"Un servidor no necesita del dinero del partido... para desarrollar su vida privada".
Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre (2003).
En mayo de 2003 el periódico Reforma publicó un reportaje en el que señalaba al entonces diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre por contratar a jóvenes edecanes que recibían cantidades adicionales para hacerle favores sexuales al jefe. El también cabeza del Movimiento Territorial del PRI consideró el reportaje difamatorio. Sin embargo, en vez de negar el intercambio de dinero por favores sexuales, en una carta de respuesta a un artículo mío del 28 de mayo de 2003 respondió que él no necesitaba dinero del PRI o de la Asamblea Legislativa para su vida privada.
El reportaje de 2003 no le hizo mella políticamente a Cuauhtémoc, quien siguió escalando de manera sistemática los peldaños del poder dentro del PRI. En diciembre de 2009 se hizo diputado federal tras la renuncia de la "diputada Juanita" Fuensanta Jiménez. El 18 de noviembre de 2011 Rosario Guerra y un grupo de simpatizantes quisieron inscribir una "planilla blanca" en las elecciones del Consejo Político del PRI del Distrito Federal para oponerse a la que garantizaría la elección de Cuauhtémoc, pero unos agresores los golpearon y mandaron a varios al hospital, entre ellos a Rosario. Ni el PRI ni la Procuraduría del Distrito Federal quisieron hacer nada.
Cuauhtémoc obtuvo la presidencia del PRI capitalino en diciembre de 2012.
Los viejos hábitos, empero, son muy difíciles de descartar. Este 2 de abril Carmen Aristegui difundió en su noticiario de MVS un reportaje en el que una chica se hizo pasar por solicitante a un empleo como edecán en el PRI capitalino. Le dijeron que el trabajo implicaba, además de las responsabilidades usuales de una edecán, hacerle favores sexuales al jefe.
En esta ocasión sí hubo consecuencias. El PRI nacional le pidió a Cuauhtémoc separarse de su cargo como presidente del partido en la capital mientras se lleva a cabo una investigación. Como en 2003, Gutiérrez afirmó ser víctima de una difamación. En una entrevista con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula afirmó que una persona le había pedido 2 millones de pesos para detener el reportaje de Aristegui, pero aportó como prueba sólo una dudosa grabación.
Los testimonios del modus operandi de Cuauhtémoc son muchos. Ayer en Radio Red un hombre me hablaba de una ex novia suya, de 18 años, que se vio involucrada en el círculo de chicas de Cuauhtémoc. No solamente recibían dinero, me dijo, sino drogas.
Cuauhtémoc es un ejemplo de las consecuencias del sistema corporativista que muchos defienden como si fuera de izquierda. Su padre, el "rey de la basura", Rafael Gutiérrez Moreno, era el líder de los pepenadores de los tiraderos de Santa Catarina en el oriente de la Ciudad de México. Con esa representación construyó una gran fortuna. Fue diputado en dos ocasiones por el PRI, pero fue asesinado por una pareja cansada de sus abusos. El control del negocio de la basura lo heredaron la esposa, Guillermina de la Torre, y su hijo Cuauhtémoc.
En 2003 Cuauhtémoc sugería en la carta de respuesta a mi artículo que el dinero para pagarse sus placeres provenía de sus bolsillos y no del PRI. El reportaje de Aristegui sugiere que ahora los pagos vendrían de la Secretaría de Finanzas. El propio partido tendrá que estudiarlo. Si se comprueba un desvío, se le podrían fincar responsabilidades por fraude o por operaciones con recursos de procedencia ilícita. Pero la nueva ley contra la trata de personas haría la compra de favores sexuales para el jefe un delito... aun cuando él mismo pagara de su bolsillo.
Crédito a vivienda
El desplome de las constructoras de vivienda popular no ha detenido el crédito bancario al sector. En los 12 meses concluidos en febrero el crédito a la vivienda aumentó 8.65 por ciento para alcanzar los 462,219 millones de pesos. Pero quizá como consecuencia de las políticas públicas en la materia, la de interés social representa sólo el 17 por ciento del crédito a la vivienda (CNBV).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.