Javier Solórzano |
Los senadores tienen a la mano la oportunidad de cambiar no solo la forma autoritaria y vertical en que se dirigen los sindicatos, sino que también tiene a la mano la posibilidad de que con la reforma laboral en la parte referente a los sindicatos cambien las anquilosadas formas de hacer política. A lo largo de su historia, el PRI ha tenido en el corporativismo una de sus piezas claves para el control, el poder y los votos.
Los líderes de algunos sindicatos si algo quieren es que no los toquen con ninguna reforma, vaya usted a saber qué esconden además del poder que tienen y que ofrecen. Muchos de estos líderes le llevan a sus agremiados por lo menos 30 años de edad. No hay ni el más mínimo asomo de cambio generacional.
Las estructuras están anquilosadas y no hay manera de que generaciones emergentes abran espacios a nuevas formas de organización que impulsen mecanismos modernos de defensa de los trabajadores, de un entendimiento moderno y actual con los empresarios y gobiernos, y sobre todo que vean a los sindicatos como estructuras fundamentales en las relaciones obrero-patronal y no como un botín del cual no tiene la obligación directa de rendir cuentas, muchas veces todo queda en lo discrecional, en la “buena voluntad” o en pura parafernalia.
El PRI no quiere meter la mano porque si lo hace esa misma mano lo puede ahorcar. En la Cámara de Diputados dejaron pasar una oportunidad en este tema. Los senadores tienen que entrarle al asunto porque pueden al mismo tiempo atacar dos escenarios. Uno, transparentar los sindicatos como parte de una forma de vida en el país; y dos, obligar a los empresarios y gobiernos a revisar su relación con sindicatos la cual evaden bajo el supuesto de la autonomía sindical. No puede haber autonomía cuando pueden existir irregularidades. Si no lo han investigado, o si lo saben y hacen como que no lo ven todo termina por ser “entendible”, por decirlo de alguna manera, el que dejen pasar las discusiones que proponen la transparencia en los sindicatos. Los patrones tiene su propia isla porque son los que determinan a qué sindicato debe pertenecer un trabajador, el empleado no tiene la libertad para decidir.
La no transparencia es un asunto que unos evitan, otros son cómplices de ella y otros más le echan la culpa al PAN porque no hizo nada en los últimos 12 años. Todos, eso sí, hablan de ella y la ponderan; claro, siempre y cuando no tenga que ver con ellos. La pelota esta en la cancha del Senado…
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