Hace una semana exacta, Enrique Peña Nieto publicó, con su firma, un acucioso análisis sobre su visión del México institucional destacando la estabilidad democrática del país y el respeto irrestricto a los compromisos contraídos en el derechista periódico ABC, franquista que fue de cepa y apenas modernizado desde entonces, incluso manteniendo su antiguo formato. Con ello, claro, avaló la compra de dos “hoteles flotantes”, es decir barcos para la exploración de grandes proporciones, a los astilleros de Vigo, Galicia, precisamente en donde tienen sus mayores inversiones Carlos Mouriño Atanes, de allí originario y padre del sacrificado ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo, nacido en Madrid y avecindado en Campeche. La reválida sirvió, apenas unos días antes de las elecciones en la autonomía española, para elevar la campaña del más destacado de los “presidentes” –o gobernadores- del conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, quien busca su reelección convertido en el mejor aliado del gobernante español, Mariano Rajoy, en su agria disputa por una Cataluña tuerta en dirigentes y perspectivas.
Una jugada estratégica que, por supuesto, tiene lecturas de gran importancia. Luego cenaría con el Rey y los Príncipes de Asturias con la notoria ausencia de la Reina Sofía, muy alejada de su consorte en los últimos tiempos cuando, además, se habla, cada vez con mayor fuerza, de la utilidad de la monarquía –es decir, el sostenimiento de una familia, los Borbón, con muy escasa repercusión en los actos soberanos-, o bien la posible abdicación de Juan Carlos, cuyo prestigio –por la supuesta defensa de la democracia en febrero de 1981 para poner punto final al conato de golpe de Estado- parece haberse diluido por completo al conocerse sus correrías y algunas decisiones infortunadas. Desde luego, Felipe, el heredero, que sería el VII en la lista de las testas coronadas hispanas, a sus cuarenta y cuatro años parece estar listo y será el representante de España, como es costumbre desde hace largos años en este tipo de eventos, en la asunción de Peña Nieto en el ya muy próximo primero de diciembre.
Si a lo anterior sumamos el estruendoso aval de Peña a la reforma laboral que destruye la esencia del original artículo 123, en el que el Constituyente de Querétaro plasmó su preocupación por las grandes desigualdades sociales no superadas en más de una centuria y que pueden motivar estallidos de diversas índoles entre los injustamente tratados, tendremos las primeras lecturas sobre la consolidación del espíritu de la derecha con todo y la inminente alternancia; y en este sentido, quienes votaron por el PRI, sin ser priístas, esperanzados en el punto final de las erróneas administraciones panistas tendrán más que motivos para sentirse defraudados. Y, desde luego, no son pocos a sumar a los intransigentes que no reconocen la victoria peñista, pese a su contundencia, y a los propios derrotados panistas que se sienten a sus anchas construyendo las emboscadas legislativas contra el nuevo gobierno. Una especie de lucha interna, entre grupos con pensamientos afines, para atesorar el verdadero poder que ya no recala, precisamente, en el ejercicio presidencial.
Sólo faltaría un ingrediente para que el símil fuera perfecto: la fabricación de alianzas conjuntas entre el gobernante PRI, a partir de diciembre, con los renegados del PRD, exactamente igual a como lo hicieron con el PAN a pesar de desconocer al gobierno emanado del mismo en 2006 tras la mayor traición posible a la democracia del México contemporáneo. Entonces no habría duda de la tremenda descomposición política que significa, a estas alturas, dar continuidad a los estigmas más hondos del panismo cuyos saldos sangrientos no podrán olvidarse ni con la perogrullada de insistir en que, entre los muertos, “hay muchos criminales”. Caramba: si el gobierno vigente no siquiera es capaz de guarecer un cadáver... o el cuerpo que lo parecía como en el truculento caso del “El Lazca” al que la autopsia inicial le concedió una altura equivocada, además de una supuesta cirugía de orejas cosidas a la piel –como si tal fuese signo de estatus-, y una serie de fotografías en la que cuesta encontrar parecidos; lo mismo, recordamos, que cuanto sucedió con el monstruoso rostro de Amado Carrillo Fuentes, en 1997, exhibido con el visto bueno de la DEA, la última palabra como si los del norte fueran dioses terrenales no propensos a los equívocos y las corruptelas de muy alto nivel. ¡Por favor!
Así termina el episodio de Calderón... y por la misma ruta inicia el de Peña Nieto cuyos periplos no han incluido, por ejemplo, a las naciones gobernadas por la izquierda o en apariencia enfrentadas con el gran poder del continente. Independientemente de pareceres y posiciones, hablamos de soberanías que integran parte de Latinoamérica y, por ende, merecerían igualmente el mismo tratamiento diplomático en aras de recuperar no sólo el liderazgo moral de la región sino igualmente la capacidad de interlocución para una posible mediación en los casos de coyunturas severas como las que ya se están presentando, por ejemplo, entre Colombia y Venezuela; o respecto a las sospechosas enfermedades de un buen número de mandatarios que han minado fortaleza y, por ende, capacidad y acción en cada uno de ellos y de ella, si consideramos igualmente a Cristinita Fernández viuda de Kirchner, émula de Evita e Isabelita, en la matriarcal Argentina. Una verdadera antología de las dictaduras con “muchas faldas” y ni siquiera a la tercera han aprendido los gauchos. ¡Para algo, o más bien mucho, sirve el fútbol!
Es preocupante, sí, que Peña Nieto se muestre como un continuador y no como un reformador dispuesto a revalorar los emblemas de la posrevolución en cuanto a sus contenidos sociales y todavía vigentes por cuanto nuestra población sigue padeciendo una sorda, pero evidente, división de clases, cada vez más equidistantes mientras unos acumulan fortunas y los más se quedan en las calles, bramando, rugiendo, como si fuesen animales sin pastura, porque no tienen cómo ganarse el sustento diario y el gobierno, sencillamente, los ignora. Igual hizo la derecha cuando rebajó los contenidos de la canasta básica –en la era salinista- o decretó, unilateralmente, que quienes devengaban salarios por encima de los dos dólares diarios por día no podían situarse dentro de la pobreza extrema; en un santiamén, los Fox presumieron de haber rebajado los índices de depauperados, engañándose a sí mismos. ¿Jugada maestra o cinismo sin límites?
José López Portillo se dijo el “último presidente de la Revolución”, considerando que la estatización de la banca por él decretada estaba en esa ruta; por supuesto, habló así cuando su sucesor, el nefasto Miguel de la Madrid, ya extintos los dos aunque tengo testimonios de ambos, reviró y entregó a los banqueros “despojados” la mayor indemnización de la historia, suficiente para volver adquirir lo supuestamente perdido sin considerar que estos bancos eran los que habían sido saqueados por los “malos mexicanos” quienes trasladaron sus fortunas a las grandes instituciones financieras del sur de los Estados Unidos, sobre todo. Y jamás rectificaron. Tal es un hecho incontrovertible y doloroso. ¿Tenía entonces razón el siempre señalado –quizá difamado- López Portillo? En este caso, podría situarse el arribo de la derecha al poder en 1982, con De la Madrid y hasta la fecha.
Llevamos por tanto treinta años de dictadura derechista y lo que viene... hasta el 2018. ¿Alguien toma la palabra?
Debate
En España, Peña Nieto escribió –en su editorial del ABC del 16 de octubre-:
“La reforma laboral recientemente aprobada por la Cámara de Diputados permitirá mayores oportunidades para el empleo formal, facilitando la contratación de trabajadores y flexibilizando los mercados laborales”.
No apuntó, por supuesto, los costos de ello. Por ejemplo, cuánto favorece a las empresas contar con trabajadores eventuales, sin derecho a jubilaciones, ni los límites para integrar las condiciones de huelga. Tampoco habló de las “tercerías” que posibilitan contar con empleados que dependen de agencias distintas a los patrones contratantes que, por ello, no tienen responsabilidad ni penalización alguna en caso de despidos sin causa, salvo la protección de sus propios intereses. ¿No es esto, sencillamente, retardatario?¿Dónde quedaron los sólidos principios de los sabios del Constituyente?¿La modernidad significa barrer lo bueno e imponer criterios a favor de los dueños del dinero?
Pero, además, sugirió que México está dispuesto a hacer cuanto sea posible para lograr la rápida recuperación de España, dentro de una crisis provocada por la especulación –entre ellas la burbuja inmobiliaria y la demagógica concesión política de prebendas insostenibles para ganar votos-, como si estuviéramos en una situación mejor en donde, de verdad, la pobreza y la desocupación en nuestro país fuera un tema menor... como la violencia que no inhibe, por primera vez, a los inversionistas del exterior, sobre todo españoles. Mientras, la gran aristocracia hispana sigue mandando. ¿Saben ustedes cuánto cuesta asistir a un encuentro del Real Madrid, en gradas, en el estadio Bernabeú? Entr5e 130 euros y 250 de acuerdo a la importancia de los adversarios, esto es entre dos mil y cuatro mil pesos por boleto. Así y todo, es necesario subsidiar... a los ricos, nada más.
Jamás, en mis recorridos profesionales por la península ibérica –muchos de ellos forzados por las condiciones adversas en nuestro país para el ejercicio del periodismo-, he encontrado núcleos de pobreza tan graves como los que rodean, en las narices de cuantos habitan Los Pinos, a la ciudad de México. ¿Para qué, entonces, más falacias?
La Anécdota
Dijo una vez un sabio de la política mexicana:
--Se puede gobernar de todas maneras, menos con miedo.
El 25 de noviembre de 2010, Enrique Peña Nieto, contrajo nupcias con Angélica Rivera, “La Gaviota”, quien en su papel de actriz consumada pretendía extender su contacto con las masas. Y Peña, nervioso, nerviosísimo, lo impidió ordenándolo que subiera a la camioneta blindada con el rostro desencajado y una automática sonrisa al final, ya con medio cuerpo dentro del vehículo.
Recuérdese: a diferencia de Calderón, quien nunca ha sido molestado por los narcos salvo por los mensajes criminales significados con las vidas de algunos de sus cercanos –Juan Camilo, Blake Mora-, Peña Nieto ha recibido advertencias muy serias, del propio “Chapo” Guzmán, el “capo” más protegido del sexenio que termina sin saldos positivos en cuanto a la “exportación” de drogas hacia Estados Unidos pero con un reguero de sangre de por medio. Con todo eso, Peña debe sacudirse el miedo si quiere llegar, siquiera, a buen puerto.
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
LA TRANSICIÓN NO SERÁ, COMO LA DE 2006, UNA PARODIA DENTRO DE UN CORRAL DE COMEDIAS. SERÁ MÁS FORMAL CON TODO Y LAS PROTESTAS ACOSTUMBRADAS DEL PRD. LAS HACEN, LUEGO DEL FRAUDE DE 1988, CUANDO EN LA ASUNCIÓN DE SALINAS EL ADUSTO FIDEL CASTRO, EN EL PALCO DE HONOR, NO DEJABA DE MIRAR AL ENTONCES SENADOR PORFIRIO MUÑOZ LEDO Y ÉSTE LLEGÓ A INHIBIRSE, DEVOLVIENDO SALUDOS Y REVERENCIAS. ¡LOS ENGAÑOS MEDIÁTICOS HAN SIDO TANTOS!
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/derechasumaysumasubsidioalosricostienemiedoenrique-1398776-columna.html
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