Como parte de la reforma fiscal, el Presidente está proponiendo un cambio de fondo en la relación de las autoridades educativas con los maestros: que la nómina del magisterio se vuelva a centralizar y la pague, toda, el gobierno federal. Para tal efecto, el Ejecutivo ha enviado al Legislativo una iniciativa ex profeso.
En el documento, con el fin de justificar la iniciativa, se hace un diagnóstico de lo que ocurrió a partir de la descentralización educativa que se llevó a cabo durante el sexenio de Salinas: “En dicha reforma se estableció la fórmula con base en la cual se calcula el monto de recursos federales a transferir anualmente para cubrir la nómina correspondiente a las plazas transferidas a los Estados”. Se hacía a través del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB) que se presupuestaba cada año y distribuía a los 31 estados (la educación en el DF la sigue manejando el gobierno federal). El primer problema es que “no se han dado las condiciones necesarias para lograr una plantilla docente óptima que esté acorde con el equilibrio de recursos aportados al sector educativo a nivel estatal. Lo anterior, ha contribuido a un deterioro en la situación fiscal de algunos Estados”.
El segundo problema es la “doble negociación salarial en los estados. Si bien hay una negociación a nivel federal, cada estado contempla condiciones generales de trabajo diferentes. De esta manera, la negociación a nivel federal pasa a ser una base de incremento mínimo para una segunda negociación, lo cual ha acentuado la presión de gasto inercial derivada de nómina educativa”.
Y un tercer problema tiene que ver con la gran cantidad deaviadores y comisionados que existen en la nómina: “La creación de plazas ha tenido desviaciones con respecto al objetivo de cerrar las diferencias existentes en el número de alumnos por maestro, llevando a un exceso de personal en algunas entidades. En un extremo, el número de alumnos por maestros públicos (descentralizados y estatales) es de 29, mientras en otro alcanza un número de 19”.
Fueron los propios gobernadores, a través de la Conago, los que solicitaron revisar el esquema del FAEB. Pues bien, el gobierno federal les tomó la palabra y pretende reformarlo. El Presidente propone “la creación del Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE)”. De prosperar esta iniciativa, “la Secretaría de Educación Pública se encargará de establecer un sistema de administración de nómina, donde las autoridades educativas de las entidades federativas registrarán la información correspondiente de la nómina educativa. A través de este sistema, dicha Secretaría solicitará a la Tesorería de la Federación realizar el pago correspondiente directamente a los maestros, por cuenta y orden de las entidades federativas”. Ergo, la nómina de todo el magisterio ahora la controlará y pagará la Federación.
Me parece una buena idea, sobre todo para liberar a los gobernadores del gran poder que ejerce el magisterio en cada estado. Pienso, por ejemplo, en el caso de Oaxaca. Hoy, la Sección 22 de la CNTE es la que controla y paga la nómina. Los distintos gobernadores de la entidad, ante la fuerte presión de los maestros, se las ha entregado en bandeja de plata. Ahora, en cambio, el gobierno federal será quien tenga este instrumento. Y como la Federación tiene más poder que cualquier estado, pues los maestros ya no podrán chantajear a las autoridades con la misma facilidad de antes.
Se corre el riesgo, sin embargo, de que el conflicto magisterial se traslade a la Ciudad de México, sede del poder federal, en lugar de quedarse en los estados. Pero me parece un riesgo que vale la pena correr si se va a reducir el poder de chantaje que tenían los maestros sobre los gobernantes locales.
La iniciativa presidencial dice que con “el mecanismo propuesto se hará más eficiente y transparente el pago de la nómina, al lograr que los pagos correspondan exclusivamente al personal que ocupe plazas registradas en el Sistema de Información y Gestión Educativa”. Me parece perfecto. Por fin se ve factible la posibilidad de tener la lista pública de maestros que hoy, por increíble que parezca, no existe. Es algo por lo que ha luchado Mexicanos Primero. Y ahora sí no habrá excusas: si el gobierno federal paga la nómina tendrá que informar cuántos maestros hay en el país.
Twitter: @leozuckermann
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