LA PREGUNTA viene al caso porque en el PAN ya volvieron a enseñar el cobre y de fea manera. Resulta que están inflando -oootra vez- su padrón de militantes... ¡hasta con difuntos!
HACE APENAS unos días el Instituto Nacional Electoral dio a conocer su reporte sobre la verificación de las afiliaciones partidistas, y resultó que Acción Nacional contaba apenas con 222 mil 928 militantes certificados.
ESTO, a decir de más de un experto, representaba un grave riesgo para el partido que comanda Gustavo Madero, toda vez que podría perder el registro si su membresía disminuía en otros tres mil militantes, pues no estaría cumpliendo el mínimo marcado por la ley.
EN PARALELO, los panistas emprendieron en las últimas semanas una intensa campaña de afiliación que, por arte de magia, comenzó a elevar su padrón. Sin embargo, hoy ya se sabe que no se trata de militantes reales, sino de meros
nombres, no de ciudadanos.
QUEDA por verse si los flamantes consejeros del INE meterán en cintura al PAN o si permitirán este nuevo embuste albiazul.
¡QUÉ CURIOSO! La Línea 12 del Metro no camina, pero muchos políticos andan trepados en ella.
UNOS porque quieren ver si los lleva a su destino en las próximas elecciones y otros, para ver qué rielazo le pegan a sus adversarios.
POR EJEMPLO, está claro que el director del Metro, Joel Ortega, ve en el caos de la Línea Dorada la oportunidad de oro para provocar a Marcelo Ebrard un desgaste ondulatorio y, si se puede, hasta trepidatorio.
DE PASO, también, ver si desde la cabina del conductor logra perfilarse a la candidatura al gobierno capitalino, sin preocuparse demasiado sobre si lleva entre las llantas del convoy a Miguel Mancera.
PERO, AHORA, resulta que la mismísima senadora Mariana Gómez del Campo que, como ex dirigente albiazul no dejó muy buen sabor de boca, ya salió en defensa de Ebrard diciendo que Mancera quiere opacarlo y que, para lograrlo,
usa las instituciones como vía.
Y MIENTRAS unos dicen una cosa y otros otra, ninguno dice: “Vamos a ponernos a trabajar para que esto camine”.
UNOS porque quieren ver si los lleva a su destino en las próximas elecciones y otros, para ver qué rielazo le pegan a sus adversarios.
POR EJEMPLO, está claro que el director del Metro, Joel Ortega, ve en el caos de la Línea Dorada la oportunidad de oro para provocar a Marcelo Ebrard un desgaste ondulatorio y, si se puede, hasta trepidatorio.
DE PASO, también, ver si desde la cabina del conductor logra perfilarse a la candidatura al gobierno capitalino, sin preocuparse demasiado sobre si lleva entre las llantas del convoy a Miguel Mancera.
PERO, AHORA, resulta que la mismísima senadora Mariana Gómez del Campo que, como ex dirigente albiazul no dejó muy buen sabor de boca, ya salió en defensa de Ebrard diciendo que Mancera quiere opacarlo y que, para lograrlo,
usa las instituciones como vía.
Y MIENTRAS unos dicen una cosa y otros otra, ninguno dice: “Vamos a ponernos a trabajar para que esto camine”.
CUANDO más candente está el problema fronterizo, resulta que al consulado mexicano en Arizona no le llegaron unos recursos que le tenían prometidos.
LOS FUNCIONARIOS de esa representación diplomática y los grupos de migrantes mexicanos en la zona nomás no logran entender por qué finalmente les hicieron el feo.
SOBRE TODO porque, como se ha visto en estos días, ya alcanzó niveles de crisis el problema de los niños que entran a Estados Unidos sin papeles. Y más con el activismo xenófobo de la ultraderecha norteamericana, a la que se le olvida que esa nación fue construida por inmigrantes.
HABRÁ QUE preguntar en la Cancillería a ver si alguien sabe qué paso con esos dineros, pues no vaya a ser, como dicen por ahí, que se fueron hacia Nueva York para atender otros asuntos quizá no tan importantes, pero sí más glamorosos.
LOS FUNCIONARIOS de esa representación diplomática y los grupos de migrantes mexicanos en la zona nomás no logran entender por qué finalmente les hicieron el feo.
SOBRE TODO porque, como se ha visto en estos días, ya alcanzó niveles de crisis el problema de los niños que entran a Estados Unidos sin papeles. Y más con el activismo xenófobo de la ultraderecha norteamericana, a la que se le olvida que esa nación fue construida por inmigrantes.
HABRÁ QUE preguntar en la Cancillería a ver si alguien sabe qué paso con esos dineros, pues no vaya a ser, como dicen por ahí, que se fueron hacia Nueva York para atender otros asuntos quizá no tan importantes, pero sí más glamorosos.
Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/templo-mayor-10486.HTML
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