Regresa Josefina Vázquez Mota para buscar la presidencia del PAN con más dudas que certezas.
¿Vuelve como una opositora férrea, crítica y por tanto respetada o será una voz tibia y comodina que sólo se sume a la intrascendencia? ¿Quiere Josefina pasar a la historia como la Angela Merkel mexicana o como otraMarta Sahagún enferma de poder?
Aún más:
Vázquez Mota tiene, desde ya, la oposición de un ala de su partido —los panistas no han aprendido de sus errores: fueron castigados por sus rencores internos y divididos perdieron en 2012, y hoy vuelven a tundirse y, desde ya, se asoman más fracasos que victorias—, mientras, los calderonistas le dan la bienvenida, pero le advierten: “Apoyaremos a Ernesto Cordero”.
Los hombres de Felipe Calderón nada más no acaban por tragar a Vázquez Mota. El ex Presidente la etiquetó un día como “traidora”. Allí hay un flanco abierto.
Pero Josefina tiene apoyo sólido entre los ex gobernadores: Carlos Medina, Ruffo Appel, entre otros. Y de gran parte del voto duro femenil panista, compartido con otro cuadro blanquiazul con faldas y con futuro:Margarita Zavala.
En la presidencial de 2012, Josefina obtuvo 12 millones 700 mil votos. Su equipo argumenta que, a pesar de haber quedado detrás de Peña Nieto y de AMLO, la votación fue por la candidata. Sus detractores alegan que fue gracias al PAN. Igual perdieron.
Desde ahora, algunos calculan que podría haber una alianza entre Vázquez Mota y Gustavo Madero, quien intentará reelegirse al frente del PAN. ¿Cómo? Partiendo el pastel entre tres aspirantes —Josefina, Madero y Cordero—, se le restarían votos a Ernesto, el hombre de Calderón, y entonces se daría la reelección de Madero.
¿Vázquez Mota se está prestando a una maniobra en contra de Cordero y, de paso, de Felipe Calderón, en revancha por el apoyo negado en la campaña presidencial de 2012 o en realidad pretende erigirse en la primera presidenta del PAN?
Eso el tiempo lo dirá.
Por lo pronto, Josefina Vázquez Mota entró con el pie derecho en su regreso a la arena política. Su diagnóstico sobre el peligro que está enfrentando la democracia mexicana es acertado:
“Regreso frente a la enorme preocupación de que vivimos una democracia sin contrapesos. Y lo que sigue después es el autoritarismo, el corporativismo, los cacicazgos”, le dijo Josefina a Pedro Ferriz de Con.
En esto, a querer o no, tiene razón Josefina: con un PRI no diseñado para la democracia, y siendo satélite de la voluntad presidencial, los riesgos del autoritarismo se asoman en un claro retroceso democrático. Nada más peligroso que vivir sin contrapesos políticos, como ya nos ocurrió durante 70 años… y como hoy se pretende volver a gobernar.
Los contrapesos, menciona Vázquez Mota.
¿Será Josefina un contrapeso real, funcional y eficaz? No necesitamos escuchar a una Vázquez Mota enredada en la retórica, sino clara en sus cuestionamientos; no la queremos ver indolente ante las amenazas a la democracia, sino sólida en su discurso; no la debemos sentir como una voz políticamente correcta, no, sino percibirla como una figura políticamente incorrecta, inflexible ante los abusos del poder.
Esa es la Josefina que queremos ver.
Una Josefina que presidenta o no del PAN, sea una fuente permanente de críticas y de soluciones.
Una Josefina no que cierre Paseo de la Reforma, pero sí que encabece protestas ciudadanas para negarle los espacios al abuso presidencial y del partido en el poder.
Esa es la Josefina que queremos ver: crítica, lúcida, dura, brava. Si no será así, ¿para qué regresar? “No puedo guardar silencio o ser cómplice o comodina”, diceJosefina. Ya lo veremos. Y lo reconoceremos o lo reclamaremos.
“Nos urge tener contrapesos para que el PRI no se perpetúe en el poder”, diagnostica con razón Vázquez Mota. Ya veremos si tiene el remedio para la antidemocracia o será una voz ahogada en el desierto de la mediocridad y de la indolencia política.
“No hay dueños en el PAN… son los ciudadanos, no los grupos de interés”. Bonita frase, Josefina, aunque no del todo cierta. Allí están los Calderón. Los Madero. Los legisladores. Los gobernadores. Los ex gobernadores, esos que también te apoyan con todo derecho. Los ciudadanos pesan, pero las estrategias las diseñan en avenida Coyoacán.
Ya veremos cómo y para qué regresa Vázquez Mota.
Ya sabremos si será como Angela Merkel, la valiosa canciller alemana, la mujer más poderosa del mundo, o como Marta Sahagún de Fox, devorada por vanidades y riquezas, erigida en instrumento del poder.
Ya veremos, Josefina, de qué estás hecha.
Twitter: @_martinmoreno
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