Xavier Díez de Urdanivia |
Se define a sí mismo como “una señal de estos tiempos”, y se explica: “Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía. ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, esas cosas. Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social ¿Vio?”.
Cuestionado sobre el miedo a morir, responde: “Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no… aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar a matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay 100 mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros!...Yo leo mucho leí 3 mil libros y leo al Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas “con autorización” de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio”.
¿Qué debemos hacer?, fue cuestionado, y dijo: “Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a ‘los barones del polvo’!...Pero, ¿quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?... Estoy leyendo Clausewitz “De la Guerra”. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque”.
¿Habrá solución? Contestó: “Ustedes sólo pueden llegar a algún éxito si desisten de defender la ‘normalidad’. No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: ‘Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno’.”
Yo encuentro esa entrevista muy aleccionadora, así sea teniendo enfrente sólo los retazos transcritos. El apocalíptico panorama no debería extrañarnos: el hombre más rico del mundo es de un país donde la mitad de la gente está inmersa en la pobreza. Eso dice mucho de valores y crisis, según me parece.
(La entrevista completa enhttp://www.zonezero.com/magazine/articles/recosur/indexsp.php)
Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-inicio-tardio-de-la-conciencia-social2
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