martes, 22 de octubre de 2013

Martín Moreno - El escorpión

“Todos sabían que JC Chávez era muy amigo de Francisco Arellano Félix.”


Hierve el Estadio Azteca. El grito de ¡Chávez… ChávezChávez! estremece, aturde. El Récord Guinness registra la histórica entrada: 132 mil 247 espectadores contando las butacas sobre la cancha; sí, la misma donde Pelé yMaradona demostraron al mundo que eran dioses, no seres humanos.
Y esta noche es, otra vez, noche de dioses.
Por uno de los túneles aparece Julio César ChávezJC. Todo el estadio es uno, rotundo, absoluto, rindiéndose ante el ídolo, el boxeador mexicano más importante de la historia, el mejor “kilo por kilo, libra por libra”. Ya le había callado la boca al Macho Camacho en 1992, igual que once años atrás, en una noche —de dioses también—, el admirable Salvador Sánchez desfiguraba en Las Vegas a otro boricua, parlanchín y fantoche: Wilfredo Gómez.




Y allí viene Julio César Chávez, las mandíbulas apretadas, concentrado, muy serio, las manos protegidas con los guantes rojos, los brazos tensos y su carrera en la cima reposando sobre los hombros de su manager,Cristobal Rosas, don Cris, sí, el mismo que estuvo en la esquina de Sal Sánchez. La fanaticada enloquece, aúlla, cuando “jota-cé” se acerca al ring.
El César del boxeo hace el paseíllo, la mirada deslizada sobre la masa, sin ningún gesto. Levanta el brazo derecho.JC. Lo siguen sus seconds.
Uno de ellos se llama Francisco Rafael Arellano Félix. Es el hermano mayor del clan.
Pancho, como le dice en confianza Julio César.
Francisco Rafael Arellano acompaña al campeón.
Va detrás de él. Pegado. Íntimo. Cercano.
Esa noche, Arellano Félix aparece en la esquina de JCChávez.
En la esquina de esa pelea. En la esquina de su vida.
Esa noche de 1993, JC acabó con Greg Haugen en cinco episodios.
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Don Jesús Blancornelas ha sido uno de los periodistas más admirados y respetados del periodismo mexicano. Fundador del prestigiado semanario Zeta —hoy dirigido por Adela Navarro—, fue, digámoslo así, el biógrafo incómodo de los hermanos Arellano Félix.
Blancornelas lo mandó matar el cártel de los Arellano. “No quiero recordarlo, pero no puedo olvidarlo: en noviembre de 1997, Ramón Arellano Félix ordenó matarme…”, escribió Blancornelas, sobreviviente, de manera milagrosa, del atentado.
En su libro El CártelBlancornelas define así a Francisco Rafael Arellano Félix:
Frederico se llamaba y le decían Fredo; era el hermano mayor de los Corleone, descendientes de don Vito, El Padrino; pero no tenía pujanza para apegarse a su padre; ni sentimentalmente, menos en los negocios. John Cazaleprotagonizó con excelencia ese papel en la inolvidable película; delgaducho, alto y moreno, pelo alisado y tupido… mujeriego, tomador sin medida y bocasuelta; era como Francisco Arellano Félix, el mayor de los hermanos. Le encantaba la buena vida más que la mafia; hombre de pachanga, discotecas en Mazatlán y bellezas a su lado. En la vida real, Francisco fue un remedo delFredo; jamás llegó a tener el poder. Hacía lo que se le antojaba porque era un Arellano Félix y no por serFrancisco…”
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Mazatlán, Sinaloa. El reportero llegó a la discoteca Frankie Oh. Música, tragos. Mujeres muy bellas, impactantes, las sinaloenses. Al fondo había animales. Un tigre enjaulado. Era entrar a otro mundo, a una dimensión diferente, de locura.
Allí se montaban peleas de box. De exhibición.
Cantaron MijaresNelson NedYuri. Era la disco exclusiva de Mazatlán.
Amigos cercanos, Francisco Rafael Arellano Félix y Julio César Chávez eran atracción aparte. El primero, el dueño. El segundo, el ídolo.
“A Francisco Rafael Arellano, cuenta la fuente, siempre le gustó usar el escorpión como símbolo personal.
“Cierta vez, Julio le regaló unos guantes de oro que traía en el pecho; Pancho le regaló su dije de escorpión… allí está Julio, con su dije de escorpión.
Todos en Sinaloa sabían que Chávez era muy amigo deFrancisco”, narra el periodista Alejandro Páez Varela en el libro Los Intocables.
JC Chávez llegó a pelear con un escorpión tatuado en su calzoncillo.
El signo de los Arellano Félix.
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Francisco Rafael Arellano Félix lo asesinaron el pasado viernes 18 de octubre en una fiesta infantil en Los Cabos. Literal, se lo cargó el payaso: dos sicarios disfrazados de payasos le dispararon en la cabeza y lo remataron en el suelo. A sangre fría.
Arellano había sido liberado en 2008 de una cárcel de EU. Caminando, atravesó la línea fronteriza.
Vaya ironías de vida:
El sábado 19, también en Los Cabos, Omar Chávez, hijo de JC, ganaba su pelea. En primera fila su famoso padre.
Muy cerca JC de donde, horas antes, habían matado a su amigo Pancho Arellano.

                Twitter: @_martinmoreno


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