Rafael Loret de Mola |
Ya veremos si, en cuestión de tres décadas, alguno de los nietos de Joaquín “El Chapo” Guzmán no se erige en redentor para formar la nación chicana, un elemento muy presente desde la década de los sesentas cuando la primera reunión “parlamentaria” entre legisladores de México y Estados Unidos se convulsionó cuando un inepto congresista de Arizona planteó la posibilidad de que México “cediera” sus entidades norteñas, a cambio de la deuda externa que entonces ya agobiaba, para formar así una especie de “colchón” y concentrar allí a los “indocumentados” habituales sin soslayo de la economía del imperio yanqui pero también sin las “molestias” causadas por los inmigrantes. Fue tan absurda la postura que ni siquiera fue recogida en la crónica del evento. Pero se dio. Luego, los diputados y senadores mexicanos se fueron a Nueva York como testigos de la monumental “Feria Mundial” erigida en Manhattan.
Ahora quienes reclaman el privilegio de la soberanía sobre las rutas del narcotráfico son los grandes “capos” en pugna permanente, especialmente los llamados “zetas” con expansivas ondas sobre Europa a través de Madrid y Barcelona, entradas fáciles para cubrir Europa desde la clandestinidad y con buena dosis de la inefable corrupción burocrática, tan grave aquí como allá. Dos figuras sobresalen sobre ls escenarios: Heriberto Lazcano Lazcano “El Lazca” y Miguel Ángel Treviño Morales “Z-40”, operacionales desde San Luis Potosí hasta los estados norteños, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. De éstos hacia los Estados Unidos suelen los cargamentos de drogas volverse invisibles con la participación efectiva de los “padrinos” con verdadero peso, al estilo de los Corloene de Puzzo.
Desde luego, a estas alturas del sexenio calderonista en plan de finiquito, pocos recuerdan la promesa de aprehender al célebre “Chapo”, reafirmando aquello de que siempre existe un “puente” para evitar los amagos, advertencias y ejecuciones –ya van dos diputados federales del PRI como aviso para medir el carácter del igualmente amenazado Enrique Peña Nieto a quien el propio “Chapo”, de manera directa, puso precio a su cabeza desde mayo de 2008, en plenos festejos de Metepec, cuando pretendió realizar un intento –fallido entonces- para capturar a Ignacio “Nacho” Coronel... a quien confundieron sus agentes, nada menos, con el primogénito de Emilio Gamboa Patrón. Ni siquiera la juventud evidente atempera la furia cuando se desquician quienes gozan del poder de las armas; y sólo se fijaron en el escandaloso resguardo del muchacho cuyos custodios poco pudieron hacer para evitar que encarcelaran al hijo del “intocable”, ahora convertido en líder de los senadores priístas en franca descomposición de las sugerencias contra la corrupción. (Para mayor referencia, invito a los amables lectores, a extenderse en “Nuestro Inframundo”, 2011, el libro que maldijeron las editoriales con capital español y publicó la mexicana Jus-.
Pues bien, de acuerdo a los corresponsales extranjeros, sólo durante el pasado mes de agosto mil cuatrocientas muertes fueron ocasionados por la guerra intestina, bastantes más que los caídos en otras latitudes en donde la guerra está extendida. Tras los ataques terroristas a Nueva York, en septiembre de 2001, murieron, contando a los pasajeros de los aviones colapsados, dos mil novecientas setenta y tres personas y durante más de cuarenta años, desde su fundación, los terroristas de ETA aniquilaron a poco más de ochocientos cincuenta seres humanos, entre ellos centenares de mujeres y niños, bajo la furia ciega. ¡Y todavía hay imbéciles que pretenden no responsabilizar a nadie, menos al espurio Calderón, por las más de ochenta mil víctimas de las batallas entre mafias durante su deplorable gestión! Pero allí está la sangre derramada como prueba inapelable contra una derecha torpe, inoperante y atroz.
Pese a ello, no todo es perversidad. También en los partidos políticos existen personajes valiosos conmovidos profundamente por los saldos negativos. Conozco a varios, de distintas filiaciones partidistas, cansados de obedecer líneas a ciegas para armar las trampas de los sectarismos. ¿No fue positivo que el PRI no bajara la guardia durante doce años hasta retornar a Los Pinos?¿Y que el ahora ex perredista López Obrador resurgiera de entre sus cenizas para dar una batalla formidable por la Presidencia?¿Y más todavía: que los panistas sean los únicos, en este momento, en realizar una seria autocrítica para tratar de volver a ponerse de pie acaso guiados por la ética política de Josefina Vázquez Mota quien tanto se quejó de la mezquindad machista? No todo se ha perdido mientras existan quienes observen a México como lo que es, una patria firme con su propia idiosincrasia, y no como un filón para explotar hasta su extinción como “estado fallido”.
Por eso me entristece escuchar a algunos de los jóvenes, no los fundadores sino los infiltrados que han convencido a los primeros, clamar porque se hable del país como “fallido” al negarse a reconocer las victoria priísta en las elecciones presidenciales. Sé que es una vuelta hacia atrás en la historia; la cuestión es por qué llegamos a ella tras la vergonzosa actuación de las administraciones de la derecha que se corrompieron apenas disfrutaron del calor de la Presidencia. Y ni qué decir de aquellos perredistas –los conocemos de sobra, ¿verdad señor René Bejarano?-, dispuestos a enriquecerse sólo siguiendo el rencor social acumulado en la pobreza ingente de los desposeídos y los maltratados: la miseria y sus referentes es y será siempre un material explosivo en los escenarios de la desigualdad extrema.
Si cada quien asumiera su deber, en serio, no habría sitio para personajes tan nefastos como el mencionado Gamboa ni para el “izquierdoso” Bartlett -¿para cuándo su expulsión del PRI, señor Pedro Joaquín Coldwell o esperará ser señalado como uno más de sus cómplices?-, ni para el locuaz delincuente electoral llamado Vicente Fox quien ya se confesó y ni así se le abre indagatoria alguna por sus excesos de 2006, sólo por eso, cuando debe mucho más que eso: su marginación cuando más se requería poner avatares contra los demagogos y los ambiciosos sin frenos, bajo el pretexto de que el Congreso no le dejaba trabajar. ¿No se trataba de crear contrapesos?¿Entonces?
Pero, al fin, rescatamos algo: votamos en orden, aunque algunos insistan en la monumental compraventa de sufragios –cinco millones dicen- como si todos los mexicanos, y no sólo la clase política, fuesen esencialmente corruptos, indignos. No es por allí aunque tantos Pilatos pretendan lavarse las manos con el agua sucia de sus alianzas mediáticas. Pero de eso a pretender la caída de México hacia el “estado fallido” hay un abismo.
Debate
Mientras las descalificaciones siguen, con tono menor a las de 2006 hay que decirlo, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, va a la caza de algo que parece lejano y complejo: la recuperación del liderazgo continental de México, perdido por la arribazón de sujetos indefinidos, como Jorge Castañeda Gutman –de aprendiz de guerrillero, a la sombra de su padre y con su dinero, a testaferro de la derecha en plan de seductor y luego de nuevo, bajo las falas de Elba Esther, en vías de construir sus propios andamiajes de lanzamiento con tendencia izquierdista-, y la contumaz torpeza de los depositarios del Ejecutivo federal que fueron perdiendo las batallas de la razón, alejados de la Doctrina Estrada.
Recuérdese lo que aquí, en estas columnas que tanto incomodan a cuantos mantienen maridajes con la Presidencia –cualquiera que sea su signo-, insistimos en que, pese a sus graves errores –por ejemplo al mancillar al presidente cubano-, tuvo el acierto de no converger con los proyectos bélicos del clan Bush en Irak y, presidiendo el Consejo de Seguridad de la ONU, la delegación mexicano lanzó una negativa tan fuerte que logró cimbrar a la Casa Blanca; lo burdo vino después cuando Vicente, como colegiado regañado, buscó “al amigo George”, lacayunamente, encontrándoselo sin que éste le respondiera, hasta que logró un “cara a cara” para casi arrodillarse para pedir perdón... y luego, gracias a ello, contó con el apoyo de los empresarios con vínculos con las transnacionales para inventarse la “campaña negra” contra la izquierda en 2006. Todo tiene su explicación.
Cuando inició Calderón su mandato contaminado, en la Nicaragua de Daniel Ortega –otros de quienes se creen tan indispensables que sólo creen en ellos mismos y sus familiares-, con uno de los mayores desaires sufrido por un mandatario mexicano: ni siquiera se le dotó de alguna de las medallas repartidas entre los presidentes asistentes en una franca actitud de repudio. Y el afrentado, en todo caso representante de México, se quedó sin responder. De este tamaño fue el deterioro que culminó con la imposición de visas por parte de Canadá y nuevas condiciones infamantes de los Estados Unidos.
¿Será posible reconstruir todo ello?
La Anécdota
Entre mafiosos se dicen que la moda de los narco-corridos demuestra quienes son los dueños del verdadero poder. Igualmente los “chascarrillos” dibujan el perfil de los nuevos iconos del narcotráfico:
“Ese pobre “Lazca”
ni siquiera se rasca”
O bien, del otro extremo,
Mientras las descalificaciones siguen, con tono menor a las de 2006 hay que decirlo, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, va a la caza de algo que parece lejano y complejo: la recuperación del liderazgo continental de México, perdido por la arribazón de sujetos indefinidos, como Jorge Castañeda Gutman –de aprendiz de guerrillero, a la sombra de su padre y con su dinero, a testaferro de la derecha en plan de seductor y luego de nuevo, bajo las falas de Elba Esther, en vías de construir sus propios andamiajes de lanzamiento con tendencia izquierdista-, y la contumaz torpeza de los depositarios del Ejecutivo federal que fueron perdiendo las batallas de la razón, alejados de la Doctrina Estrada.
Recuérdese lo que aquí, en estas columnas que tanto incomodan a cuantos mantienen maridajes con la Presidencia –cualquiera que sea su signo-, insistimos en que, pese a sus graves errores –por ejemplo al mancillar al presidente cubano-, tuvo el acierto de no converger con los proyectos bélicos del clan Bush en Irak y, presidiendo el Consejo de Seguridad de la ONU, la delegación mexicano lanzó una negativa tan fuerte que logró cimbrar a la Casa Blanca; lo burdo vino después cuando Vicente, como colegiado regañado, buscó “al amigo George”, lacayunamente, encontrándoselo sin que éste le respondiera, hasta que logró un “cara a cara” para casi arrodillarse para pedir perdón... y luego, gracias a ello, contó con el apoyo de los empresarios con vínculos con las transnacionales para inventarse la “campaña negra” contra la izquierda en 2006. Todo tiene su explicación.
Cuando inició Calderón su mandato contaminado, en la Nicaragua de Daniel Ortega –otros de quienes se creen tan indispensables que sólo creen en ellos mismos y sus familiares-, con uno de los mayores desaires sufrido por un mandatario mexicano: ni siquiera se le dotó de alguna de las medallas repartidas entre los presidentes asistentes en una franca actitud de repudio. Y el afrentado, en todo caso representante de México, se quedó sin responder. De este tamaño fue el deterioro que culminó con la imposición de visas por parte de Canadá y nuevas condiciones infamantes de los Estados Unidos.
¿Será posible reconstruir todo ello?
La Anécdota
Entre mafiosos se dicen que la moda de los narco-corridos demuestra quienes son los dueños del verdadero poder. Igualmente los “chascarrillos” dibujan el perfil de los nuevos iconos del narcotráfico:
“Ese pobre “Lazca”
ni siquiera se rasca”
O bien, del otro extremo,
dentro de los Zetas, se alega:
“El famoso Z-40
sólo quiere renta”
La picardía mexicana siempre señala a los que son verdaderamente poderosos...desde los tiempos de los Zarco inmortales.
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
SI LLEGASE MÉXICO A LA CONDICIÓN DE “ESTADO FALLIDO”, NO LO OLVIDEMOS, ESTARÍAMOS A EXPENSAS DE UNA RECTORÍA DEL NORTE SIN NINGÚN TIPO DE DISIMULO. ES LO QUE ESTÁN ESPERANDO. ¿LES HACEMOS EL JUEGO POR NUESTRAS DOLENCIAS SECTARIAS?
sólo quiere renta”
La picardía mexicana siempre señala a los que son verdaderamente poderosos...desde los tiempos de los Zarco inmortales.
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
SI LLEGASE MÉXICO A LA CONDICIÓN DE “ESTADO FALLIDO”, NO LO OLVIDEMOS, ESTARÍAMOS A EXPENSAS DE UNA RECTORÍA DEL NORTE SIN NINGÚN TIPO DE DISIMULO. ES LO QUE ESTÁN ESPERANDO. ¿LES HACEMOS EL JUEGO POR NUESTRAS DOLENCIAS SECTARIAS?
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