El domingo por la tarde, colgadas ya en la página de Internet del Congreso de la Unión las iniciativas de reforma hacendaria, ley de ingreso y presupuesto de egresos, urgía quién guiara la interpretación inmediata de qué era lo que estaba proponiendo en esta materia el presidente Enrique Peña Nieto.
Economistas, contadores, periodistas, políticos, analistas y ciudadanos en general se fueron abriendo paso entre los cientos de páginas en la búsqueda de datos, nociones, noticias y revelaciones en torno, sobre todo, a la reforma hacendaria. Pocos, literalmente muy pocos, mejor capacitados que el senador Ernesto Cordero para adentrarse en ese mamotreto digital y rápido en entender de qué iba la propuesta fiscal del nuevo gobierno.
¿Qué tuiteó Cordero al respecto de las iniciativas la tarde-noche del domingo? Nada. Cero. ¿Qué había tuiteado el exsubsecretario y ex secretario de Hacienda hasta la tarde de ayer, es decir 48 horas después de revelado el documento? Nada.
Si bien es cierto que varios medios publicaron el lunes declaraciones de Cordero criticando la propuesta presidencial, que elimina el IETU y el IDE, los dos impuestos estrellas del calderonismo, suena a muy, pero a muy poco afán de protagonismo para alguien que ha dicho varias veces, la más reciente hace dos semanas, que quiere ser líder nacional de Acción Nacional.
Lo mismo se puede decir de Marcelo Ebrard. Enviado a la retaguardia por Cuauhtémoc Cárdenas, que se adueñó de la agenda del PRD en torno a la defensa energética; eclipsado por Andrés Manuel López Obrador, que ocupa el espacio radical de oposición en la izquierda a las propuestas de Peña Nieto, Marcelo anduvo los días anteriores en Jalisco, pero simplemente no está en el debate.
¿Dónde estará el Marcelo que propuso a finales de noviembre pasado crear un gabinete “sombra” que diera puntual seguimiento a las iniciativas de Peña Nieto? Recordemos lo que dijo entonces: “Nosotros somos la segunda fuerza nacional políticamente hablando, la responsabilidad es encabezar una oposición inteligente y sobre todo eficaz. Propuse que demos a conocer en los días subsecuentes quiénes van a ser los equipos responsables de llevar el debate de cada tema” (Ebrard será la sombra de EPN en EL ECONOMISTAhttp://eleconomista.com.mx/sociedad...).
Marcelo y Cordero quedaron relegados del primer plano del debate político por no formar parte del Pacto por México. Por eso es desconcertante que cuando llega la oportunidad de subirse al escenario, el momento de reclamar micrófonos y reflectores, desdeñan a twitter (igual que Cordero, Ebrard no había tuiteado nada hasta la tarde de ayer sobre la reforma hacendaria), no usan esa red social para mantenerse como referencia opositora de este nuevo tema, uno donde tienen preparación de sobra para fijar postura.
Ebrard y Cordero tienen en común que han construido una carrera más desde los escritorios que desde la terracería y las plazas. Por lo mismo el tema hacendario, que el gobierno ha querido vender con un cariz social (Cordero fue titular de Sedesol), está que ni pintado para que estos dos personajes hagan valer una voz que los distinga. Qué raros opositores son éstos, que se supone que buscan tener más responsabilidades políticas en el futuro, pero que en esta coyuntura se dan el lujo de no usar el poder de las redes sociales.
salvador.camarena@razon.mx
Twitter: @salcamarena
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