha empeorado el combate contra el crimen organizado, el narcotráfico, el secuestro y la extorsión; 25% afirma que empeorado la seguridad que siente en la calle; y 24% asegura que ha empeorado el combate a crímenes como son el robo, el asalto y el robo a casa-habitación.
36% de los encuestados opina que la creación de la Coordinación Nacional Antisecuestro disminuirá y erradicará el secuestro; 31% cree que no funcionará esta estrategia.
34% asegura que la incorporación de los grupos de autodefensa a las filas del gobierno ayudará a disminuir la situación de violencia causada por el narcotráfico; 31% dice que esta incorporación no servirá.
Dentro de las muchas crisis que enfrenta el país está la de la falta de confianza que sus habitantes tienen en sus autoridades. Esta actitud no surgió de un día a otro sino que es el resultado de un cúmulo de errores y abusos cometidos precisamente por quienes tienen la obligación de velar por nuestra seguridad.
Entre las cosas que los mexicanos hemos visto durante las últimas décadas están las estrategias fallidas para combatir a la delincuencia que le han costado la vida a decenas de miles de mexicanos; las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas aparentemente ordenadas desde las más altas esferas del gobierno calderonista; la corrupción de un alto número de policías municipales, estatales y federales y sus correspondientes mandos; la colusión de oficiales de diferente graduación de las fuerzas armadas con las organizaciones criminales; la protección que varios gobernadores, algunos ya plenamente identificados, le otorgaron a los principales cárteles de la droga; los abusos contra la población cometidos por todo tipo de uniformados, civiles o militares; la impunidad con que han actuado y siguen actuando los criminales; la injusta impartición de la justicia que permite que los criminales más peligrosos anden libres mientras que las cárceles están repletas de inocentes o delincuentes menores cuyos delitos no causan mayor daño a la sociedad.
La mayoría de los mexicanos cree que las cosas no han mejorado durante los 16 meses de la administración de Peña Nieto. Se siente tan desprotegida hoy como se sentía ayer.
Si el presidente no quiere que el PRI pierda un buen número de diputaciones federales en las elecciones del año entrante deberá actuar para que se reduzcan sensiblemente las tasas delincuenciales y los mexicanos nos sintamos más seguros, menos desprotegidos.
Pidan la encuesta
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