miércoles, 3 de octubre de 2012

Sergio Sarmiento - Usted disculpe

Sergio Sarmiento
El caso de Jesús Ángel Gutiérrez Olvera subraya que el Estado mexicano no sólo sigue fallando en su responsabilidad fundamental de proteger a los gobernados sino que sus agentes muchas veces se convierten en cómplices del crimen. Cuando alguien denuncia, el Estado lo acosa. Y si acaso llega una disculpa, ésta viene tarde y sólo porque la exige una autoridad internacional. 

Jesús, un joven de 25 años, trabajador de una refaccionaria de la capitalina colonia de los Doctores, fue detenido el 14 de marzo de 2002 por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal. Al parecer unos secuestradores tenían una tarjeta del negocio porque habían comprado ahí unas llantas. Los agentes primero le pidieron 200 mil pesos para no involucrarlo, pero después se llevaron al joven en un vehículo sin placas a instalaciones oficiales en la calle de López número 12, en el centro de la ciudad de México. Ahí fue torturado, pero a los agentes al parecer se les pasó la mano y lo mataron. Su cuerpo lo fueron a tirar en algún lugar del estado de Hidalgo, pero nunca ha sido encontrado. 




Todo esto lo sabemos hoy por testimonios. Tres agentes de la AFI fueron detenidos y procesados por esta desaparición. Dos fueron absueltos. Uno más, Roberto Hernández Galarza, fue condenado en 2010 a nueve años cuatro meses y 15 días de cárcel por desaparición forzada. Si este hombre muestra buena conducta, podría alcanzar la libertad en dos o tres años. 

Este 1º de octubre la propia procuradora de la república, Marisela Morales, ofreció una disculpa pública a Leonor Olvera, la madre del joven, en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. La disculpa no la ofreció motu proprio, sino por exigencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 

Para Leonor la disculpa debe haber sido amarga. Si bien hay una persona condenada por la desaparición de su hijo, el cuerpo no aparece y la pérdida sigue doliendo. Además queda el recuerdo de las tribulaciones y humillaciones que tuvo que enfrentar en el esfuerzo por esclarecer la desaparición. Las autoridades no solamente le dejaron a ella todo el trabajo de investigación, como con Isabel Miranda de Wallace y tantos más, sino que la acosaron. La procuraduría capitalina señaló que no investigaría el caso porque Jesús era un secuestrador. Peor aún, Leonor fue detenida durante 13 meses por supuesto tráfico de drogas. Los tribunales la absolvieron, pero el mensaje era claro: si te atreves a investigar la desaparición de tu hijo, la pagarás muy caro. 

Cuando se formó la AFI, el 1º de noviembre de 2001, se nos dijo que era un cuerpo limpio que reemplazaba a una corrupta Policía Judicial Federal. La propia AFI ha desaparecido desde 2009 para dar lugar a una nueva Policía Federal Ministerial, pero si algo nos demostró esta agencia es que la corrupción no termina con un simple cambio de nombre. Según el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Plascencia, éste es apenas uno de miles de casos de desaparecidos que las autoridades tratan de ocultar. 

La desaparición de Jesús es importante. No se trata de un caso antiguo en que los abusos hayan sido cometidos por personajes perdidos en el tiempo. Las acciones tuvieron lugar en 2002, cuando ya el panista Vicente Fox era presidente de la república y el perredista Andrés Manuel López Obrador jefe de gobierno del Distrito Federal. Pero las acciones y el encubrimiento parecen calcados de lo que se hacía en los años setenta en nuestro país. 

SENADORES

Los propios senadores del PRD participaron ayer en la manifestación que bloqueó el acceso al Senado. Los manifestantes buscan impedir por la fuerza que se discuta la reforma laboral. El ex diputado Gerardo Fernández Noroña salió lastimado en una trifulca a las puertas de la cámara legislativa. 
Twitter: @sergiosarmient4

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/usted-disculpe1

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