martes, 3 de septiembre de 2013

Leo Zuckermann - Lo bueno y malo del Informe (más dos nombres que no aparecieron)

El primer mensaje del Informe Presidencial se dio el domingo por la noche cuando la Cámara de Diputados finalmente aprobó la Ley del Servicio Profesional Docente. El gobierno corrigió el error que había cometido hace un par de semanas cuando había retirado del orden del día la votación de esta legislación. Los maestros de la CNTE, lejos de bajarle a su movilización, se envalentonaron y le subieron la apuesta al gobierno: ahora iban por echar para atrás toda la reforma educativa incluyendo las enmiendas constitucionales. Fueron dos semanas de pesadilla para Peña Nieto, quizá las peores de su sexenio. Al final, el Presidente y su equipo entendieron que con estos señores de la Coordinadora no hay manera de negociar. Son maximalistas: van por todas las canicas. Luego entonces, el gobierno rectificó y procedió a aprobar la ley que es la columna vertebral de la reforma educativa.




No por nada el Presidente abrió ayer su discurso celebrando la aprobación de la Ley del Servicio Profesional Docente
reiterando que su gobierno no viene a administrar el país sino a transformarlo. Que se aprobara esta legislación era condición necesaria para las que siguen. Si la educativa se atoraba, el gobierno perdía credibilidad y las demás reformas corrían el riesgo de irse al cesto de la basura. De ahí el acto tan relevante de la noche del domingo.
Del discurso del lunes de Peña me gustó, una vez más, su compromiso reformista. Comparto su visión de que México tiene que cambiar para que su economía crezca más. Llevamos muchos años diciéndolo. Ojalá ya se aprueben estas reformas en los 120 días que puso el Presidente para hacerlo. Con toda claridad mencionó que va la aprobación de la Ley del Servicio Profesional Docente en el Senado, además de la reforma financiera, la energética que ya presentó y la fiscal que dará a conocer en unos días. Además mencionó toda la legislación secundaria en materia de competencia económica y telecomunicaciones y, como parte de los acuerdos del Pacto por México, una reforma política.
Como he dicho en este espacio, son muchas las pelotitas que tiene Peña Nieto jugando en el aire. Pero ésa es su estrategia: la de un primer año de gobierno de avances legislativos. Para ello, el Ejecutivo prometió usar todos los instrumentos del Estado democrático. Esto le valió un aplauso de la audiencia. Si entendí bien, el Presidente será todo lo pragmático que pueda para que su estrategia tenga éxito. Si es por medio del Pacto por México, así lo hará. Si es por fuera, también. Más todo lo que sea necesario. Es lo correcto si se pretende hacer de este 2013 un año de transformaciones como lo propuso ayer Peña Nieto.
Otro mensaje que me gustó es que el gobierno no tolerará la justicia por propia mano. Esto va dirigido directamente a todos los grupos de autodefensa y policías comunitarias. Se trata de una reafirmación de la autoridad del Estado. Pero no sólo hay que decirlo, habrá que actuar en consecuencia.
Paso ahora a lo que no me gustó del mensaje de ayer. Primero que nada, que el Presidente haya soslayado lo mal que va la economía. No se vale. Un líder también debe hablar de los problemas y cómo piensa resolverlos. No se trata, como dijo Peña, de sólo hacer las reformas. Su gobierno también podría impulsar algunas medidas de corto plazo para revertir la desaceleración económica. Y tampoco es correcto echarle la culpa al contexto internacional. Algo mal hicimos en México para estar creciendo menos que Estados Unidos.
No me gustó que presumiera una caída en el número de homicidios en el país. Quizá sea cierto (habrá que ver la base de datos que utiliza el gobierno y que no ha hecho pública), pero resulta muy cómodo haber hecho el corte a junio de este año cuando fue en julio (y todo indica que en agosto) en que se incrementaron considerablemente las ejecuciones relacionadas con el crimen organizado.
Por último, me llamó la atención que ayer no se mencionaran dos nombres. El primero, el de Elba Esther Gordillo. Su encarcelamiento fue, sin duda, uno de los logros de este gobierno en estos primeros meses. Supongo que el Presidente no quiso nombrarla para no atizar más el fuego con los maestros. El segundo fue el de Lázaro CárdenasPeña ya no insistió en el carácter cardenista de su reforma energética. Me figuro que se dio cuenta que fue un error resucitar al Presidente que expropió el petróleo para justificar una reforma que pretende liberalizar el sector de los hidrocarburos en México. Ni se diga cuando dos días antes su hijo, Cuauhtémoc, se manifestó en contra de ésta.
                Twitter: @leozuckermann


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