Ciro Gómez Leyva |
En la vida real, el 1 de diciembre será solo el día que siga al 30 de noviembre. Y enero, el mes que siga a diciembre. Los zetas, golfos, sicarios, templarios, los hijos de puta, han dado pruebas de sobra de que manejan calendarios ajenos a las efemérides y liturgias de los jerarcas políticos.
Miguel Ángel Osorio Chong, la voz del presidente electo Peña Nieto en el tema de seguridad, dijo el sábado, caliente el cadáver de José Eduardo Moreira: “Queremos bajar de manera importante el número de muertos y ejecutados, queremos ir muy duro contra la extorsión, contra el secuestro, contra las muertes que se han elevado en el país”.
Osorio Chong adelantó que, para ello, están preparando un grupo especializado. Suena bien, a promesa de una campaña electoral que terminó hace mucho. Las promesas, eso sí, tienen fecha de caducidad: diciembre 1 de 2012. A partir de ese día, los muertos de Calderón serán, inexorablemente, los muertos de Peña Nieto.
Y lo serán los secuestros y extorsiones. Ha sido fácil, gratis, repetir ad nauseam que la causa de Calderón fue buena, pero careció de estrategia, de ahí el desastre, la derrota.
Ojalá Peña Nieto, Osorio Chong, el general Óscar Naranjo et al encuentren la fórmula, la estrategia adecuada. Porque la estadística será también implacable con ellos.
Porque aquí seguiremos preguntando, tercos, ¿cuántos muertos, Presidente?
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/cuantosmuertospresidentepenanieto-1390681-columna.html
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