"Llegaremos a tomar toda la Ciudad de México".
Rubén Núñez
Las palabras del líder son una amenaza no contra el gobierno federal, que finalmente no es vulnerable ante estos activistas, sino contra los habitantes de la Ciudad de México que han sido sometidos a bloqueos y agresiones constantes en las últimas semanas. Puede uno suponer que la CNTE está simplemente ofreciendo un último desplante de rebeldía después de haber fracasado en su intento por detener la aprobación de las leyes secundarias de la reforma educativa y por impedir que la ceremonia del grito y el desfile militar se realizaran en el Zócalo de la Ciudad de México.
Pero no hay duda de la capacidad que tiene la organización, no para modificar las decisiones del gobierno federal y del Congreso, sino para hacer la vida imposible a los ciudadanos comunes y corrientes. La gran pregunta es si una vez más las autoridades se mantendrán cruzadas de brazos ante las agresiones a los ciudadanos.
Las fuerzas de seguridad no han intervenido hasta ahora más que para proteger la residencia presidencial de Los Pinos, el Senado o el Palacio Legislativo o para desalojar el Zócalo para las fiestas patrias. Los prolongados bloqueos de vías principales, como Reforma, Insurgentes, el Periférico o Circuito Interior, han podido realizarse con la participación de grupos de activistas relativamente pequeños debido a la decisión de las fuerzas de seguridad de no intervenir. Los bloqueos no afectan a los funcionarios federales o capitalinos.
Los más importantes pueden moverse en helicópteros. Cuentan también con apoyos especiales de las fuerzas de seguridad que abren para ellos los cortes a la circulación que se aplican a los demás. Los funcionarios tienen también oficinas alternas en las que despachan cuando el acceso a las oficiales es bloqueado. Para los ciudadanos normales, en cambio, los bloqueos se convierten en pérdidas importantes de tiempo y dinero. Por lo pronto, sin que nadie se percate, la CNTE empieza a cumplir con su amenaza de que aunque la nueva legislación educativa haya sido promulgada no se aplicará en los lugares que controla.
La legislación laboral ya lo decía, pero la nueva legislación educativa ratifica que los maestros que no se presenten a trabajar durante más de tres días sin causa justificada serán destituidos sin responsabilidad para las autoridades educativas. Todos los maestros de la sección 22 están ya bajo este supuesto, pero a ninguno se le ha despedido. El apoyo político que reciben la sección 22 y otros grupos de la CNTE es evidente. Si bien es verdad que en Oaxaca no se les han pagado los días que no han trabajado, pero tampoco se han cubierto las quincenas de la sección 59 que sí ha estado trabajando.
El gobierno debería estar utilizando a los maestros de la sección 59, y reclutando a nuevos maestros, para dar clases nuevamente a los niños de Oaxaca. Pero el temor de las autoridades federales y estatales a aplicar la ley nos sugiere que las amenazas del líder de la sección 22 contra los capitalinos se cumplirán sin que ninguna autoridad se atreva a intervenir.
INUNDACIONES
Las inundaciones han sido brutales en muchos lugares del país. El gobierno federal debe demostrar hoy que tiene la capacidad de reaccionar ante un desastre natural que ha dejado a miles de damnificados. .
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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=191709
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