sábado, 6 de septiembre de 2014

CONTESTANDO A HELENA.


                                                          CONTESTANDO A HELENA.

POR TEPOZTECO.

He visto, con gran satisfacción, tu regreso a este foro; posiblemente, en la gran mayoría de los temas, recordando el pasado, no estaremos de acuerdo  pero, mucho extraño a los foristas que exponían y refutaban con argumentos, como es tu caso; desafortunadamente, la mala costumbre de acompañar los argumentos con calificativos despectivos  u ofensas desprovistas de argumentos, está muy difundida, tanto en este foro como en los de Milenio,; tal parece que (aprovechando un término de moda),  es parte de la “cultura” de muchos foristas.

Bienvenida.

Yo radico en Monterrey, ciudad que se distinguió en una época pasada y única, cuando se inició la industrialización de nuestro país, y se logró mucho éxito, por varios años pero, finalmente, se apagó, principalmente, por un motivo poco conocido: la IP aprovechó todas las facilidades y exenciones de impuestos proporcionadas por el Gobierno Federal para seguirse enriqueciendo, utilizando, en muchos casos, patentes vencidas y no asociaciones con empresas de tecnología de punta, como era el propósito.



Menciono la anterior porque, Monterrey, a pesar de haberse distinguido tanto en la creación de industrias, al grado de ser denominada, en ese tiempo: la capital industrial de México, tenía muchas carencias y problemas serios. Urbanísticamente era un “pueblo grande”; el centro de la ciudad conservaba sus casas, edificios y calles, construidos muchos años atrás, prácticamente, sin cambios, ofreciendo un espectáculo deplorable a cualquier turista, mexicano o extranjero que estuviera de visita.

El 1º de agosto de 1979, inició su mandato un Gobernador que lograría un cambio radical, impresionante y transcendente. Entre sus principales obras está la construcción de la Gran Plaza entre el Palacio de Gobierno y el Municipal, para lo cual, fueron demolidas 427 construcciones, en una superficie de 40 hectáreas. Es 6 veces mayor al Zócalo de la Ciudad de México;  5 y media más que la de San Pedro, en el Vaticano;  5 veces más que la de San Marcos, en Venecia y 2 más que la Plaza Roja de Moscú. Todas juntas caben en la Gran Plaza.

Al iniciar su mandato, la escasez de agua obligaba a frecuentes cortes en su suministro y la falta de drenaje pluvial ocasionaba inundaciones, casi con cualquier lluvia. En una ocasión se murió ahogada una persona en la esquina de Juárez y 5 de mayo, situada en el primer cuadro de la ciudad.

 En su segundo informe de gobierno anunció la construcción de la presa de Cerro Prieto y la construcción del acueducto Linares-Monterrey, de 194 kilómetros de longitud, el más grande del país. Después la ejecución del programa “Agua para Todos”, la ciudad sedienta de Monterrey se convirtió en la ciudad mejor servida de agua potable en América latina, según lo expresó la Organización Mundial de la Salud, en ese tiempo, como también lo hizo la ONU en un Foro Internacional, celebrado en Chile: Monterrey es ejemplo de cómo tener “Agua para Todos”. Con la instalación del drenaje pluvial quedaron en el pasado las inundaciones en el primer cuadro de la ciudad.

Sería muy largo enumerar todas sus obras y acciones de gobierno, incluyendo bajar impuestos en 11 rubros  y subsidios a varios sectores de la población.

Con la moda actual de endeudamiento, es muy importante destacar un hecho insólito, a pesar de todas sus obras, no dejó ninguna deuda a su sucesor.

También si distinguió por su mano “dura” a quienes se oponían al progreso.

Está considerado, por la mayoría de la población como el mejor gobernador que ha tenido Nuevo León, hasta la fecha, su nombre: Alfonso Martínez Domínguez. Con un pasado muy tormentoso y con una vida personal que, al no estar de acuerdo en la divulgación de las vidas privadas, tan solo mencionaré que no se distinguió por sus virtudes.

¿Cuál es el motivo de este largo prefacio? Dejar bien claro que la vida privada  (y los antecedentes, en este caso particular) de un gobernante, no tienen ninguna influencia en su desempeño, por consiguiente, no tiene ningún objetó válido el difundirla.

No estoy comparando los logros de estos dos gobernantes, los que pueda obtener EPN están todavía por verse pero, su vida personal, no tendrá nada que ver con su éxito o fracaso como Presidente.

Hace muchos años Jesús dijo: “El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra”. Palabras muy apropiadas para quienes critican la vida afectiva de EPN, cuando sabemos, perfectamente (si fuéramos sinceros), que los deslices no solamente los hemos conocido en otros gobernantes sino que,  la infidelidad del hombre hacia su pareja, es algo muy común y se puede considerar también como parte de la cultura del “macho” mexicano, ¿cuántos de quienes lo critican estarán libres de esa culpa? Difícil saberlo pero, sean pocos o muchos, lo importante es que están criticando algo que no tiene ninguna relación con la labor de un gobernante.

Por otro lado, si hay algo que se le ha criticado a EPN, hasta el cansancio, es su desliz en relación con los títulos de tres libros y, por ese solo hacho, se le ha calificado como inculto, a lo que yo respondería: si realmente lo fuera, ¡Qué! La cultura en NADA ayuda a un gobernante a tener mejor desempeño, ya hemos tenido presidentes muy cultos y el serlo, lógicamente, de nada les ha servido. Para gobernar se requieren otros conocimientos y cualidades y EPN ya ha demostrado que los tiene aunque, en este foro, pocos lo reconozcan.

En todo caso, lo que yo pondría en duda es el criterio de quienes le asignan a la cultura cualidades que no tiene. Nunca he sabido que al solicitar un empleo le pregunten al  aspirante(a cualquier puesto), los libros culturales que haya leído. Su evaluación se basa en aptitudes y conocimientos que no se adquieren leyendo ese tipo de libros.

Por último, no creo que EPN haya influido en la decisión de Pedro Ferriz,  por dedicarse a criticarlo, cualquiera que lea los artículos presentados, diariamente, en este foro,  en Milenio y en los medios de comunicación, en general, coincidirá conmigo en que, la mayoría contienen críticas a su mandato, las alabanzas representan una insignificante minoría. En consecuencia, si EPN se propusiera eliminar a los críticos, la labor sería una “misión imposible”.

La crítica, mientras no sea mal intencionada, es muy saludable y, en muchas ocasiones, es una gran ayuda para corregir los errores.

Un cordial saludo.

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