jueves, 15 de noviembre de 2012

Ricardo Alemán - Cinépolis, las mentiras

Es evidente -por donde se le quiera ver-, que miente alguna de las muchas partes involucradas en el suceso del niño baleado en una sala de cine, y quien falleció dos días después, en un hospital. Pero a estas alturas -a dos semanas de la agresión-, pareciera que lo interesante del caso ya no está en la identificación de los mentirosos, sino encontrar las razones para el engaño colectivo.

Y es que está comprobado que tanto la poderosa empresa Cinépolis –en uno de cuyos complejos fue baleado el niño Hendrik, como la policía y la Procuraduría capitalinas, hicieron todo por ocultar la agresión sufrida por el menor; por esconder su muerte y, claro, las repercusiones de un hecho como ese.

También es evidente que la PGJDF intenta torturar el sentido común –además de violentar la verdad-, ya que pretende acomodar los hechos a su propia versión, a pesar de que contradice a expertos en la materia y retuerce las leyes físicas elementales. Y todo ello ha dado como resultado que hoy existan dos versiones de un mismo hecho, dos armas de las que habría salido la bala criminal y, como es evidente, un criminal anda suelto y goza de cabal impunidad.



Por eso obligan las preguntas. ¿Por qué desde un primer momento, tanto Cinépolis, como la policía y la PGJDF se hicieron de la vista gorda para que no trascendiera un crimen como ese? ¿Por qué dos versiones diametralmente opuestas, de un mismo hecho, que confrontan a la PGJDF y a Semefo? Proponemos tres hipótesis.

1. Porque los directivos de Cinépolis trataron de evitar el escándalo y, con ello, el costo en imagen. Claro, ya cuando el descrédito era imparable, aplicaron un control de daños tardío. Lo cierto es que se vieron como empresa depredadora, incapaz de asumir su responsabilidad social. Y claro, el circo que montaron en torno a la película "Presunto Culpable", no fue más que el clásico "que se haga la voluntad, pero en los bueyes del compadre". Y es que cuando la empresa Cinépolis se vio involucrada en un crimen, trató de ocultar el crimen.

2. Todos saben que desde hace meses, las dependencias del GDF tienen la encomienda de "encapsular" los problemas. Es decir, voltear para otro lado, ya que la orden es que el Jefe de Gobierno saliente, el señor Marcelo Ebrard, se vaya sin problemas. Por eso, todos "le echaron tierrita" al asunto, para que no se convirtiera en un escándalo. Claro, no contaban con los medios.

3. Y por último, está claro que en la PGJDF lo menos que quieren son problemas. ¿Por qué? Porque todos dicen que Jesús Rodríguez Almeida será ratificado en el cargo procurador de justicia del DF, por el Jefe de Gobierno electo, Miguel Ángel Mancera. Por eso, ante la presión mediática y de opinión pública por dar una respuesta rápida y creíble, los muchachos de Rodríguez Almeida se habrían aventado la puntada nada creíble de "la bala que vino del cielo". Con lo que no contaban es que ni los ciudadanos ni los conocedores del tema son idiotas. Y de inmediato aparecieron las dudas.

¿Por qué primero una pistola calibre 22 y luego una 9mm? ¿Por qué primero la versión de un disparo de frente hacia atrás y luego de arriba hacia abajo? ¿Por qué la versión del disparo a dos metros y luego la tesis de la bala que vino del cielo? Las hipótesis contradictorias podrían llegar al infinito.

Lo cierto es que especialistas en balística consultados concluyen –con la información disponible-, que ninguna de las dos versiones se sostiene. Más aún, que en las dos hipótesis se violentan leyes físicas elementales, lo que refuerza la versión de que asistiríamos a un montaje –al estilo de la muerte increíble de la niña Paulette-, que haría las veces de control de daños, no sólo para la empresa Cinépolis, sino para la PGJDF, para la policía capitalina y el Jefe de Gobierno saliente.

Sin embargo, con esa versión han convencido a muy pocos. Y de iniciar la gestión de Mancera con un descrédito en la procuración de justicia, como el que le generaría "la bala que vino del cielo", sería una señal harto negativa. Al tiempo.

En el camino

Y en donde también las señales son de desastre, es en la guerra que libran los titulares de la SSP y la PGR, quienes nos regalan un retrato de cuerpo completo del cochinero en que se puede convertir la procuración de justicia y la persecución del crimen. Resulta que con motivo de la balacera en Tres Marías, Genaro García Luna y la Marisela Morales se han enfrascado en una pelea que hace pedazos la imagen de cada una de esas instituciones y que, para bien, ratifica la importancia del mando único en el gabinete de seguridad, tal como lo propone EPN en las iniciativas que hoy mandó al Congreso.

Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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