jueves, 28 de noviembre de 2013

Jorge Fernández Menéndez - Unos no actúan pero los otros los cobijan

Violencia de los integrantes de la Sección 22 contra la 59 en Oaxaca. En Chiapas se regresa a clases sin costos para los paristas. En el DF, las agresiones de los presuntos maestros de la Coordinadora llegan ya hasta el uso de armas punzocortantes contra los policías.

Llueven las demandas contra los distintos mandatarios locales haciéndolos responsables de no actuar contra la Coordinadora. En algunos casos es verdad pero hay que recordar que si los gobernantes locales no actúan, en buena medida es porque ante el esquema de negociación que se ha elegido, el Gobierno federal cobija a los disidentes, alterando, al establecer una negociación directa y en la capital del País con la Coordinadora, todo el esquema de negociación (y por ende el equilibrio de fuerzas) que se ha mantenido con estos grupos desde hace décadas.





La Coordinadora, como la conocemos ahora (sus componentes originales son más antiguos aún) nació a mediados del Gobierno de Carlos Salinas. Desde entonces realizaron marchas y movimientos desde sus estados, pero particularmente desde Oaxaca a la Ciudad de México y tuvieron en el caso de la Sección 22 amplísimo espacio político en el estado de Oaxaca. Uno de los últimos actos de Gobierno de Heladio Ramírez, antes de entregarle el poder a Diódoro Carrasco, fue oficializar un acuerdo mediante el cual, desde entonces y hasta ahora, la mayor parte de la educación pública del estado quedaba en manos de ese grupo sindical. Con Ernesto Zedillo se avanzó en la descentralización de la enseñanza (y del sindicato) y desde entonces la responsabilidad directa del pago de maestros en el ámbito local pasó a los gobiernos estatales que reciben el dinero de la Federación y simplemente lo trasladan a la nómina magisterial. Durante los gobiernos de Fox y Calderón el esquema no cambió. Pero durante todos esos años, siempre, la negociación con cualquier grupo magisterial estatal se llevó a cabo en el ámbito local.

Claro que se negociaba, y en esas negociaciones intervenían funcionarios federales, pero no era el Secretario y casi nunca un Subsecretario (tampoco en el caso de los maestros era Gobernación sino la SEP) y las mismas se llevaban, rigurosamente, en los estados. El Gobierno federal sólo se sentaba con quien detentaba la representación global de los trabajadores, en este caso el SNTE. Y los acuerdos con las secciones disidentes se hacían en cada uno de los estados. Así se hizo incluso en un momento tan dramático políticamente como fue durante los meses de 2006 en que la APPO y la Sección 22 tuvieron tomada Oaxaca, e incluso mucho antes, con los zapatistas en Chiapas. Siempre se evitó que esas negociaciones se trasladaran al DF.

¿Qué es lo que sucede ahora? Que después de la detención de Elba Esther Gordillo (que podía tener muchos defectos pero tenía un verdadero control sobre el sindicato, incluyendo las secciones disidentes), no hubo un verdadero traspaso de poderes en el SNTE y se tardó mucho en establecer la interlocución con Juan Díaz de la Torre y los sucesores de Gordillo. Peor aún, se estableció, desde mayo pasado, una interlocución directa con las distintas secciones de la Coordinadora en la capital del País, en la Secretaría de Gobernación y directamente en la oficina del Subsecretario. El conflicto que estaba en los estados, donde había un margen de control, tanto del Gobierno federal como de los locales, se trasladó así a la capital pero, además, se pensó erróneamente que la Coordinadora era un ente homogéneo y con una sola cabeza, sin comprender que allí confluyen muchos grupos, con agendas propias y que cada Sección sindical quería, quiere, esa interlocución. Entonces aquí se negocia con las secciones de la CNTE de los oaxaqueños; con los chiapanecos; con los guerrerenses o los michoacanos; y también llegan los veracruzanos que no tienen ni remotamente el control sindical de ese estado. Y todos quieren su propia negociación. Ignoran a los gobernadores porque quieren al Secretario de Gobernación y exigen ahora al Presidente. Si la mayoría de los oaxaqueños esta semana se van del plantón en el DF, llegan los de Chiapas o si no los de Michoacán y así sucesivamente. Pero además, en esas negociaciones se parte del acuerdo de pagar todo. Póngase usted en el caso de un Gobernador: ¿Cómo hace para no pagarle a los maestros de la Coordinadora si el Gobierno federal ya acordó ese pago con ellos y ya envió el dinero al estado para que pague? ¿Retiene esos recursos? Lo más probable es que si actúa así le incendiarán el estado.

La Coordinadora, a pesar de que ha ganado oxígeno político, sigue sin representar a más del 10% de los maestros del País. Las negociaciones del Gobierno federal deben ser con el SNTE que tiene esa representación a nivel federal. Y las secciones estatales deben ser atendidas en su propio territorio por los gobernadores. Haber perdido ese principio está en el origen del caos actual.

Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/unos-no-actuan-pero-los-otros-los-cobijan-5361.html



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