Claudio X. González Guajardo, presidente de la organización Mexicanos Primero, exigió ayer al presidente electo Enrique Peña Nieto tener valor para enfrentar a los corruptos y a los corruptores y recuperar la rectoría de la educación en México.
Sin embargo, no se ve por dónde el próximo Presidente de la República pueda atender a esos reclamos.
A menos que los senadores digan lo contrario en los próximos días, el PRI, el propio partido de Peña Nieto, le ató de manos. El tricolor es el mismo que negó, en la Cámara de Diputados por lo menos, la oportunidad de abrir las cuentas de los sindicatos y permitir a esas organizaciones elegir con transparencia a sus líderes.
González Guajardo, quien es hijo de Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios –organismo que agrupa a 37 de las empresas más importantes del país– es también cofundador, junto a Fernando Landeros Verdugo, de organizaciones como Teletón, Lazos, México Unido y Únete.
Con Mexicanos Primero impulsa una reforma educativa que busca la rendición de cuentas en el sistema y más participación de los padres de familia en el tema.
“El debate de las decisiones más importantes en materia educativa ha estado esencialmente en manos de la SEP (Secretaría de Educación Pública) y el sindicato (Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación), y nosotros queremos poner una tercera silla en la mesa, que sea la silla ciudadana, la silla de la sociedad civil”, explicó el propio González, en entrevista con CNN Expansión.
Sus propósitos, que de cumplirse incluso en su mínima expresión, dañarían los intereses de la mujer más poderosa de la escena política en México: la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.
Esto los ha llevado a sostener una guerra de declaraciones, luego de que, por tercer año consecutivo, Mexicanos Primero publicó los resultados del programa “¿Dónde está mi maestro?”. Las cifras plantean que 45 mil 753 comisionados y profesores con licencia le cuestan al Estado mil 727 millones de pesos, de los que 49% –prácticamente la mitad– está asignado a “actividades sindicales”.
La “maestra” y el SNTE reviraron ante los datos del programa y se lamentaron de que organizaciones “sin ninguna calidad moral ni social como Mexicanos Primero” y con “fines particulares” busquen “debilitar al sindicato y, más adelante, debilitar a la escuela pública” en México.
Por supuesto, Claudio X. González Guajardo respondió al SNTE: “Acusando recibo del rechazo de los ciudadanos al abuso multimillonario que significa el gasto en comisionados sindicales, (…) la cúpula del SNTE sigue intentando aferrarse a prebendas mal habidas y a un accionar que atrasa y pretende bloquear la transformación educativa del país”.
También expuso: “Llama la atención que en su comunicado, el SNTE no mencione nada a propósito del reclamo que hacemos a las autoridades para que dejen de pagarse del erario público las comisiones y licencias sindicales de al menos 22 mil personas”.
Pero ni por ser quien es, las exigencias de González darán frutos frente al poder corruptor de Gordillo Morales y, mucho menos, si Peña Nieto no tiene una verdadera voluntad política para imponerse siquiera al mandato de los priistas que controlan el Congreso.
El padre de Claudio, por ejemplo, es uno de los empresarios más poderosos del país, amigo íntimo del presidente Carlos Salinas de Gortari, presidente de la transnacional Kimberly Clark México y miembro de muchos de los Consejos de Administración más importantes del país.
Algunos de los amigos, quienes además forman parte del patronato de Mexicanos Primero, son empresarios como Emilio Azcárraga Jean, de Grupo Televisa; Marcos Achar Levy, de Grupo Comex; Alejandro Baillères Gual, de GNP; Agustín Coppel, de Tiendas Coppel; Carlos Fernández González, de Grupo Modelo; José Antonio Fernández Carvajal, de FEMSA, y Carlos Slim Domit, de Grupo Carso,
Pero ni así se ve que Peña Nieto pueda hacer frente al reclamo no sólo de esta organización, sino de la sociedad civil en México: transparentar la relación del Estado con el SNTE y dar paso a la modernización educativa, una prioridad para que el país eleve su nivel de desarrollo.
Al final, el tema es político.
La “maestra” Gordillo y sus huestes siguen siendo vistos como generadores de votos y aliados en el Congreso, a cambio de favores que les generan millones y millones de pesos: Felipe Calderón Hinojosa llegó al poder con su ayuda y el propio EPN y su partido también se han favorecido con la “ayuda” del PANAL, partido fundado por la lideresa del SNTE.
Otra vez: de no dar un golpe de timón en el tema, Peña Nieto estará dejando ir la oportunidad de hacer un gobierno que trascienda y que realmente genere bienestar al país.
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