martes, 9 de octubre de 2012

Ricardo Alemán - Los Moreira y la policía podrida

Ricardo Alemán
Seguramente a muy pocos sorprendió la confirmación de que la Policía Municipal de Acuña, Coahuila, colaboró para "poner" a Eduardo Moreira –el primogénito de Humberto Moreira–, frente a los sicarios que lo levantaron, torturaron y que, finalmente, consumaron el crimen.

¿Por qué no es una sorpresa el hallazgo?

Porque en Coahuila –y en buena parte del país–, todos saben que los cuerpos policiacos de los municipios de fuerte influencia criminal, están al servicio de las bandas criminales. Es conocido por todos que los jefes mafiosos hablan con los presidentes municipales –si no es que ellos mismos pagan las campañas de los aspirantes a alcaldes–, y les imponen al respectivo director de Seguridad Pública.

Así, en Coahuila, era y es un secreto a voces que no pocos policías municipales de Acuña, Saltillo, Piedras Negras y muchos otros municipios de esa entidad –y muchos otros municipios del país–, están en la nómina de las bandas criminales que controlan la plaza.



En realidad no es novedad que la policía de Acuña esté podrida. Tampoco era nuevo que mandos como el subdirector operativo, Rodolfo Castillo Montes, estén al servicio de las bandas criminales. No, la novedad es que ese "secreto a voces" se haya conocido "sí y sólo sí" luego que fue asesinado el joven Eduardo Moreira, hijo de Humberto Moreira, ex Gobernador y ex presidente del PRI, y sobrino de Rubén Moreira, el Gobernador de Coahuila en funciones.

¿De verdad nadie sabía que la policía de Acuña estaba podrida? Y la pregunta obliga, porque el asunto no se puede quedar sólo en un puñado de policías corruptos que cobran pingües ingresos del crimen organizado para realizar su labor de matarifes a sueldo. No, el asunto debe ser investigado mucho más arriba.

¿De verdad, el Presidente Municipal de Acuña, el señor licenciado Alberto Aguirre Villarreal no sabía que sus policías estaban a sueldo del crimen organizado? Dice el refranero popular: "Lo pendejo y lo ratero no se puede ocultar". Y dicen no pocas voces de habitantes de Acuña que en ese y otros municipios del estado es notorio el bienestar y "la jauja" de los policías. ¿De verdad nadie se dio cuenta?

¿Cuántos cuerpos policiacos, de cuántos municipios de Coahuila –y de todo el país–, están podridos? ¿Cuántos alcaldes de esa entidad –y de todo el país–, están implicados hasta el cuello en el deporte de moda; entregar a las bandas criminales la Dirección de Seguridad Pública Municipal y, claro, el control de la policía?

A eso se refería la viuda de "Lalo" Moreira, cuando en redes sociales le reclamó al Gobernador Rubén Moreira, que "no sabía gobernar", luego de culparlo por el crimen de su esposo. Es decir, que si el Gobierno estatal sabía que las policías municipales eran –y siguen siendo– nada confiables, nunca aceptó brindar protección a su familia.

Pero lo más curioso del asunto –y por eso mismo, lo más censurable–, es que si bien el gobierno de Rubén Moreira parece empeñado en descubrir los vínculos de la policía de Acuña con los matarifes que le quitaron la vida a "Lalo" Moreira, también es cierto que poco o nada se hace para profundizar en las indagatorias y para llegar a fondo en el asunto.

¿Y eso qué quiere decir? Elemental. Que si bien las autoridades estatales y/o federales pudieran aclarar el crimen de Eduardo Moreira, lo cierto es que no existe ningún indicio de que esas investigaciones vayan en dirección a romper el círculo de los negocios que mantienen viva la presencia criminal en esa entidad.

En otras palabras, que la autoridad estatal y/ o federal pudiera esclarecer el crimen y hasta detener a los matarifes y sus colaboradores, pero queda claro que buena parte del cáncer permanece intocado, igual que la estructura criminal que ordenó el asesinato.

Y si aún existen dudas de que la policía única es una prioridad impostergable en todo el país, y que las bandas criminales reclaman el control de las policías municipales, basta ver el video en donde el Alcalde de Teloloapan, Guerrero, Jesús Valladares Salgado, es obligado a entregar –precisamente–, esa la Secretaría de Seguridad Pública de Teloloapan, a las bandas criminales de esa región de Guerrero. Así o más claro.

En el camino

Con todas las de la ley, Miguel Ángel Mancera ya es Jefe de Gobierno electo. ¡Bien por su victoria inobjetable! Pero... ¿Cuántos lastres le heredará Marcelo Ebrard? No son pocos los secretarios que dicen que van a seguir en el cargo. Que si el de Seguridad Pública, que si el Procurador, el de Transporte. ¡¡¡Cuidado, porque aquello puede terminar en sucursal del infierno!!! Al tiempo.

Leído en: http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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