Una hora y cinco minutos duró el informe que el Presidente rindió a la nación. Gil extrañaba los informes aburridos que no dicen nada, como en sus años de juventud. Uno de los puntos que trató el Presidente imantó brevemente a Gamés, fue el dedicado a la ciencia y la cultura: avanzamos en el camino para que la inversión pública y privada en 2018 alcance la meta de 1% del producto interno bruto destinado “a esta asignatura”. En estos nueve meses se han apoyado más de 64 mil proyectos artísticos y culturales en beneficio de 35 millones de personas. Y tan tan.
¿Cómo ven el avance avasallador de la ciencia y la cultura en México. Muy impresionante: 64 mil proyectos: ¡canastos!, la cosa se ve imparable (no hagan escarnio de la leña caída). Gran informe científico cultural. Todo debió ser así de breve, por desgracia no fue el caso.
Gamés supo de pronto que podía acercarse al mensaje íntegro del Presidente Peña y le dio un miedo espantoso, con nervios y temblores. Nada como los resúmenes ejecutivos; ni loco, leería Gil ese texto completo. El Presidente nos ha informado que se inició la transformación del país y que habrá resistencias, pero nada le hace, grandes reformas como la hacendaria, la fiscal, la energética impulsarán, cajum, el futuro del país.
Los ejes, no olvidemos los ejes en torno de los cuales se estructuró este importante documento, cajum. México: en paz, incluyente, con educación, con calidad para todos, próspero y con responsabilidad global. Mju, buenísimos los ejes, eso que ni qué y lo que sea de cada quien.
Con la novedad de que mientras alcanzamos los ejes, los caballos del agrupamiento de la Policía Montada se les escaparon a los jenízaros y se dieron a la fuga por allá por Jardín Balbuena. Allá iban a todo galope con las patas sangrantes y sin jinetes. De que se nos escaparon los jamelgos, jefe. Como lo oye, jefe, no pudimos detenerlos. Esta historia de valor, esfuerzo y éxito de los caballos conmovió a Gamés.
La verdad, Gil celebra que de forma inédita y con gran decisión, a unas horas de iniciados sus trabajos, los caballos hayan utilizado todos los instrumentos del Estado democrático para trotar por Fray Servando. “Como los caballos tienen el espíritu de grupo, y parecía que el que se espantó era el líder, entonces corrieron atrás de él, y como no estaban montados corrieron por distintas zonas de la ciudad”, dijo el policía al que se le hicieron de humo los equinos. Caracho, lo caballos en libertad.
Mientras Gilga se compenetraba en la parte conceptual del Informe, mju, su mente acompañaba a José José, El Príncipe de la Canción, a quien se le acabó el escenario en un teatro de Querétaro y fue a parar metro y medio abajo, en lo profundo del foso. Pobre Príncipe. Los médicos lo reportan bien de salud. No las trae todas consigo el Príncipe. Pero no nos desviemos, volvamos a la plaza.
Por la tarde, afuera del Senado, los mentores de la Coordinadora bloquearon la entrada y atacaron a los representantes de los medios de comunicación. Así linchan a los maestros aquí en la Ciudad de México. Mju. Los maestros de la Coordinadora se le fueron encima a puñetazos y atacaron con piedras y palos a todo aquel que estuviera a las afueras del Hotel Emporio. Mientras son peras o son camotes, la Ley Docente se aprobará en el Senado o en una sede alterna. El Informe, los caballos de patas sangrientas, José en el foso, las reformas, los mentores, qué raro es todo.
La máxima de Franklin espetó dentro del ático: “Ninguna nación fue jamás arruinada por el comercio”.
Gil s’en va
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Twitter: @GilGamesX
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