miércoles, 3 de octubre de 2012

Ricardo alemán - Vandalismo... pero progresista

Ricardo Alemán
Hace tres décadas, hablar de la “izquierda” era sinónimo de ideas e ideales libertarios, de inteligencia y diálogo y, sobre todo, de lucha por las causas populares y progresistas.

Hoy, en la izquierda caben todos, desde Manuel Bartlett, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard, Porfirio Muñoz Ledo, Dante Delgado, Alberto Anaya, Ricardo Monreal y hasta López Obrador, entre muchos otros que, sin duda, de izquierda tienen mucho; un pie izquierdo, una mano izquierda, un ojo izquierdo, un huevo izquierdo… pero nada más.

Y en esa izquierda también hay de todo. Por ejemplo, todos se dicen progresistas. Con esa bandera –incluidos los “ternuritas” del 132–, todos o casi todos son adoradores del vandalismo poro y duro, del vandalismo declarativo, el vandalismo político y mental; herramienta indispensable de la “política de izquierda”.




Así, esa izquierda convirtió la memoria del 2 de octubre –a 44 años–, en grosera expresión de vandalismo, al grado de que en la capital debieron ser custodiados por miles de policías. Y es que la víspera vandalizaron escuelas, universidades, facultades, las calles, los servicios públicos y, claro, le memoria de la matanza de Tlatelolco.

Ayer mismo, por ejemplo, también vimos el vandalismo declarativo. Y es que sin pudor, el derrotado candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, no sólo homenajeó a los jóvenes del 68, sino que comparó a Díaz Ordaz con Peña Nieto, como si nadie supiera que tiene en sus filas a los más puros herederos del diazordacismo, como Manuel Bartlett y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros.

¿A partir de qué prueba surgió el vandalismo declarativo de AMLO? Como dirían sus ancestros, “nomás por joder”. Igual que de tanto en tanto cuestiona a Salinas, cuando entre los suyos están salinistas puros como Manuel Camacho, Marcelo Ebrard y Alberto Anaya.

Pero el 2 de octubre no fue el único ejemplo de “vandalismo progre”. ¿Por qué? Porque otros vándalos –sin duda también progresistas–, también se encargaron de cerrar, saquear y cancelar la cátedra en todos los planteles de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. ¿Por qué razón, piquetes de vándalos progresistas cerraron esa casa de estudios? ¿De quién es la mano que mece la cuna en ese vandalismo progresista contra la UACM?

Resulta que los vándalos de las izquierdas –AMLO y Marcelo–, pelean el control político de esas escuelas, no para imponer modelos ejemplares de educación. No, buscan convertirla en botín político para la guerra que viene. ¿Y cuál es esa guerra? Resulta que para crear Morena, AMLO requiere clientelas sumisas, como los estudiantes de la UACM. Y en el otro bando, Marcelo reclama ese territorio para su proyecto presidencial, ¿Qué tal con el vandalismo clientelar?

Tampoco ahí se acaba el vandalismo progresista. En el municipio de Motozintla, Chiapas, el Frente Progresista del PRD, PT y MC hizo trampa en la elección municipal. Ganó, pero cuando el Tribunal Federal Electoral conoció el asunto anuló la victoria tramposa y dio al triunfo al candidato del PEVE.¿Pero que creen?

Sí, que los progresistas y demócratas de las izquierdas, no aceptaron el resultado y patearon la mesa. Es decir, quemaron la alcaldía, con patrullas, cárcel y todo. En otras palabras; ¡bienvenida la democracia!, cuando gano. Pero si pierdo, ¡al diablo las instituciones! ¿Qué tal? ¡Chulada, de izquierda progresista y democrática!, ¿O no?

Aún hay más. Apenas el pasado viernes, en San Lázaro se vivió –en vivo y en directo–, el espectáculo estelar de la reforma laboral. Sí, las esculturales “gacelas de Martí” tomaron la tribuna de la Cámara de Diputados para sacar a empellones y jalones a los diputados que presidían la sesión; para arrancar micrófonos y mentar madres dizque a favor de los trabajadores y contra los patrones explotadores. ¿Cómo entender la vulgar “toma de tribuna”?

Lo define una palabra; vandalismo legislativo, el mismo que, incluso, practican entre sí los diputados del PRD y PT, que días antes de la “toma de tribuna” pelearon a golpes por una oficina en San Lázaro. Lo más curioso del vandalismo legislativo, es que las señoras y los señores diputados que lo practican son conocidos invasores de tierras, extorsionadores, estafadores, ladrones; todos con antecedentes penales, convertidos en diputados federales por la izquierda. ¿Qué tal?

También existe el vandalismo electoral. ¿Lo conocen? Resulta que el IFE descubrió que el Movimiento Progresista vandalizó la elección presidencial. Las izquierdas hicieron toda clase de trampas para justificar el rebase en el tope de campaña. Aún así, los “ternuritas” vandalizan para impedir que regrese el PRI. ¡De risa local!

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/vandalismo...-pero-progresista

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