jueves, 20 de septiembre de 2012

Carlos Ramírez - Álvarez Icaza no quiere CIDH

Carlos Ramírez
A pesar de que por reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA está impedido a representar a víctimas, el mexicano Emilio Álvarez Icaza pasa más tiempo al lado de Javier Sicilia que ateniendo sus funciones en el organismo internacional con sede en Washington.

Como defensor de derechos humanos, Alvarez Icaza fue fundador del movimiento de Sicilia, sólo que tomó posesión del cargo de secretario ejecutivo de la CIDH el 16 de agosto. Y como lo publicó Indicador Político el viernes 10 de agosto, la fracción 3 del Artículo 12 del Reglamento de la CIDH establece que, entre otros, el secretario ejecutivo, “al momento de asumir sus funciones”, “se comprometerá a no representar a víctimas”.




Aunque la redacción del texto exige un compromiso, de todos modos en los términos de la burocracia de organismos internacionales el compromiso implica una restricción por el papel que debe jugar la CIDH en la defensa de los derechos humanos pero sin someterse a subordinaciones de grupos activistas. La CIDH investiga presuntos casos de violaciones de garantías individuales, no es un tribunal popular que castigue sin investigar.

Si Álvarez Icaza fue designado secretario ejecutivo de la CIDH el 19 de julio, el 3 de agosto confrontó a funcionarios jurídicos del Gobierno mexicano a propósito de la ley de víctimas y lo hizo como representante del movimiento de Sicilia. Y si tomó posesión el 16 de agosto, su presencia al lado de Sicilia a la llegada de la caravana a Washington la semana pasada lo involucró en organismos de representación de víctimas, con lo que violó el reglamento de la CIDH.

En el fondo, hay indicios de que Álvarez Icaza no se siente a gusto en la CIDH porque el trabajo del secretario ejecutivo es más administrativo que operativo o de investigación y tiene que ver con supervisión presupuestal y de programas de trabajo. El compromiso de los funcionarios de no representar a víctimas tiene que ver, según el Reglamento, con la confidencialidad de asuntos. Por tanto, Álvarez Icaza pudo haber pactado el cargo de secretario ejecutivo de la CIDH para inducir el desahogo de denuncias mexicanas a favor de las víctimas.

El pasado viernes 15 de septiembre –día hábil para la burocracia de la CIDH, Alvarez Icaza apareció al lado de Sicilia no nada más como invitado sino haciendo declaraciones de apoyo a Sicilia, justificando el retiro del poeta de la dirección del Movimiento por la Paz y poniéndose al lado de las víctimas. 

El activismo del secretario ejecutivo de la CIDH se pasó el reglamento de la Comisión por el arco del triunfo y contaminó ya las denuncias de Sicilia en la Comisión y en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y más por el hecho de que Alvarez Icaza avaló la interrelación de víctimas de la violencia en México y los Estados Unidos y dejó entrever que se estaría gestando una “agenda” de víctimas entre los dos países.

El problema no radica en el hecho de que Alvarez Icaza siga defendiendo a víctimas de la violencia y participando en actividades de movimientos de denuncia, sino que lo haga representando también a la CIDH como secretario ejecutivo. Alvarez Icaza fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF y que compitió en 2009 por la presidencia de la Comisión Nacional de DH y para ello buscó el apoyo del entonces gobernador del estado de México y precandidato presidencial entonces, Enrique Peña Nieto, para lograr el voto del PRI en el Senado.

Pero el anuncio del retiro de Sicilia del movimiento por la paz desató ya una lucha interna en el grupo para heredar la dirección política de la representación de víctimas de la violencia y Alvarez Icaza ya se apunto. Además de ser una salida a la angustia de la gente afectada, el movimiento de Sicilia es un grupo político de presión de mayor importancia que la burocrática secretaría ejecutiva de la CIDH.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/alvarez-icaza-no-quiere-cidh

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