jueves, 2 de octubre de 2014

Edgar Trejos - Muchacha que cruza

Edgar Trejos
1956
Colombia
Muchacha que cruza

Muchacha que cruzas ante mi ventana, impasible con el universo. No adviertes la desmesura de los ojos atrapados de inmediato en la enredadera de tu piel, un nuevo ser que mirándote desde sus negras rejas es una vieja oruga impaciente en un reino que de pronto deja de pertenecerle -contigo la majestad, la hermosura de la juventud, toda la belleza en ti, extraordinaria, selecta palmo a palmo en tu cuerpo, ¡Dios, nadie volverá a verte así!-. Mis tránsitos futuros inundados por el bautizo poético de tu ser que nunca cesará de pasar, los veo.

Ninguna impaciencia afea tu ajuar, la canción que dictas al día es un metal multiplicado de alegría de dolor y los radares delatan la sinfonía de tu paso, en la intimidad. Cruzas y rompes mis nubes seguras tanto tiempo, inmodificable bastión de una existencia sin traumas ni delirium tremens hasta hoy porque tu aurora mágica desordena mi cuarto para siempre. Cruzas, única, risueña y es como si un destino no cumplido hubiese llegado a instalarse en mis rodillas. Una vez más la desolación instaura sus carpas de fracaso en mi patio, un inmisericorde pasar que entreveo y se augura sin abrigo ya, sin aurora. Se astillarán los días en fulgentes momentos aventurándote un nombre, bastará sólo recordarte. Se respirará cada instante como el último, lo sé en esta fugacidad de vida regalo de tu rostro encendido bajo el sol. ¿Cómo hablar con tu mundo en tus cornisas de deleite, cómo mirar, en adelante? ¿Cómo respirar, cómo alargar la mano para detener tu viento, sin temblar? ¿Cómo encender la cerilla de un encuentro entre las densas sombras de tu futura lejanía?

Por volver a mirarte se inclinará la vida -este canto de erizados lamentos-, el tiempo tal vez traduzca en oleajes para otros encuentros, otros bailes esperados, el viento que besa tu cuerpo y te aleja impiadoso de mis manos.

¿Comprender ahora la absoluta soledad, esta terrible mismidad sin aura en que nos sume tu presencia; saber que el tiempo, sus goznes de prematura vejez traen de golpe a mis alforjas de existente el mal sabor de los deseos no satisfechos, deberá serte agradecido?







Leído en http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/51_52/trejos.HTML

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