Vaya, hay secretarios que de plano tienen que verse bajo una tormenta mediática, ante la metralla de otros actores políticos, sociales o económicos para que se asomen a los reflectores.
Como le ocurrió en estos últimos días al titular de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, luego de que la senadora Dolores Padierna y sus compañeros perredistas exigieron su renuncia al cargo por un presunto conflicto de intereses.
Sí, fue hasta que la lumbre llegó a los aparejos que el ex gobernador de Quintana Roo dio la cara y se presentó ante los medios de comunicación en abierta conferencia de prensa realizada ayer a media mañana.
Incluso un poco antes, Joaquín Coldwell tuvo su prueba de fuego en el noticiero de Carmen Aristegui en MVS.
Algo semejante le pasó al poderoso hombre de los dineros, Luis Videgaray, con la embestida que se le vino por la reducción en la estimación de crecimiento para este año.
Aunque el secretario de Hacienda sí suele hablar con cierta frecuencia ante los medios (no les tiene miedo) esta vez optó primero por no dar la cara, sino dejar que fuera uno de sus subsecretarios en Hacienda, Fernando Aportela, quien anunciara la mala nueva del ajuste a la baja.
Pero fue tan fuerte la reacción en contra -de la iniciativa privada en particular-, que el propio Videgaray tuvo que salir a dar la cara y organizarse un road show en los principales medios. Pasando, también, por la dura aduana de Aristegui.
Quien ha tenido también que salir a la palestra por situaciones que se le complican o porque no son pocos los que la traen en la mira es Rosario Robles, la secretaria de Desarrollo Social.
Sólo que ella no suele pisar terrenos periodísticos que considera complicados.
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LOS QUE MEJOR SE MANEJAN CON LA PRENSA- Hay otros funcionarios de primer nivel que mediáticamente se manejan, digamos, bien o razonablemente bien.
Ahí podríamos situar, en primer término, al Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam. Sabe muy bien cómo manejarse, qué responder, cuándo soltar algo o cuándo no. Tiene, hasta ahora, lo más importante en términos de comunicación: credibilidad.
Y en la posición que tiene, vaya que es difícil. Su gran colmillo le ayuda.
Ubicamos también en este terreno al canciller José Antonio Meade. Su propio trato (sencillo y caballeroso) le permite desenvolverse a sus anchas en el medio diplomático. Trabaja bien, pero no hace mayor ruido.
Incluso no es muy dado a dar entrevistas y la comunicación de su dependencia suele darse en la mayoría de los casos vía boletines. Digamos que Meade podría destacar muchísimo, pero camina con un perfil bajo mediáticamente hablando.
A Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, no le ha ido mal. Es accesible con los periodistas. Y son tantas sus giras y sus apariciones que con frecuencia está ante cámaras y micrófonos.
Sólo que el de Bucareli suele ser vago en sus declaraciones. Le da la vuelta a las preguntas con habilidad y no derrapa (como suele sucederle al comisionado en Michoacán, Alfredo Castillo).
Al resto del gabinete hay que buscarlo con lupa.
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SUBSECRETARIOS, ¿CALLADITOS SE VEN MÁS BONITOS?- Si a nivel de secretarios de Estado son pocos los funcionarios que acostumbran hablar ante la prensa y gustan de comunicarse en verdad con la gente, a nivel de subsecretarios la situación es peor. ¡Horrible!
¿Alguien en la PGR que suela salir al quite con frecuencia? Muy rara vez aparece Mariana Benítez y no es precisamente una buena comunicadora. ¿En Relaciones Exteriores? De por sí son mudos.
¿En Gobernación? Pues de no ser por Monte Alejandro Rubido, Roberto Campa y Luis Felipe Puente (relacionados más bien con cuestiones de seguridad, prevención y protección), ni quien se entere de qué hacen todas las demás áreas de la dependencia. ¡Ni en boletines!
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GEMAS: El vocero del Gobierno de la República, Eduardo Sánchez, ¡tampoco habla!
Leído en http://www.24-horas.mx/el-gabinete-ante-los-medios/
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