miércoles, 18 de septiembre de 2013

John Bailey - Hasta 2014

Mezclando mis metáforas, ya el 30 de abril escribí en este diario que era poco probable una “enchilada completa” de la reforma que fuera aprobada por el Congreso este año y que sólo algunas piezas del platillo tienen posibilidades de pasar. Ahora parece que ni migajas van a salir.

Recordemos que la “enchilada completa”, un proyecto de ley de 844 páginas, aprobada en el Senado en junio, incluía seguridad fronteriza, un sendero hacia el estatus de residente permanente y un camino hacia la ciudadania. Incluía también previsiones para trabajadores en agricultura, trabajadores calificados, y para la reunificación familiar.





Yo argumenté que el paquete completo sería derrotado en la Cámara de Representantes porque la mayoría republicana tenía menos motivos para apoyar la reforma debido a que el voto hispano fue relativamente poco importante en la mayoría de sus distritos. Además, el ala de derecha de los republicanos en la Cámara baja, el llamado Tea Party, está firmemente opuesto a otorgar estatus legal a los residentes indocumentados, e incluso se opone con más fuerza a la idea de un camino a la ciudadanía. Podrían aprobar algunos bocadillos, como seguridad fronteriza, un programa para trabajadores agrícolas y otro para técnicos o científicos. Las reformas parciales darían a los republicanos en ese recinto legislativo cierta cobertura política . Se podría argumentar que no se oponen a toda reforma migratoria, pero que procedieron con prudencia.

Las perspectivas de una reforma migratoria parecían limitados, incluso hasta antes del receso de verano que terminó el 2 de septiembre. Ahora la situación ha sido revuelta por la crisis en Siria, provocada por los ataques con gas del 21 de agosto. El presidente Obama había dicho previamente que tal ataque sería cruzar una línea roja. Es de suponer que la acción conllevaría a represalias sustanciales. Sin embargo, el mandatario reconsideró y pidió la aprobación del Congreso para usar la fuerza contra el gobierno de Al-Assad.

La inesperada petición del Presidente sobrecarga a un Congreso que apenas puede funcionar a niveles mínimos en tiempos normales. Los 535 miembros ahora tienen que estudiar hechos muy discutibles sobre el caso sirio y luego decidir si la venganza está en el mejor interés de EU. La mayoría de ellos se acordarán de los fantasmas de guerras pasadas, cuando el Congreso apoyó las intervenciones en Vietnam e Irak, y todos ellos estarán pensando acerca de si su voto sobre Siria se volverá en su contra en las elecciones futuras. La oferta de mediación del gobierno ruso sólo complica y más demoras una decisión EU.

La primera respuesta de un político a un voto difícil es el estudio, el debate y la demora. La agenda legislativa complicada significa que incluso una reforma migratoria limitada es mucho menos probable este año, aunque espero pequeñas reformas incrementales durante el próximo.

Por el lado de EU, ninguna reforma federal significaque los problemas de migración se solucionarán en estados y ciudades, donde los tribunales juegan un papel importante. El resultado será confusión, si no incoherencia.

La falta de una reforma migratoria en EU significa poco para la administración de Peña Nieto, que ha mantenido una sana distancia del asunto durante todo el año. El gobierno mexicano tiene su propio programa de reformas abarrotado durante este otoño.



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