jueves, 20 de septiembre de 2012

Diego Petersen Farah - La tragedia del rico súbito

“No hay peor tragedia que sacarse la lotería o uno de los grandes sorteos; el rico súbito cambia de forma de vida, se acaba el dinero mucho antes de lo pensado y nunca más vuelve a ser el mismo”, comentó hace unos años un psicólogo social. A nuestros gobiernos les pasa algo similar.

Con un petróleo a más de 100 dólares por barril el Gobierno federal tuvo en lo últimos años más dinero que nunca para inversión y sin embargo lo que más creció fue el gasto corriente. Pero si el caso de Gobierno federal es grave, el de los estados y municipios es gravísimo. Los estados se endeudaron en los últimos seis años con una facilidad y una irresponsabilidad no vista desde los años ochenta. Se perdió una disciplina fiscal que nos costó sangre y que se mantuvo a lo largo de 25 años. En los últimos años Hacienda soltó la rienda y regresamos, sin decirlo con esas palabras, a las épocas lopezportillistas de “administrar la riqueza”; al igual que a finales de los setenta y principios de los ochenta, la administramos muy mal. Los municipios, por su parte, tienen hoy más dinero que nunca, pero literalmente están llevando una vida de ricos nuevos y súbitos. Las participaciones extras que recibieron sólo les han servido para contratar gente y apalancar deudas, pero el gran daño de este “dinero fácil” es que se olvidaron de generar ingresos.




En un arranque populista (que a juzgar por los resultados electorales le sirvió de muy poco) el Gobierno de Calderón quitó la tenencia y la mayoría los estados no la suplieron por ningún otro impuesto al uso del automóvil. Mataron de un plumazo la principal fuente de ingresos de las entidades federativas. Pero los municipios están aún peor. Antes, el predial era importante en el presupuesto de ingresos, hoy, comparado con las participaciones, les importa un comino. El promedio de recaudación de predial de los municipios de Jalisco es de menos de 40%, esto es seis de cada 10 jaliscienses no están pagando impuesto predial mientras municipios como Tonalá o Chapala, por citar dos casos de los más graves, están quebrados, endeudados mucho más allá de sus capacidad de pago y con unas nóminas obesas e ineficientes.

La solución no es, como propusieron algunos senadores, hacer un Fobaproa para estados y municipios. Más temprano que tarde los ingresos petroleros van a caer y la crisis será fatal. Lo que tiene que hacer Hacienda, por impopular que sea, es cerrar la llave a nuevos endeudamientos y obligar a los municipios a que gasten lo que ingresan, lo cual los llevará a reducir nóminas y cobrar impuestos. Entre más tardemos en hacerlo, peor nos va a ir.

El predial era  importante en el presupuesto de ingresos, hoy, comparado con las participaciones, les importa un comino. El promedio de recaudación de predial de los municipios de Jalisco es de menos de 40 por ciento

Los estados se endeudaron en los últimos seis años con una facilidad y una irresponsabilidad no vista desde los años ochenta. Se perdió una disciplina fiscal que nos costó sangre y que se mantuvo a lo largo de 25 años.

Leído en: http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2012/09/20/la-tragedia-del-rico-subito/

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