jueves, 8 de noviembre de 2012

Carlos Loret de Mola - Si AMLO fuera gringo


En dos elecciones presidenciales consecutivas, las de 2006 y 2012, Andrés Manuel López Obrador —el político mexicano más relevante en lo que va de este milenio— ha cuestionado los comicios en nuestro país. 
Unos lo acusan de ser un caudillo autoritario incapaz de aceptar una derrota. Otros defienden que es un héroe demócrata que pelea contra el sistema. Por hoy, dejemos eso a un lado. 
Con una gran habilidad política (él mismo se ha beneficiado de aquello que critica), López Obrador ha logrado por la vía de la querella moldear las reglas de la democracia. 
De estar contendiendo por la presidencia de la Unión Americana este 6 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador enfrentaría una serie de reglas que —no es osado imaginar— desde hace meses lo hubieran motivado a descalificar el proceso: 




1. Las campañas en México costaron oficialmente seis mil millones de pesos, las de Estados Unidos el equivalente a ¡67 mil millones!: 11 veces más en un país sólo tres veces más poblado. 
2. Por ley, 70 por ciento  de ese dinero no es fiscalizable, pues ingresó a las campañas a través de los Súper Comités de Acción Política. 
3. La mayor parte del dinero fue para pagar spots en televisión, en total, un millón de anuncios. En México son gratis: se repartieron 43 millones de spots. 
4. El dinero en las campañas presidenciales y legislativas en Estados Unidos ha sido motivo de escándalo, porque los políticos ya en el gobierno suelen beneficiar a quienes los financiaron. 
5. En Estados Unidos, el acarreo está permitido: un partido puede, el día de la votación, hablar por teléfono a un ciudadano, mandar un vehículo por él, llevarlo hasta la casilla y regresarlo a su casa. 
6. El Centro Pew denunció que en el padrón electoral hay dos millones de votantes registrados en dos o más estados, que pueden sufragar varias veces. Operación carrusel, pues. Esto equivale a cuando menos seis puntos porcentuales de la votación. 
7. Votar varias veces se facilita porque no existe una credencial para votar ni al que sufraga se le entinta el dedo. Tampoco hay un padrón electoral nacional, porque las elecciones no las organiza una autoridad federal, como el IFE mexicano, sino que están en manos de organismos estatales, y en cada estado las reglas son diferentes. 
8. El prestigiado Centro Pew denunció que están dadas de alta en los padrones dos millones de personas que ya fallecieron. Cualquiera puede usar sus identidades para votar. 
9. La prensa cercana al Partido Republicano se quejó de que la cobertura periodística del proceso electoral 2012 ha sido la más sesgada de la historia en favor de Barack Obama. 
10. El candidato que obtiene más votos de la gente, no es el que gana. Esto ha sucedido 17 veces en la historia. Lo que importa son los votos electorales que se asignan por estado. 
Estados Unidos es, dicen, una de las democracias más avanzadas del mundo.


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