sábado, 3 de diciembre de 2011

No más sangre, no más odio. Por Pablo Hiriart


La demanda contra el Presidente Calderón en la Corte Penal Internacional es un acto de propaganda, movido por el odio político de los demandantes, que no le perdonan haber ganado las elecciones de 2006.

Como ha escrito aquí Luis de la Barreda, los responsables de los crímenes son los que los cometen, los ordenan o los encubren.

Felipe Calderón no ha ordenado matar a nadie, sino que ha respondido a los ataques de los criminales porque era su obligación como Jefe del Estado.

Si lo acusan en la Corte de La Haya por los muertos en la lucha contra el crimen, también tendrían que llevar a Leonel Godoy, gobernador de Michoacán. A Padilla, ex gobernador de Sinaloa.

¿Medina a Corte de La Haya por los calcinados en el Casino Royale?

Y por los muertos en Tláhuac, asesinados ante la mirada impasible de la autoridad, ¿a quién van a denunciar?

Por los muertos del News Divine, jóvenes sin recursos, asfixiados por la acción ilegal de la policía, ¿quién va a ir a la Corte Penal Internacional?

Si Felipe Calderón lo ha hecho bien o mal es otro tema. Cada quien hará su evaluación, y el respaldo o la sanción será política.

Los que han cometido abusos, es decir crímenes y torturas, deben ser castigados previo juicio.

Pero llevar la acusación a La Haya y señalar al Presidente por crímenes de guerra y contra la humanidad, es propaganda artera.

Lo acusan —en su mayoría— sembradores de odio.

Basta leer sus mensajes en las redes sociales para darse cuenta de que los anima el rencor.

Lo que menos necesita México es la propagación del odio.

Se necesitan reconciliación nacional y corregir lo que haya que corregir.

¿Qué debe hacer un Presidente cuando una partida de criminales se ensaña contra una población y le cobra a la gente derecho de piso por trabajar o por atender sus comercios?

¿Debe el Estado cruzarse de brazos cuando manos criminales le cortan la cabeza a una veintena de personas y las arroja a la vía pública?

Si el Ejército está en las calles es porque las autoridades civiles no pueden con el problema. Están completamente rebasadas y han solicitado el auxilio de las fuerzas armadas.

Desde luego que la valoración de la estrategia seguida en esa lucha arroja un saldo negativo.

Es evidente que algo se está haciendo mal y el gobierno cree que no.

Son millones los mexicanos que demandan no más sangre.

No más sangre. Y no más odio.

http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=100475

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