lunes, 30 de junio de 2014

Daniel Sánchez Bonet - El arma homicida

Daniel Sánchez Bonet
1982
El arma homicida


Con el recibo de la gaseosa que su cliente había tomado dos días antes en la barra de un hotel, el abogado tomó la palabra:

-¡Esto es lo único que hay, señoría! Ha habido un malentendido o ese hombre, sencillamente, está fuera de sí. Mi cliente no merece estar en ese banquillo y usted tampoco perder un segundo más de su valioso tiempo. 
En el otro extremo, mientras tanto, la víctima seguía señalando a su agresor: ¡Es un asesino! ¡Es un asesino! Y es que no estaba dispuesto a vender su alma por nada y menos, a sellar un pacto con ese maldito diablo vestido de inocente. Su versión era clara: le insistí en que la bajara y nada ¡Ni siquiera se molestó en apagarla! ¡Es un asesino! 
Segundos más tarde, por fin, los presentes pudieron observar el arma. Tenía un filtro de 6 milímetros y la punta seguía humeante…

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