IVA a hipotecas: como al Presidente le regalan casas…
Los priistas cometieron un error de cálculo en el terreno que menos dominan y que, históricamente, más ha hundido al país: el económico. La propuesta de reforma hacendaria de Peña Nieto, avalada a ojos cerrados por el PRI, tiene más tintes políticos que monetarios: castigar a esa clase media que no vota tradicionalmente por el priismo. Pero en el lance, Peña y su equipo se han dado un balazo en el pie.
¿Por qué?
Primero: porque yerran en el fondo y en las formas al querer aplicar el IVA a colegiaturas en el momento menos indicado: justo cuando la educación pública está en jaque y bajo la lupa –mala calidad en la enseñanza, nivel académico insuficiente, cero evaluaciones a maestros, rebelión del CNTE–, se les ocurre la mala puntada de que los padres de familia paguen más por cada mensualidad en colegios privados.
¿Acaso no saben Peña Nieto y el PRI que las escuelas particulares no tienen ningún control, que operan bajo absoluta anarquía y que aumentan las colegiaturas como se les antoja? Ojo: gravar las colegiaturas es nocivo para los bolsillos de millones de padres de familia que hacen sacrificios enormes para pagarlas cada mes, y no para los colegios que lucran siempre con la economía familiar. Son dos cosas diferentes.
Ejemplo: a las escuelas particulares se les permite cobrar cada inicio de semestre… ¡el equivalente a dos colegiaturas por concepto de reinscripción! Este es un atraco que, hasta hoy, nadie ha frenado.
Aplicar el IVA a colegiaturas equivaldría a cancelarle la posibilidad a millones de jóvenes de recibir una educación de mayor nivel, ante la insuficiencia en la oferta de espacios en preparatorias y en universidades públicas.
Tenemos un Presidente que no es muy apegado ni a la cultura ni a los libros ni a la educación de excelencia. Tal vez por su ignorancia académica, por su falta de pasión hacia los estudios, las letras y las aulas, soslaye la importancia de que los estudiantes aspiren a universidades privadas que les ofrezcan un nivel educativo adecuado. Sí. Pero eso cuesta dinero. Y gravando las colegiaturas no lo podrán lograr.
Vaya paradoja cruel para estudiantes y paterfamilias: Peña Nieto y el PRI proponen una reforma educativa… mientras le dan palo a la posibilidad de acceder a una educación privada competitiva. Nada más no cuadra.
A menos que haya un cálculo político y sea ficha de cambio en las negociaciones con la oposición en el Congreso.
Segundo: Peña y el PRI proponen que se aplique el IVA a hipotecas, sobre el valor de la vivienda. Ello significar darle el tiro de gracia al sueño legítimo de millones de mexicanos: comprar casa propia, aun teniendo que recurrir al agio bancario y a los abusos financieros que ello conlleva.
Para Peña Nieto es muy fácil proponer IVA a hipotecas. ¿Por qué? Creerá el Presidente que como a él le han regalado seis de sus nueve propiedades –entre casas, departamentos y terrenos–, como dice en su declaración patrimonial sin precisar quién se las donó ni, mucho menos, el costo que tienen, entonces piensa que cualquier mexicano está en posibilidades de que casas le caigan del cielo.
A Peña, enemigo de la transparencia, le han regalado seis propiedades.
A la mayoría de los mexicanos trabajadores no.
Por eso el gobierno peñista pretende gravar las hipotecas, las rentas –como si éste fuera un lujo y no una necesidad para las familias– y la compra-venta de casas –como si fuera operación exclusiva para millonarios–, dentro de su propuesta de reforma hacendaria.
Aplicar IVA a hipotecas es algo cruel y agraviante para millones de familias mexicanas.
¿Y gravar las operaciones compra-venta de casas? El resultado será abatir, aún más, al mercado inmobiliario, castigar a los empresarios del ramo que ya pagan, junto con los vendedores, un impuesto, y desalentar así este ramo.
Consecuencias: menos crecimiento, más desempleo.
Por eso ya estamos en una “minicrisis” financiera, como lo alerta Standard & Poor’s.
Y ya nos ubicamos en “recesión técnica”.
El rechazo al IVA en colegiaturas, hipotecas y rentas ha sido casi generalizado, incluido el incremento del 30% al 32% del Impuesto Sobre la Renta (ISR), a quien gane más de 500 mil pesos al año.
Es decir: en México se pretende castigar, con más impuestos, a quien esté más preparado en cualquier actividad. A quien trabaje mejor. A quien tenga mayores méritos laborales. Al que gane más porque así lo merece. Ese es un delito y por lo tanto debe ser gravado. Vaya propuesta desafortunada, insensible y retrógrada de Peña, Videgaray y el priato.
Dentro de esta marea de calamidades, algo más es preocupante: mientras el PAN ya se pronunció en contra de aprobar IVA en colegiaturas, hipotecas, rentas y compra-venta de casas habitación, el PRD –como el bobito al que le dan una paleta para que se entretenga–, sólo se limita a festinar lo que en realidad no existe: el no IVA a alimentos y medicinas.
“La reforma hacendaria es un gran triunfo para el PRD”, clama Jesús Zambrano. O se hace el tonto o lo es.
Zambrano celebra algo que no se dio. Un logro de humo: el no IVA a alimentos y medicinas.
Es como si celebráramos que no nos ha caído un meteorito: simplemente es algo que no existe. Y eso es lo que, de manera lamentable, festeja Zambrano: un triunfo que en la praxis nunca hubo. Sólo en su mente.
Hasta hoy, el PRD no ha fijado postura sobre la propuesta del IVA a colegiaturas o hipotecas. Esperemos que en agradecimiento a los supuestos favores recibidos del PRI –en una jugada mañosa de Peña y del priismo al “respaldar” en apariencia una propuesta perredista de no gravar alimentos y medicinas-, el PRD no apruebe el IVA a los rubros propuestos. Sería una ofensa mayor a la población.
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Peña Nieto y el PRI han cometido su primer error grave: politizar la economía. Esto puede llevarnos a todos al precipicio. Ese error lo cometieron cuando López Portillo lo hizo con el petróleo o cuando Salinas de Gortari nos vendió una economía ficción de primer mundo y nos llevó a la crisis económica más dolorosa de la historia (1994-1995), cuando más de un millón de mexicanos perdieron todo: casas, empleos, empresas, negocios, bienes.
Hoy se castiga a la clase media con más impuestos. Sí, a la misma que no vota por el PRI. Eso se llama revancha política. O politizar a la economía. Y en ambos casos es aniquilante.
El problema – y ese ya es de todos-, es que los priistas han manejado, históricamente, a la economía, bajo tres premisas: irresponsabilidad, corrupción y torpeza.
Y las tres llevan a la ruina.
Twitter: @_martinmoreno
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