jueves, 17 de julio de 2014

Eduardo Ruiz Healy - ¿Qué sucedió en Zamora?

Con casi 200 mil habitantes, Zamora es la tercera ciudad más populosa del estado de Michoacán. Es una ciudad muy católica y conservadora. Durante los enfrentamientos, muchas veces sangrientos, que a lo largo de nuestra historia se han dado entre liberales y conservadores, muchos zamoranos pelearon y todavía pelean del lado de los segundos.

Con 200 mil habitantes Zamora es clasificada como una ciudad intermedia, ni muy grande ni muy pequeña. Es decir que ahí no aplica el viejo dicho que afirma que “en pueblo chico, chisme grande”. Sin embargo, tampoco puede ser una ciudad en donde sea fácil permanecer en el anonimato o dirigir una operación criminal durante mucho tiempo. Y, si consideramos el conservadurismo de la sociedad zamorana, veo difícil que alguien se dedique a una actividad delincuencial sin que pase desapercibido.








Por todo lo anterior es sorprendente que en ese rinconcito de la provincia mexicana existiera algo como la casa hogar La Gran Familia, fundada y encabezada hace 40 años por Rosa del Carmen Verduzco.


Desde que fuerzas federales y estatales tomaron posesión del lugar el martes pasado, encontrando ahí a 458 niños y 138 adultos que vivían en condiciones infrahumanas y de casi esclavitud, mucho se ha dado a conocer sobre el caso.

Sabemos que la mayoría de los niños y adultos eran obligados a pedir limosna en las calles o realizar trabajos forzados dentro del albergue.

Sabemos que las mayoría de las víctimas eran golpeadas y maltratadas mentalmente. Las autoridades informan que muchas fueron violadas sexualmente.

Sabemos que “vivían entre chinches y ratas”, que “muchos de los menores y adultos rescatados se encontraban en estado de desnutrición, pues eran alimentados con comida descompuesta” y que “dormían en el suelo en condiciones de insalubridad; incluso fue necesario fumigar el albergue antes de ponerlos en libertad”.

Sabemos que entre los niños rescatados por lo menos había cinco que estaban reportados como desaparecidos.

Sabemos que los bebés que ahí nacían eran registrados como hijos de Rosa del Carmen Verduzco que impedía que los padres “pudieran llevar alguna tutela de los menores argumentando que los dejaría ir al cumplir la mayoría de edad”.

Sabemos que la llegada de las fuerzas estatales y federales a la casa hogar obedeció a que había por lo “menos 50 denuncias contra los administradores de esta casa, principalmente la señora Rosa del Carmen Verduzco, por privación ilegal de la libertad”.

Sabemos que el lugar recibió el apoyo de empresarios y políticos y que en 2007 el coro de los niños cantó en la fiesta de cumpleaños de Felipe Calderón.

Estoy seguro que conforme pasen los días sabremos más.

Personalmente me gustaría saber si La Gran Familia esclavizó, explotó, abusó y violó a personas durante sus 40 años de existencia y, si ese no es el caso, desde cuándo empezó a hacerlo.

Me gustaría entender por qué los 138 adultos no hicieron nada para liberarse de sus captores.
Me gustaría conocer la identidad de los políticos, empresarios y clérigos de Zamora que durante años apoyaron a Rosa del Carmen, quien hasta el martes pasado fue una zamorana distinguida.

Me gustaría entender cómo en una ciudad como Zamora, en donde no es fácil esconderse o encubrir una actividad ilegal, nadie se dio cuenta de lo que durante décadas ocurrió en la infame casa hogar.

Me gustaría saber qué sucedió en Zamora.
 

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