En su periplo protestativo por la Ciudad de México, los maestros de la CNTE lograron, primero, sacar a los diputados y senadores de sus edificios sedes. Los legisladores tuvieron que irse a sesionar a un “salón de quinceañera y con unas sillas horribles” (Ernesto Corderodixit) en el Centro Banamex. Luego lograron que el Presidente no pudiera entrar al Palacio Nacional. De hecho, para su mensaje con motivo del Primer Informe de Gobierno, se anunció que se realizaría en una zona militar (el Campo Marte), aunque después se cambió a Los Pinos, donde levantaron una enorme carpa en una explanada junto al Periférico.
Lo increíble es que también lograron algo que no había ocurrido desde principios de este milenio: quitarle la propiedad legítima del Zócalo capitalino a Andrés Manuel López Obrador. Efectivamente: desde que fue jefe de
Gobierno del Distrito Federal, el político tabasqueño se apropió de la emblemática plaza central para realizar ahí los mil y un mítines que ha hecho desde entonces. Recuerdo, incluso, que hasta dio el Grito de Independencia al mismo tiempo que el presidente Calderón en la plancha del Zócalo.
AMLO, como he dicho varias veces, es un político que siempre dobla las apuestas. No sorprendió, entonces, que también lo hiciera con los maestros de la CNTE quienes desde mediados de agosto tienen tomado el Zócalo; ahí han establecido su plantón permanente. El 5 de septiembre por la noche, López Obrador envió el siguiente tuit: “Llueva, truene o relampagueé. El domingo al Zócalo. La movilización pacífica evitará la entrega del petróleo y los aumentos de impuestos”. Se refería a la marcha que había convocado para este pasado domingo. Pero la duda no es si se suspendería por razones del clima. No. La duda era si los maestros le abrirían cancha para poder llevar a cabo su mitin. El tabasqueño los amagó vía la red social, pero los maestros le doblaron la apuesta al desoírlo.
No se movieron. Y el ex candidato presidencial tuvo que irse a protestar al Hemiciclo a Juárez en la Alameda. De acuerdo con crónicas en la prensa, miles de simpatizantes saturaron la avenida Juárez y sus alrededores. Algunos comenzaron a demandarle a López Obrador“marchemos, marchemos, marchemos”. Pero, ante la realidad de que los maestros estaban en el Zócalo, y que algunos de ellos ya se dirigían a hacer su propia protesta en el Ángel de la Independencia, el tabasqueño no tuvo de otra más que convocar a una nueva marcha el 22 de septiembre. Se trató de una admisión tácita de que el mitin del domingo pasado se había malogrado.
Evidentemente, el líder de Morena le está apostando a que los maestros de la CNTE ya no estén en el Zócalo para dentro de dos semana. ¿Será?
De acuerdo con La Jornada, “el secretario general de la Sección 22 (de la CNTE), Rubén Núñez Ginés, sostuvo que ‘no existe ningún indicio’ de que se levantará el plantón que mantienen en el Zócalo capitalino antes del 15 de septiembre. Por el contrario, dijo, en el contexto de las celebraciones patrias, los docentes saldrán a defender los recursos naturales y la educación”. En otras palabras, no queda claro para cuándo se irán de regreso a sus estados liberando la plancha del Zócalo.
Esto pondrá en un brete al gobierno de Peña. Primero porque viene la celebración del Grito de la Independencia el 15 de septiembre que se da desde el balcón central de Palacio Nacional hacia el Zócalo. Será imposible hacerlo si los maestros siguen en su campamento. No obstante, el Presidente tiene el recurso que han utilizado mandatarios en el pasado cuando se les complica dar el Grito en el DF: irse a Dolores Hidalgo, en Guanajuato.
Aunque sería otra victoria para la CNTE, esta aduana se libraría. Pero luego viene la más complicada de todas: la del día siguiente, el desfile militar del 16 de Septiembre. Sobre todo tomando en cuenta que se celebra el centenario del Ejército mexicano. ¿Se atreverán los maestros a desafiar a que las Fuerzas Armadas no puedan marchar por el corazón capitalino por primera vez en la historia contemporánea? ¿Cómo reaccionará el Ejército y la Marina frente a este desafío?
No es poca cosa. Recordemos que, en 2006, López Obrador levantó su plantón por el supuesto fraude electoral precisamente en vísperas del desfile de la Independencia. No se atrevió a desafiar a las Fuerzas Armadas. ¿Se aventurarán los maestros de la CNTE a hacerlo?
Twitter: @leozuckermann
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