martes, 10 de septiembre de 2013

Francisco Garfias - El “rayón” de Cordero a Videgaray

Lo primero que brinca en la iniciativa de reforma fiscal es el IVA a colegiaturas. Es un retroceso en relación a lo alcanzado en el gobierno de Felipe Calderón. Las cosas no andan como para darse esos lujos en un país “colero” en materia de calidad educativa, según reportes de la OCDE.
Peor aún: hay padres de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán hartos de los paros de los maestros. Quieren a sus hijos en las aulas. No van a clases simplemente porque la Coordinadora decreta paros un día sí y el otro también. El último es para protestar contra la reforma que, según ellos, privatiza la educación y atenta contra su derechos laborales.
No hay datos sobre cuántos padres de familia cambiaron a sus hijos a escuelas privadas, cansados de la falta de maestros. Tampoco una idea precisa de cómo va a impactar esa medida en la recaudación.




Le preguntamos del tema al diputado del PRD Miguel Alonso Raya, vinculado al sindicalismo magisterial. Está de acuerdo en que no vale la pena el costo político y mediático de la regresiva medida, por el escaso impacto que tendría esa medida en las arcas públicas.
Y, sin embargo, el PRD dijo que “sí” a gravar las colegiaturas por boca de Silvano Aureoles, aunqueAlonso Raya corrigió: “Lo podemos revisar.”
En ésta no va el PAN. Hasta el pactista Madero dijo que “no”. Se incrementa el costo de la educación privada. Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados del PAN, añadió que con el cobro del IVA a las colegiaturas “queda muerta la deducibilidad que se instituyó hace dos años”.
Al PRI ya ni le preguntamos. La línea la marca el Presidente de la República. Y lo que diga la chiquillada es intrascendente. Por lo menos en estos momentos.
La instauración del IVA a renta y venta de inmuebles dará también mucho de que hablar. Ya lo verá…
 El aplauso general es para la tasa cero de IVA en medicinas y alimentos. Pocas críticas a la decisión de no moverse por ese espinoso camino. Ningún partido político se atreve. El costo político es inaceptable. Nadie ha podido tocarlo en los últimos tres sexenios. Pregúntenle a los que osaron intentarlo. Allí está el caso de Elba Esther. Fue destituida de la coordinación de los diputados del PRI. Los mexicanos batearon a Vicente Fox y su idea de regresarlo.
La polémica excepción de no gravar IVA en medicinas y alimentos encierra una paradoja: los más beneficiados con la tasa cero son los que más consumen. O sea: los ricos.
Detalle adicional. López Obrador repitió en todos los foros que Peña iba a subir el IVA a veinte y pico por ciento. No se tocó ese impuesto. Morena le quiere colgar al Peje la medalla al mérito de que ese polémico impuesto no se haya movido. Era de esperarse.
 La pensión universal después de los 65 años y el seguro de desempleo suenan padre. A país de Primer Mundo. “Lo que me preocupa es cómo le van a hacer para que les cuadren las cifras”, nos decía ayer un conocido funcionario del Banco de México. Pidió, obvio, el anonimato.
La eliminación de la consolidación y los regímenes de excepción merecen una ovación. El tema no es tan vistoso y popular como mantener el no mover el IVA en medicinas y alimentos, pero, si lo cumplen, podríamos hablar de un gran avance en materia de recaudación.
El discurso oficial es que “paga más el que más tiene”. Sube el ISR de 30 a 32% para personas físicas cuyo ingreso sea superior a los 500 mil pesos anuales. Esto implica que una persona que gana 42 mil pesos o más mensuales se verá afectada. Un trancazo a la clase media.
El PAN no apoya este incremento. Nos lo dijo Jorge Villalobos, vicecoordinador del grupo parlamentario. El PRD lo ve con buenos ojos. Lo aseveró Silvano Aureoles, coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro.
 Un detalle ha pasado de noche en la reforma hacendaria que tanto festeja el PRD. Las empresas pagan 5% para vivienda. Este dinero es de los trabajadores para ser usado en su vivienda familiar. Con la propuesta, el trabajador pierde el control de 1% que se irá a un “fondo solidario”, no lo podrá usar él ni su familia. En su subcuenta de vivienda quedaría 2%; otro 2% para el seguro de desempleo. “Nadie lo ha hecho notar”, nos dijo un empresario.
 La desaparición del IDE —a partir de depósitos de 25 mil pesos— es un incentivo a la “informalidad”. Nadie apuesta, salvo el gobierno, a que el aliciente de incorporarlos a la seguridad social va a hacerlos correr a registrase en Hacienda. El IETU, otro impuesto que desaparece. Era un gravamen de control que hacía más eficiente la recaudación, para decirlo en palabras deCordero.
 Buscamos a representantes patronales. La idea generalizada es que ellos cargan con el mayor peso de la reforma. Le pedimos a Juan Pablo Castañón, dirigente de la Coparmex, un comentario al respecto. Esto fue lo que respondió:
“Seguimos siendo los mismos los que pagamos y financiamos el gasto público. Si bien desaparece el IETU; que era doble gasto administrativo, se grava más a las empresas y a sus empleados. Se aumenta el ISR —de 30 a 32 por ciento— y se disminuyen las deducciones, además de que se gravan con IVA las importaciones temporales. Esto provocará problemas de liquidez y atractividad (sic) para las empresas”.
Agregó: “Quisiéramos ver mayor compromiso en transparencia y rendición de cuentas en materia de gasto, sobre todo en estados y municipios”.
 El senador Ernesto Cordero fue secretario de Hacienda en el sexenio pasado. Lo que más le preocupa, a juzgar por sus declaraciones de ayer, es el anuncio del déficit anunciado para 2014. “Nos están planteando un endeudamiento de 1.4% del PIB el año entrante. Estamos regresando a las épocas de los endeudamientos, con la justificación de que es para que retomemos el crecimiento”, subrayó el senador del PAN.
De pasito le dio un rayón a Videgaray: “Si no hemos crecido es porque no han sabido cómo hacerlo…”.


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