Sobre la desgracia, la mezquindad y el regateo político. Afortunadamente, fueron los menos.
Eso es lo que hizo el lopezobradorsimo en la sesión de ayer en la Cámara de Diputados, y el propio líder de ese movimiento a través de su cuenta de tuiter, ante la tragedia que padecen cientos de miles de mexicanos afectados por las tormentas Manuel e Ingrid.
Fue López Obrador quien abrió el carnaval exhibicionista de frases y actitudes que lo retratan, otra vez, de cuerpo entero.
En su cuenta tuiter publicó AMLO: “seamos solidarios con los afectados por las lluvias y sigamos ayudando con víveres a maestros que acampan en el Monumento a la Revolución”.
¿Se puede saber qué relación hay entre los maestros de la CNTE que están en el DF y los damnificados por las tormentas en el Golfo y en el Pacífico?
Sólo una retorcida maniobra politiquera puede enlazar ambos fenómenos para llevar agua a su molino, en medio de la tragedia.
Los maestros están en plantón porque quieren. Los damnificados por Ingrid y por Manuel, no.
Para López Obrador la vida social y política e incluso los fenómenos de la naturaleza, giran en torno a sus obsesiones personales.
Esta reacción ante la tragedia, que ha conmovido al país y también lo ha movilizado en actos de solidaridad, está incompleta si AMLO no tiene cabida política en ella. “Hay que llevar víveres” a los paristas de la CNTE, pues como escribió en su cuenta de tuiter: “todos los maestros cuentan incondicionalmente con nosotros”.
Cuánto egocentrismo. Qué megalomanía. Inagotable su narcisismo político. Increíble si no lo hubiéramos visto y oído decir, cuando Karol Wojtyla agonizaba en su lecho de muerte, que los medios nada más se ocupaban del Papa y no de él y su proceso de desafuero.
Y en la Cámara de Diputados los legisladores se ponían de acuerdo para realizar una aportación económica a los damnificados por los huracanes, pero no podía faltar la apostilla del lopezobradorismo.
El diputado Rafael Huerta Ladrón de Guevara, en nombre del PT, subió a la tribuna para escamotear la aportación de su bancada porque, dijo, la culpa de la desgracia la tenía Peña Nieto.
Cuando el coordinador de los diputados del PRD, Silvano Aureoles, planteó que su bancada aportaría un mes de sueldo para los damnificados, el lopezobradorista del PT retomó el micrófono e hizo mofa de la solidaridad, para politizar la desgracia.
Unos ofrecen cinco o diez días de salario y otros un mes. “Como si fuera apuesta, dicen, va el doble. No, ése no es el tema de fondo”. Y el tema de fondo, para él, es que la culpa de la desgracia la tuvo Peña Nieto.
phl@razon.com.mx
Twitter: @PabloHiriart
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