viernes, 4 de abril de 2014

Martín Moreno - ¿Y si gana Cordero?

Parecía que la elección interna sería mero trámite para el chihuahuense.

Hasta hace dos semanas, nadie daba un centavo por Ernesto Cordero para derrotar a Gustavo Madero rumbo a la presidencia del PAN. Parecía que la elección interna sería mero trámite para el chihuahuense. Vamos, hasta dentro del equipo corderista había pesimismo por que no veían por dónde ganarle a Madero.

¿Quién daba un peso —o seis mil pesos— por Cordero?

Casi nadie.




Sin embargo, para sorpresa de hasta los propios corderistas y no corderistas, la campaña del amigo de Felipe Calderón comenzó a moverse, a repuntar. ¿Y eso qué significó? Casi nada: que, hoy por hoy, Cordero ya le está peleando al tú por tú la presidencia del PAN a Madero, la cual se decidirá el próximo 18 de mayo.

¿Qué ha ocurrido durante la contienda panista?

Cordero y su compañero de fórmula, el exgobernador de Guanajuato y yunquista, Juan Manuel Oliva, se la tomaron muy en serio y, literal, han ido tocando “puerta por puerta” a los panistas para pedir su voto.

Madero y Ricardo Anaya se han cargado más en realizar campaña con la nomenclatura, que no es otra cosa que los líderes regionales del panismo, con el establishment del partido en los estados, lo cual no está mal.

Pero en las campañas de Cordero y de Madero se podría repetir un fenómeno que ya vimos, un escenario real y probado, y del cual Madero no parece haber aprendido la lección. Y quien ignora la historia comete un error gravísimo.

¿De qué hablamos?

Resulta que cuando Calderón buscó la candidatura presidencial del PAN, tundió al candidato de Vicente Fox y de la nomenclatura panista: Santiago Creel, quien, comodino, se echó en la hamaca y se olvidó de tocar “puerta por puerta” con los panistas —como sí lo hizo Felipe, profundo conocedor de las tripas y entrañas del panismo— y el resultado ya lo sabemos: Calderón hizo pedazos a Creel.

Hoy, Calderón —joven zorro en elecciones panistas—, es el principal operador de Cordero, lo asesora, guía y aconseja. ¿El resultado? Cordero está repitiendo la misma fórmula calderonista en campaña y, aun sin las tablas y la experiencia del “hijo desobediente”, le ha alcanzado para, al menos, dar la batalla a Madero.

¿Qué han hecho Madero y Anaya?

Igual que en 2005-2006 lo hizo Santiago Creel —hoy, paradójicamente, uno de los aliados más fuertes de Gustavo Madero—, se están confiando en el establishment panista, comprometiéndose más con los líderes que con las bases y, como en su momento ocurrió con Creel, eso podría costarles muy caro el 18 de mayo.

Madero y Anaya tienen en contra tres lastres innegables: su sumisión hacia Los Pinos, haber solapado los vergonzantes moches en los que está implicado Luis Alberto Villarreal, jefe del panismo en San Lázaro y brazo derecho de Madero, y dar la impresión de estar “sobrados” y enviar el mensaje de que la elección del 18 de mayo es cuestión de trámite.

Se equivocan.

El Creel de ayer puede ser el Madero de hoy.

El exceso de confianza podría llevar a Gustavo Madero a una derrota cuasi absoluta para su carrera política.

¿Datos duros?

Lo que ayer se antojaba un día de campo para Madero, se está volviendo una pelea de decisión dividida. Algunas encuestas:

Covarrubias y Asociados da 53% de preferencias electorales para Cordero, sobre 40% de Madero. 13 puntos de diferencia.

Parametría otorga 59% a Cordero-Oliva sobre 27% de Madero-Anaya. 32 puntos la diferencia.

Arcop da 59% de preferencia a Cordero, ante 40% de Madero. 19 puntos de diferencia.

Varela y Asociados otorga 62% a Cordero, y 38% a Madero. 24 puntos la diferencia.

Mendoza, Blanco y Asociados, da arriba a Madero 52% sobre 48% para Cordero. Cuatro puntitos de diferencia. Cuasi empate técnico. Es muy poca la diferencia faltando 70 días de campaña.

¿Y si Ernesto Cordero gana la presidencia del PAN? ¡Agárrense!

Se movería el rumbo político del país.

Ganará Cordero. Y Calderón. Y Margarita.

Pero esta será otra historia que abordaremos en estos Archivos del poder.

ARCHIVOS CONFIDENCIALES

EDOMEX. Su salida estaba programada desde finales de 2013 y, más que premio, era para recuperar el control político del estado para el “grupo compacto”. Se ha defendido. Veremos quién puede más.

GUERRERO. Ante el naufragio en seguridad en la entidad, Ricardo Martínez Chávez ha sido nombrado subprocurador Jurídico y de Atención a Víctimas del Delito de la PGJEG. Es un nombramiento acertado dada la experiencia y eficacia de Martínez Chávez quien, en su momento y, entre otros casos, fue abogado de Isabel Miranda de Wallace y de las familias del caso Heaven, un expediente espinoso y complicado que Ricardo pudo sacar adelante y que aún no está cerrado.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/martin-moreno/2014/04/04/952258

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